Vivimos tiempos en los que es raro que una superproducción de Hollywood llegue a los cines con presupuestos por debajo de los 150 millones de dólares. Lo habitual es que esas películas de alto perfil que abundan en efectos ronden los 200 o 300 millones, como ha sido el caso reciente de Indiana Jones y el dial del destino.

Viendo los distintos tráileres de The Creator, la nueva película de Gareth Edwards (Rogue One: Una historia de Star Wars), uno pensaría que estamos ante una de esas millonarias producciones que inyectan cantidades ingentes de dinero a través de los diferentes departamentos de efectos visuales.

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Sin embargo, Gareth Edwards es un tipo práctico que aún se deleita rememorando uno de sus primeros trabajos: Monsters. La película de 2010 contó con efectos visuales que el propio Edwards creó en su casa. La mentalidad del cineasta no ha cambiado en estos 13 años.

Tal y como recoge Collider, para The Creator, Gareth Edwards contó de entrada con el director de fotografía de Rogue One, Greig Fraser, aunque por problemas de agenda fue reemplazado por Oren Seffer. Ambos han destacado que el director apuesta por las producciones minimalistas, sin 300 personas en el set.

The Creator: cómo hacer que una película luzca como una superproducción por mucho menos

La película ha sido filmada con una cámara Sony FX3 que ofrece calidad IMAX por un precio muy inferior al de otras cámaras. 

Edwards también renunció a la construcción de costosos decorados para filmar su película de ciencia ficción. En lugar de eso, filmaron en lugares reales y, en postproducción, añadieron las modificaciones precisas digitalmente.

Tampoco se optó por prohibitivos sistemas de captura de movimiento para los diferentes robots que aparecen en The Creator. En lugar de ello, los actores interpretaron con normalidad en el set y, posteriormente, se les aplicaron los debidos efectos para cambiar su aspecto sin los costosos sistemas que las superproducciones usan para casi todo.

Si no hubiésemos visto los tráileres de The Creator ni las reseñas previas de la película elogiasen con ahínco su apartado visual, pensaríamos que se avecina un desastre. Sin embargo, Gareth Edwards demuestra a Hollywood que no hace falta despliegues tremendos ni millonadas exageradas para hacer películas que luzcan bien en las mejores salas de proyección.