Sigourney Weaver tuvo que aprender parkour y otras técnicas para poder rodar Avatar: El sentido del agua
Sigourney Weaver regresa a Avatar: El sentido del agua dando vida al personaje de Kiri, la hija adolescente de Sully y Neytiri, en vez de repetir su papel como la doctora Grace Augustine que tuvo en la primera entrega.
En muchas ocasiones, las personas que van a protagonizar una película no tienen todos los conocimientos necesarios para afrontar a su personaje antes del inicio del rodaje.
El caso que os comentábamos ayer era especialmente llamativo, pues Tenoch Huerta no sabía nadar antes de aceptar rodar Black Panther: Wakanda Forever para interpretar al personaje de Namor que iba a vivir bajo el agua.
Sigourney Weaver aprendió parkour y a respirar bajo el agua para rodar Avatar 2
Sigourney Weaver parece que sí sabía nadar para su regreso en la secuela Avatar, pero aun así mejoró sus habilidades de buceo.
En esta ocasión, la actriz ya no iba a ponerse en la piel de la doctora Grace Augustine sino en la piel de Kiri, la hija adolescente de Sully y Neytiri, y le faltaba experiencia en más de una materia para poder interpretar a esta joven Navy.
“En Avatar: El sentido del agua, yo era mayor que muchas otras personas y tuvimos que hacer mucho parkour”, explicó Sigourney Weaver en una reciente entrevista con Interview Magazine. “Tuvimos que hacer burpees. Tuvimos que hacer apnea”.
“¿No te encantan estos trabajos en los que tienes que aprender algo realmente extravagante que guardarás contigo por el resto de tu vida?”, explicó Sigourney Weaver. “Apnea, especialmente, estoy agradecida de que pasáramos un año haciendo eso”.
La actriz aprovechó la ocasión para comentar cómo fueron sus clases acuáticas, en las que también tuvo que aprender a aguantar la respiración durante varios minutos, dando como resultado unas cifras increíbles.
“Mi esposo es de Hawái y es un gran nadador y surfista, así que hicimos el entrenamiento juntos y un día ambos aguantamos la respiración durante seis minutos y medio”, compartió Sigourney Weaver.
Tanto su entrenador como ella y su marido no podían creerlo, pero ese fue el fruto de su buen entrenamiento: “aprendes que no vas a morir si no respiras. […] Es todo un asunto psicológico”.
Descubre más sobre María Bescós, autor/a de este artículo.
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