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Crítica de Big Mouth temporada 6 - Con los padres, el rumbo vuelve a la serie de Netflix

Big Mouth temporada 6

Por mucho que nuestros problemas sean nuestros, los padres suelen formar parte de ello. La temporada 6 de Big Mouth en Netflix ahonda en ello... y acierta.

Por mucho que pase el tiempo y las cancelaciones de series vayan y vengan, hay algunas series de Netflix que parecen incombustibles, como es el caso de esta Big Mouth que ya va por su temporada 6.

Lo cierto es que, después de una quinta temporada demasiado enrevesada y hasta un spin-off llamado Recursos Humanos que no hacía más que ahondar en ese problema, no teníamos demasiadas esperanzas puestas en esta nueva tanda de episodios.

Quizá por eso, nos ha sorprendido lo mucho que hemos disfrutado con esta sexta temporada, en la que los showrunners Andrew Goldberg, Nick Kroll y compañía parecen haber tomado nota de los defectos de los últimos años y han vuelto a las raíces de esta comedia.

Para ello, han prescindido de buena cantidad de monstruos que, seguramente, resultaban demasiado abstractos y complejos y, salvo contadísimas excepciones, han decidido centrarse en los verdaderos protagonistas: los monstruos de las hormonas.

Se acabaron las discusiones entre representaciones de la ansiedad, el odio o la vergüenza y la cosa se centra más en los personajes humanos y, cómo no, su eterna lucha con sus impulsos sexuales, como pasaba más en las temporadas 1 y 2.

Además de que el discurso se ha "simplificado" un poco, esta vez hay un hilo conductor más claro para toda la temporada: las relaciones familiares de Nick, Andrew, Jessi y compañía, en concreto con sus padres.

Big Mouth temporada 6

Estos, que siempre habían estado presentes en la serie, dejan de ser una mera parodia y toman bastante relevancia en la historia, lo cual tiene mucho sentido: buena parte del público de esta serie de comedia serán, precisamente, los ya maduritos que sean padres y no solo busquen recordar los tiempos de la adolescencia, sino sentirse representados en su rol actual.

Así, el miedo a no saber qué decir a tu mujer para no equivocarte, el fantasma del divorcio o las relaciones paternales ausentes son algunos de los "traumas" sobre los que se ríen, pero también enseñan, estos episodios.

También hay bastantes momentos para algunas referencias frikis que, en nuestra opinión, están mejor llevadas este año. El episodio dedicado al "broche Apple" y nuestra obsesión por molar con algo vacío es muy divertido.

Y hablando de la faceta friki, los números musicales son más variados, locos y pegadizos que nunca. ¡Ojo a las constantes pullitas a las boy bands de finales de los 90 y principios de los 2000!

Big Mouth temporada 6

Pero no nos engañemos, esta serie tiene en su ADN el ser bruta y explícita y, por supuesto, aquí vais a encontrar chistes sexuales burros y primeros planos de toda clase de genitales y orificios humanos (y monstruosos), pero quizá porque ya nos hemos acostumbrado y quizá porque han tenido mejor mano, en esta ocasión sí resultan más catárquicos que escandalosos.

Aunque la T6 de Big Mouth bucea mucho en el lado de los sentimientos, hay también mucha sátira (y, reiteramos, también mensaje instructivo) en torno a dilemas y problemas sexuales como la candidiasis o la necesidad de respetar a alguien que se considere asexual.

Cómo no, hay mucha mala uva y ganas de llamar la atención, pero es sorprendente lo abierta de mente e instructiva que puede ser la serie en muchas facetas: en unos minutos, podemos pasar de una moraleja sobre respetar a quien se considera religioso por encima de todo a escuchar una canción sobre las múltiples identidades género. Bravo por ellos.

Aunque el doblaje en castellano es muy correcto, los que estéis acostumbrados al inglés agradeceréis las nuevas y reconocibles incorporaciones, desde Chris O'dowd (The IT Crowd) hasta el genial cameo, una vez más, de Nathan Fillion (Firefly).

Con un episodio final que es un divertidísimo delirio, la temporada 6 de Big Mouth cierra una racha que vuelve a colocarla en lo más alto de la animación para adultos. No todo es perfecto, claro: sale demasiado poco el entrenador Steve. ¡Nunca hay suficiente Steve!

VALORACIÓN:

La serie vuelve a recuperar la chispa con una temporada mucho mejor cimentada. La mezcla de humor escatológico, parodia y reflexiones sobre la vida está más equlibrada.

LO MEJOR:

Lo variado e instructivo de los mensajes, sin que por ello se pierda el carácter bruto y provocador de la serie.

LO PEOR:

Quizá los niños están demasiado "estancados" en los 13 años. ¿No deberían ir creciendo para abordar otros problemas posteriores?
Hobby

85

Muy bueno

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Etiquetas: Netflix