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Crítica de Creed III, tercer asalto en solitario para un Michael B. Jordan que sigue muy en forma

Creed 3

Crítica de Creed III, tercer entrega de la saga Creed dirigida y protagonizada por Michael B. Jordan, ahora sin Rocky pero con un villano excepcional interpretado por Jonathan Majors "Kang".

Creed: La Leyenda de Rocky, el sorprendente éxito de crítica y taquilla de 2015, hizo lo que toda "recuela" debe hacer: continuar la historia de una saga mítica como la de Rocky Balboa, pero poniendo el foco en los nuevos personajes que cogen el testigo.

Tras dos entregas de Creed en las que Sylvester Stallone se despidió de su personaje más emblemático, llega el momento de que Michael B. Jordan vuele libre, así que en Creed III ya no sale Rocky (ni siquiera en cameo, no lo busquéis).

Es un momento doblemente simbólico, ya que B. Jordan no solamente protagoniza la película en solitario, también la dirige, sustituyendo a Ryan Coogler, director de la primera (que aquí es productor junto a su hermano Keenan Coogler, guionista) y Steven Caple Jr., director de Creed II.

Todo el que vaya a ver una película de Rocky o de Creed sabe lo que se va a encontrar. No se puede negar el hecho de que todas son iguales: un nuevo contendiente amenaza la normalidad del protagonista, a menudo reacio a luchar, quien no obstante sacará fuerzas físicas y mentales para subirse de nuevo al ring y vencer no solo a su rival, también a los demonios internos que arrastraba con él.

Pese a ello, todas las películas de Creed, así como (la mayoría de) las películas de Rocky, se las apañan para emocionarnos y merecer la pena por méritos propios. Y Creed 3 no es una excepción

Da igual lo predecible que sea, este esquema de película funciona como un tiro y siempre entra genial, porque al final el boxeo es lo de menos: son dramas humanos, cuyos personajes reciben los mismos golpes de la vida que todos hemos encajado alguna vez, y aun así sacan las fuerzas para luchar, ganen o pierdan.

El mayor desafío para Michael B. Jordan

Creed III

Warner Bros.

En Creed 3 pillamos a Adonis Creed en un momento muy dulce, y tras una fructífera carrera como campeón de los pesos pesados decide colgar la toalla y dedicarse a regentar un gimnasio.

Adonis se pasó la primera película aprendiendo a valerse por sí mismo y salir de la sombra de su padre, Apollo Creed. En la segunda película tuvo que "repetir curso" por el desafío del hijo de Ivan Drago, en una revancha llena de simbolismo (y guiñitos guiñitos) que, en nuestra opinión, convierte a Creed 2 en la más floja de la trilogía.

Afortunadamente, en Creed 3 se liberan de los lazos paternales que anclaron a una repetición temática a las tres películas anteriores de la saga (incluyendo Rocky Balboa de 2006), y a consecuencia Creed 3 resulta un soplo de aire fresco.

Creed III

Quizás se puede objetar que esta vez el conflicto no resulta tan urgente como en las anteriores, donde Adonis (y Rocky) sufrían lo indecible física y mentalmente para resucitar en el tercer acto en unos "training montages" que ponían los pelos de punta.

En su lugar, Adonis se enfrenta aquí a la culpa, una carga que no parece exactamente "de vida o muerte", pero que le come lentamente las entrañas hasta llegar a un punto crítico que no se resuelve solo con aguantar el golpe y golpear más fuerte, sino que requiere madurar.

Jonathan Majors, el rival que la saga necesitaba 

Esa madurez la percibimos también en el guion de Creed 3, que se porta mejor con el antagonista de Jonathan Majors que el guion de Creed 2 (y el montaje que cortó esta escena) hicieron con los Drago (Viktor Drago, por cierto, regresa con un pequeño papel en la tercera).

Las primeras reacciones ya nos avisaban: Jonathan Majors es lo mejor de la película (sin que eso deba quitar méritos a B. Jordan o al resto del reparto). 

