Top Gun: Maverick es la demostración de que Tom Cruise es la última gran estrella de Hollywood

No ha empezado la película pero Tom Cruise ya se ha metido a todo el cine en el bolsillo con un sencillo vídeo en primer plano donde solo aparece él dando las gracias a todos los espectadores por haber pagado una entrada para ver Top Gun: Maverick. Una secuela de una película que se estreno hace 36 años y con la que Cruise ha vuelto a demostrar que es una estrella absoluta.

Al actor parece que no le pesa ni la pandemia, ni los años, ni alguna que otra polémica de la que ha sido protagonista. Si es una película de Tom Cruise, es un éxito asegurado. Top Gun: Maverick lo es, y no solo eso, sino que también sirve como una alegoría sobre lo que el propio Cruise opina sobre el cine actual.

Esto se ve claramente en escenas como la conversación que mantiene con el personaje de Ed Harris en la que este le habla de un futuro en el que "ya no van a ser necesarios los pilotos porque todo va a estar controlado por ordenador", o cuando es él mismo quien se pone a pilotar un avión para enseñarle a sus alumnos cómo se hacen las cosas. 

Ya lo dijo durante su visita al Festival de Cannes este año, él nunca va a estrenar películas en plataformas y de las pantallas verdes mejor no hablamos, pues si puede ser él quien se agarre a la puerta de un avión en marcha, lo va a seguir haciendo. En Cannes, un festival que ha estrenado películas de Netflix como Okja, fue aplaudido como un héroe.

Y es que en cierto sentido lo es, pues Cruise ha demostrado que se puede seguir haciendo cine de una manera "tradicional", pilotando aviones en vez de recrearlos digitalmente, y seguir consiguiendo que hordas de personas de todo el mundo acudan a las salas y salgan contentos con el resultado. Incluso siendo una nueva secuela de la saga Misión Imposible.

Porque las películas de Tom Cruise tienen algo que el resto no tiene: a Tom Cruise, el único actor que ha día de hoy sigue manteniendo ese halo de gran estrella de cine hollywoodiense que parece que se perdió a finales de los 70. Una imagen que ha cuidado gracias a su sonrisa pícara y la concesión de pocas entrevistas, lo que le ha permitido sobrevivir a todas las polémicas e, incluso, a la vejez.

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Los demás envejecen, yo me adapto

A parte del evidente uso de Just for Men en el pelo, a Tom Cruise no parece importarle envejecer, eso sí, lo va a hacer siguiendo sus propias reglas. Por eso no le importa que se le vean arrugas en la cara, pero sigue preocupado por mantenerse en forma o porque no se le noten las canas. 

Cruise sabe que es una de las pocas estrellas que quedan en tan buena forma pero eso no significa que no respete a las demás. De hecho, este sentimiento se ve muy bien escenificado en el momento en el que Maverick va a visitar a Iceman, interpretado por un Val Kilmer que solo saca tres años a Cruise, pero que ya no puede hablar a causa de un cáncer de garganta.

Cruise le regala esta escena a su antiguo compañero, como una forma de dejar que se despida del cine y demostrando que él todavía está de pie, pues si hay algo que sabe hacer muy bien este intérprete es adaptarse a los tiempos. Otro ejemplo más de lo que encontramos en Top Gun: Maverick.

Mientras la primera Top Gun era una muestra de testosterona, esta segunda se permite el lujo de incluir personajes femeninos interesantes en la trama y, no solo eso, sino que también se ve a militares estadounidenses llorando desbordados por la emoción, siendo uno de ellos el propio Tom Cruise.

Superviviente a todas las polémicas

Pero si hay una cualidad que hay que reconocerle a Tom Cruise, es su capacidad para sobreponerse a todas las polémicas que le han podido rodear. Da igual que pertenezca a una casi secta con prácticas más que cuestionables en Estados Unidos, o que su exmujer Katie Holmes le acusase de que no le dejase ver a la hija que tienen en común, pues Cruise siempre se repone.

Tampoco importa que echase una bronca monumental a sus equipo durante el rodaje de la última Misión Imposible por no ponerse la mascarilla. Todo al que preguntes se va a poner de parte del actor de sonrisa perfecta. Así es Cruise, un hombre que ha creado su propia imagen de marca alejado de lo que le mandaba Hollywood.

Nadie duda que es uno de los grandes actores del último siglo; sin embargo, nunca ha ganado un Oscar, un premio al que él mismo ha renunciado. Después de estar tres veces nominado decidió pasar del clasismo de Hollywood contra los actores guapos y demostrar que él hacía el cine que le daba la gana. 

Y así es, lo único que le importa a Cruise es pasárselo bien haciendo películas, es por ello que su carrera en los últimos tiempos está basada prácticamente en las secuelas de Misión: Imposible. Un tipo de cine que a muchos otros actores les pasaría factura, pero no a Tom Cruise, pues al fin y al cabo, son películas de Tom Cruise.