Seguro que no te pilla por sorpresa saber que la industria del cine ha estado caracterizada desde siempre por ser superficial hasta rozar lo doloroso y absurdo. Quienes mejor encarnan esta faceta son los actores y actrices, aunque también son quienes más la sufren. Un ejemplo lo tenemos con Sarah Snook, quien tuvo que lidiar con el desprecio en los primeros compases de su carrera.

Actualmente, Snook es bien conocida por su papel como Siobhan "Shiv" Roy en Succession, trabajo que le ha valido dos Globos de Oro y, quizá, un Emmy, lo sabremos esta noche. También la hemos tenido en películas como Huye, conejo, huye o series como Black Mirror, entre otras.

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La carrera profesional de la actriz australiana se remonta a 2009 y, en algún momento de estos quince años, en los inicios de su ascenso a la cúspide, tuvo que vérselas con los estereotipos que la industria tradicionalmente ha marcado para las mujeres.

Ha sido la propia Sarah Snook quien ha rememorado el trato recibido por parte de un director de casting y de un productor al comienzo de su carrera, cuando asumió que tenía que cambiar si aspiraba a triunfar en la industria.

Sarah Snook y los estereotipos de Hollywood

En una entrevista reciente con The Sunday Times, la actriz de Succession recordó el trato dispensado por un director de casting y un productor al comienzo de su carrera, especialmente centrado en su aspecto físico. Tras ser elegida para un papel, el responsable de casting le dijo:

"En realidad, no te queremos porque no eres nadie, pero el director y el guionista creen que eres buena para el papel. Así que, lo que haremos es cambiarte por completo para que seas vendible: blanquearemos tus dientes, te oscureceremos el cabello y tendrás un entrenador personal para que puedas perder peso y lucir bien".

La actriz aceptó, asumiendo que, si quería medrar en la industria, tenía que "dejar de ser ella misma". Pero ese sacrificio aún le costaría una reprimenda pública por parte de un productor cuando, en un rodaje, quiso comer un trozo de tarta: "me estaba muriendo por dentro".

Los sacrificios y el talento de Sarah Snook la han llevado hasta donde está actualmente, aunque no deja de ser reflejo de un prisma que aún persiste en la industria audiovisual y que muchas estrellas padecen constantemente.