Aunque ahora mismo sea una de la mayores figuras dentro del mundo de los superhéroes gracias a las películas de Marvel Studios y a la caracterización tan inolvidable que ha llevado a cabo Robert Downey Jr., Tony Stark no siempre ha sido un personaje precisamente popular. Si no, que se le pregunten a la serie de animación de Iron Man de los 90, que, como sucedió con la de Los 4 Fantásticos, nunca terminó de explotar en términos de popularidad frente a otros productos de dibujos animados de aquella década tales como la serie de los X-Men, la maravillosa serie de Spider-Man, la famosa serie de Superman o la inigualable serie animada de Batman. En el caso del Hombre de Hierro, su destino fue similar al de la Primera Familia en la animación noventera.
Y es que son muchas las similitudes entre la serie de dibujos animados de Iron Man de los 90 y la serie animada de Los 4 Fantásticos. Las dos tuvieron su trayectoria de emisión en el mismo periodo, desde 1994 hasta 1996, y ambas llegaron hasta las dos temporadas y los 26 episodios antes de consumar su cancelación definitiva. De hecho, los dos proyectos animados de superhéroes convivían bajo la denominada The Marvel Action Hour, una hora de televisión dividida en bloques de media hora en la que las dos series se emitían una detrás de otra. Desgraciadamente, ninguna de las dos obtuvo la mencionada popularidad de su durísima competencia y se vieron condenadas al ostracismo.
Sin embargo, el olvido, a veces, es engañoso. Y, gracias a la llegada de la plataforma streaming Disney+ y a su amplísimo catálogo, la serie de Iron Man de 1994 va a ser rescatada del cajón de los recuerdos para trasladarla a un presente en el que el personaje ya no es un recoveco oculto en la memoria colectiva del lector de cómics de Marvel. Ahora Tony Stark es una leyenda absoluta para la cultura popular occidental, especialmente después de lo sucedido en Vengadores: Endgame. Así pues, muchos amantes de las películas del UCM caerán en las garras de una de las series de animación de Marvel más olvidadas.
Ni funcionó como serie, ni funcionó como adaptación
Uno de los grandes problemas que tuvo que afrontar la serie animada de Iron Man de los 90 fue cómo adaptar al personaje a la pequeña pantalla. Mientras que en la serie homóloga de Los 4 Fantásticos apostaron por una adaptación sumamente fiel a los cómics originales de la Primera Familia, con Tony Stark hicieron todo lo contrario. A excepción del origen del personaje, que se traslada a la televisión en animación de la manera más transparente posible, el resto de la adaptación se toma todas las libertas posibles y no tiene ningún interés en funcionar como un espejo de las viñetas.
Sin embargo, ni siquiera la historia de origen de Iron Man se cogió exactamente de los cómics y se imprimió en la animación. Sí, la esencia es la misma; y el resultado, también. Pero la serie de dibujos de Iron Man de 1994 modernizó el nacimiento del superhéroe del Universo Marvel e hizo que Tony Stark no sufriera las heridas de muerte en mitad del conflicto de Vietnam, sino en un acto de sabotaje industrial orquestado por Justin Hammer y el Mandarín. Además, las herias no son trocitos de metralla cercanos a su corazón, sino que son astillas ancladas cerca de la conlumna vertebral.
Este punto de partida no implicaba algo realmente negativo. De hecho, es una actualización muy curiosa y fácil de aplicar en una serie de animación como esta. El cambio de contexto sociopolítico era inevitable, ya que Vietnam quedaba lo suficientemente lejos como para no usarlo como telón de fondo. Algo que también hizo Jon Favreau en la histórica Iron Man de 2008 que iniciaría el Universo Cinematográfico de Marvel. Sin embargo, la transformación conceptual de casi toda la mitología del Hombre de Hierro (personajes, villanos, historias, arcos argumentales) provocó el rechazo de una parcela del target de la serie que venía de los cómics y quería disfrutar en animación las historias que ya habían disfrutado previamente en las viñetas.
Por ejemplo, el Mandarín era un antagonista muy diferente del de los cómics. Alterado por sus anillos, el villano incluso cambió su estética habitual por una piel verde y un torso musculado. Estos cambios no sólo tienen que ver con los diseños de los personajes, sino también con su funcionamiento en la propia serie. Incluso para beneficio del protagonista del proyecto animado, se insertó a Bruja Escarlata y Spider-Woman en la trama y las hicieron competir por el amor de Tony Stark. Al principio, Iron Man no tuvo interés romántico por ninguna de ellas; pero, finalmente, se decantó por Julia Carpenter, con la que incluso llegó a casarse durante la ficción de dibujos animados. Lo dicho: cambios que funcionaban como una actualización del personaje aplicada a la televisión.
A pesar de los esfuerzos de hacer que la serie funcionara durante el periodo de los 90, la acogida de la misma no fue la que se esperaba. Iron Man del 94 se quedó a medio camino entre los dos espacios: ni funcionaba como serie de animación, ni funcionaba como adaptación del personaje. Quizás, como hemos dicho al principio, al personaje le faltaba ese puntito de fama que sí tiene ahora. Como se demostró, el momento de Tony Stark todavía no había llegado. Tuvieron que pasar 14 años para encontrar ese momento. Y... ¡Cómo lo encontramos! Ahora ya hemos aprendido que, incluso lo inevitable, puede ser evitable si tienes delante al imprescindible, inolvidable e incomparable Iron Man.
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