Kevin Bacon compró una casa encantada, pero estuvo obligado a destruirla para "no ser poseído"

Nos acercamos a octubre y a su inevitable aluvión de historias de terror que nutren cientos de películas y series de miedo. Kevin Bacon tiene muchas tablas en el género. El actor tuvo uno de sus grandes primeros papeles en Viernes 13, aunque su personaje, Jack, tuvo un flechazo, y no de amor, precisamente.

A lo largo de los años, Kevin Bacon ha regresado con frecuencia a las películas de terror, pero el terror también lo ha perseguido más allá de la pantalla.

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Tal y como recoge Entertainment Weekly, el actor ha estado en el pódcast de Rob Lowe, donde ha salido a la luz una singular anécdota personal de Bacon.

Y es que el actor y su esposa, la actriz Kyra Sedgwick, se hicieron con un terreno que tenía construido en su interior una casa encantada, pero solo pudieron adquirirlo a condición de demoler el edificio.

La casa encantada que Kevin Bacon poseyó brevemente

El actor relató la surrealista situación que, al parecer, se remontaba siglos atrás hasta que el anterior propietario optó por ponerle fin al estilo de las películas de ación.

"Compramos una parcela que tenía una casa antigua y el dueño no quería que yo la comprase. Era una casa abandonada en la que él había crecido. Le dije: 'Escucha, no puedes venderme un pedazo de tierra y no venderme el resto. La casa que está en ella. Esto es muy extraño'.

Él dijo: 'No puedo vendértela porque está embrujada y tengo miedo de que te posean y, ya sabes, causes daños graves'. Finalmente, llegamos a un acuerdo: en el contrato, ponía que tenía que destruirla en el plazo de un mes.

Subí allí y había unas hermosas tablas de pino antiguas y una barandilla y le dije a Kyra: 'Tenemos que llevárnoslas'. Y ella dijo: 'No, no lo harás. No pondrás esas malditas cosas en nuestra casa'".

Al parecer, la historia del embrujo de esa casa se remontaba al siglo XVIII, cuando un nativo americano fue asesinado por un soldado en aquel lugar. No está claro si Kevin Bacon creía o no en las historias de fantasmas, pero sí en que la ley le obligaba por contrato a derruir aquel sitio, cosa que hizo para poder quedarse la parcela aledaña a su granja de Connecticut.