Jonathan Majors en Creed III

Esta no es la primera vez en la franquicia donde se presta tanta atención al antagonista: la primera fue en Rocky V, donde "Tommy Gunn" también comenzaba siendo un amigo de Rocky. Pero no os preocupéis: Creed III es muuuuucho mejor que Rocky V.

Majors, que también fue lo mejor de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, interpreta aquí a Dame, un viejo amigo de la infancia de Donnie, casi un hermano, que regresa tras 18 años en la cárcel... ¿pero con qué intenciones?

Majors tiene mucho tiempo para brillar, particularmente en la primera mitad, donde hacen contrastar la vida asquerosamente rica de Donnie con los recuerdos de la vida en callejera y en centros de acogida que tuvo con Dame. 

Pero Dame no tiene por qué ser necesariamente malo, ni Donnie tiene por qué ser especialmente bueno: la película juega muy bien sus cartas para invitar al espectador a ponerse en la piel de los dos

Y aunque el clímax caiga en el maniqueísmo habitual de la saga, no nos deja con la sensación de haber sido manipulados, sino de haber visto dos maneras diferentes de resolver un conflicto. 

Como en toda la saga, al final toda esa presión se sube al ring y se libera en una pelea a puñetazos que es una "metáfora de la vida", pero en esta más que nunca no se siente como un reduccionismo, sino como una liberación.

Creed III

MGM

Las sensaciones que nos deja Creed 3 son muy buenas, sin alcanzar a la primera, que quizás sea inalcanzable gracias a ese Stallone que rozó el Oscar, pero una mejoría importante respecto a la segunda entrega, que pese a todo seguía siendo notable.

Creed 3 no es del todo redonda: algunas de las tramas secundarias con Tessa Thompson o con la hija de Creed dan la sensación de quedar incompletas en un tercer acto apresurado y más simplista que la primera mitad.

La dirección de Michael B. Jordan sí que es intachable y está en perfecta sintonía con las otras dos, pero permitiéndose experimentar en una secuencia clave (podéis imaginar cuál) que es una gozada.

Creed 3 es fantástica, ¿pero se echa de menos a Rocky?

¿Se echa de menos a Rocky? No... y sí. Como defendía al principio, Creed III se beneficia de dejar atrás el legado de Apollo Creed que dirigía las dos películas anteriores, y por esa razón también se beneficia de echar a un lado a Rocky, a quien ya pocas cosas le quedaban por contar.

Pero no deja de resultar extraño que Rocky, que fue una figura tan importante para Adonis Creed, esté totalmente ausente en este difícil capítulo de la vida de Adonis.

Sylvester Stallone sí que es productor de Creed 3, y nunca estuvo planeado que saliese... pero también es difícil olvidar el drama detrás de las cámaras, con el monumental (pero monumental de verdad) enfado de Stallone el verano pasado, cuando se filtró el desarrollo de una serie de Drago sin consultarle...

No sabemos si volveremos a ver a Rocky, aunque sea un algún cameo, en la más que probable Creed 4, y quizás sea mejor que no, porque en su primera película en solitario, Michael B. Jordan demuestra que Adonis Creed sigue teniendo muchas batallas que librar, dentro y fuera del ring... en cine, o en plataformas.

VALORACIÓN:

Creed III continúa la racha de la saga Rocky, ahora sin Rocky, con una entrega superior a su predecesora por un guion más maduro en el que destaca el antagonista interpretado de forma brillante por Jonathan Majors, sin desmerecer la dirección de Michael B. Jordan. Un debut muy potente que impulsa una saga que todavía no ha lanzado el último golpe.

LO MEJOR:

La dirección de Michael B. Jordan, la interpretación de Jonathan Majors y un guion que explora nuevos temas sin caer en la redundancia habitual.

LO PEOR:

Algunas subtramas parecen dejadas a medias. Algo más simplista en su tercer acto. No está Rocky... pero no se le echa de menos.
Hobby

80

Muy bueno

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