Crítica de La fortaleza, un thriller cómico coral sobre herencias envenenadas

Ya sabemos que el cine español no pasa por su mejor momento en lo que al terreno de la comedia se refiere pero La fortaleza tiene justamente eso, una fortaleza en su búsqueda de cierto grado de originalidad. Se trata de una comedia negra de intriga que nos remite a los códigos de cintas de suspense tradicionales: un enclave, personajes encerrados, un misterio por resolver...

Los ingredientes de la fórmula son buenos y está más que demostrado que tienen capacidad para enganchar a la audiencia, así que el guión original de Chiqui Carabante, Salvador Serrano Molina y David Orea parte con la ventaja de que los espectadores tienen más o menos claro lo que van a ver... una pieza configurada al "modo Agatha Christie" pero con regusto ibérico y mucha mala baba.

Otro aspecto que juega a su favor es contar con un reparto muy coral en el que hay colaboraciones puntuales de Manolo Solo (La desconocida), Nacho Fresneda, Manuel Zarzo y Lola Casamayor, instituciones del cine español por derecho propio.

El núcleo duro lo componen Fernando Cayo (La casa de papel), Goya Toledo (El desconocido), José Manuel Poga (Infiesto), Vito Sanz (Vergüenza) y Carla Nieto (Si yo fuera tú). Ellos dan vida a los cinco hijos de Arturo Villaplana, un adinerado magnate recientemente fallecido que deja instrucciones precisas para ellos como voluntad póstuma y condición sine qua non para heredar.

Los hermanos, que se llevan a matar entre ellos, tendrán que superar una serie de pruebas contrarreloj para conseguir su parte del pastel. Su padre, un reputado bromista de pasado más bien oscuro y gusto macabro, les da de tiempo hasta el mediodía del día siguiente, algo que se encarga de certificar un notario peculiar al que da vida Fernando Tejero.

Un plazo para heredar la verdad

Puede parecer que el argumento es hasta simplón pero, a medida que se suceden las revelaciones queda claro que lo que hay en juego va más allá de las posesiones materiales o las sumas de dinero: lo que se dirime en este juego de veinticuatro horas es quiénes son en realidad y qué van a hacer con sus vidas.

Diferenciar a los personajes y bucear un poco por sus motivaciones es fundamental para comprender su comportamiento el por qué de sus acciones en cada momento.

En esto la cinta encuentra alguna dificultad por la extensa galería de personajes y por su voluntad de "darles cera" a todos ellos. Les quita a todos la careta, pero el proceso no es tan apasionante en todos los casos. Y el resultado, en términos de diversión difiere mucho de uno a otro: en general, los personajes masculinos son más creíbles y tridimensionales que los femeninos.

Respecto al sentido del humor, hay gags que parecen solo apuntados pero que no terminan de pulirse como para desencadenar las carcajadas: el tono negro nunca se pierde y la manera de fustigar el status quo de las clases pudientes es también una tónica predominante en una película que, por lo demás, se desinfla bastante en su tercio final.

Sí que hay que destacar algunos aspectos de la producción como la dirección artística que nos lleva a disfrutar de espacios muy reconocibles en una hacienda de este estilo y otros que son pura fantasía como ese gabinete de muñecos tétricos en el que se cuela una pitonisa autómata de lo más inquietante.

A La fortaleza le falta quizás un plot twist final que termine de rematar la faena y también alguna capa más en el diseño de las personalidades de los avariciosos hermanos. En cualquier caso ofrece un entretenimiento razonable que merece una pantalla grande.

Dicho lo cual, no podemos dejar de señalar que la plataforma SkyShowtime ha adquirido los derechos de la película, siendo la primera película española que lanzará en los próximos meses.