Quentin Tarantino tiene maestría en muchos aspectos del séptimo arte, lo que incluye algunas de las secuencias de apertura más memorables de la historia del cine.
Dentro de la industria cinematográfica, hay pocos directores tan distinguibles como Quentin Tarantino. El responsable de películas como Pulp Fiction o Malditos Bastardos ha colaborado con algunas de las estrellas más importantes del cine.
Hay muchos elementos que hacen de Quentin Tarantino un director único: la icónica tipografía en los títulos de crédito, los diálogos triviales que, sin embargo, absorben al espectador y, con frecuencia, algunas de las mejores secuencias de apertura de la historia del cine.
Más de una película de este director ha arrancado con fuerza, ya sea por contar con un enorme Christoph Waltz comiéndose la pantalla o porque una pareja charle sobre banalidades en un restaurante.
Decidir qué escena inicial de las películas de Quentin Tarantino es la mejor, se antoja algo complicado, pero vamos a repasar algunas de las más destacadas.
Kill Bill Vol. 1
La fantástica presentación de Kill Bill Vol. 1 nos pone en antecedentes de cómo quedó la novia en coma antes de que nos conecte de lleno con el personaje de Uma Thurman.
Sirve de presentación para los villanos, el drama y esa génesis de la vendetta que Beatrix Kiddo emprenderá en cuanto se despierte.
Su secuela no estará en la lista, ya que viene siendo un resumen en el que Uma Thurman rememora sus andanzas de la primera película, mientras conduce rumbo a su cita con la venganza.
Destacamos pues esa boda sangrienta en la que el Escuadrón Víbora Letal sentenció su futuro a costa de intentar asesinar a la más implacable de sus miembros.
Érase una vez en… Hollywood
Como si de la featurette de una película se tratase, Tarantino arranca Érase una vez en… Hollywood con Leonardo DiCaprio y Brand Pitt en plena entrevista.
La secuencia es atípica, aunque cuenta con los patrones identificativos del director, como los diálogos dinámicos.
También marca la relación entre los dos protagonistas, una relación que estará presente durante toda la película.
Jackie Brown
Otro arranque de película que marca la trama principal sin parecerlo es el de Jackie Brown, y lo hace nada menos que juntando a titanes como Bridget Fonda, Samuel L. Jackson y Robert de Niro.
De nuevo, los diálogos banales preceden al inicio de la acción que dará pie a la trama principal que atormentará al personaje de Pam Grier.
Sin embargo, el ritmo de los diálogos es tan adictivo que no parece que se vayan tantos minutos de metraje disfrutando de esa conversación, ya icónica, marca de Tarantino.
Los odiosos ocho
Si un viaje con una prisionera ya es una situación tensa: súmale una ventisca y numerosos nuevos invitados a la fiesta que nadie pidió.
Los odiosos ocho es una película, hasta cierto punto, bastante experimental en muchos aspectos que pueden ser criticados, o elogiados, a gusto del espectador.
Sin embargo, la escena de apertura de la película de Quentin Tarantino te pone más tenso que la piel de un tambor, porque cada nuevo pasajero de esa diligencia en busca de refugio es más sospechoso que el anterior.
Vamos, que es normal que, mientras veías la película, estuvieses más mosqueado que un pavo en Navidad.
Django desencadenado
Y no nos vamos del salvaje oeste, porque nuestra siguiente escena de apertura es de la inolvidable Django desencadenado, con Christoph Waltz en estado puro.
El doctor King Schultz tiene un modo muy pintoresco de pedir indicaciones, aunque tenga que despachar a un grupo de esclavistas para ello.
Al más puro estilo bávaro, se hace cargo de esos infelices antes de conseguir las respuestas (y el aliado) que buscaba en el joven Django.
Reservoir Dogs
antes de la icónica secuencia del paseo repasando los títulos de crédito, Reservoir Dogs arranca con una charla de restaurante de esas que han encumbrado a Quentin Tarantino.
Un debate sobre el significado de una canción de Madonna o sobre si se debe o no dejar propinas en un restaurante se antoja una charla intrascendente.
Es una escena que no expone la trama de la película en sí, pero hace algo mucho más importante en ese punto para un filme tan "reducido" como este: nos da a conocer a sus protagonistas.
Reservoir Dogs hace girar su trama en torno a la personalidad del disfuncional grupo de atracadores. Esta escena de apertura marca la línea que seguirá cada uno a lo largo del primer largometraje de Quentin Tarantino como director.
Pulp Fiction
De una charla de restaurante, a LA charla de restaurante. Pulp Fiction embotella toda su acción no lineal entre las dos escenas del atraco de Pumpkin y Honey Bunny a la cafetería.
La charleta intrascendente de esta pareja interpretada por Tim Roth y Amanda Plummer no parece conducir a nada, hasta que se ponen en pie y comienzan el atraco.
Lo bueno es que no sabremos qué sucede hasta el final del filme, cuando todo esté contado y John Travolta "vuelva a la vida" para ver como un "hijo puta peligroso" le da una lección a Pumpkin sobre mantener la calma.
Malditos bastardos
Aunque parte de la lista no está basada en ningún ranking, sí que consideramos a Malditos bastardos como la película que, quizá, esté un peldaño por encima de las demás con su impecable secuencia de apertura.
Hans Landa, en toda su gloria, personifica a través de la interpretación de Christoph Waltz el terror del que millones de judíos huyeron y se escondieron durante la Segunda Guerra Mundial.
La crueldad oculta tras la amable sonrisa y cordialidad de este coronel de las SS, y el saber que Shosanna y su familia se ocultan en la granja de monsieur LaPadite, le brindan un tremendo contraste de emociones a esta escena.
También ayuda a establecer la trama vengativa del personaje de Mélanie Laurent, tras conseguir "escapar" de Hans Landa: "Au Revoir, Shoshana".
Quentin Tarantino es un maestro a la hora de generar secuencias de apertura brillantes que nos han enamorado y metido de lleno en sus películas, incluso cuando parecen no aportar demasiado a la trama. ¿Cuál es vuestra favorita?
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