Crítica de Jack Ryan temporada 3: Amazon Prime Video se sumerge en el conflicto ruso

Si tienes una suscripción a Amazon Prime Video, seguro que alguna vez has caído en las redes de espionaje internacional de una de sus series bandera: Jack Ryan ha regresado con una tercera temporada para despedir el 2022.

La serie protagonizada por John Krasinski (The Office) vuelve a llevarnos al terreno de las conspiraciones y la geopolítica de las novelas de Tom Clancy con una tercera temporada que, sin llegar a la altura de su primera temporada, vuelve a ser cumplidora.

Ryan se sumerge esta vez en un conflicto que trasciende más allá de la eterna lealtad americana: perseguido por todos, tendrá que operar en las sombras para protegerse a sí mismo y a todos los que le rodean — e incluso a los que no — en medio de un conflicto entre Rusia, Estados Unidos y... la República Checa.

Jack Ryan mantiene las máximas que la han llevado a su tercera hornada de capítulos: un héroe de acción funcional aunque algo más descafeinado, un argumento sencillo en su formato de «americanada» y una factura notable con la que recorreremos los bellos paisajes de Europa y Rusia.

La guerra contra Jack Ryan

Aunque el fulgurante lanzamiento se haya visto oscurecido por las numerosas quejas de los usuarios por la calidad del audio de la nueva temporada de Jack Ryan, los seguidores de la serie han esperado con cierta ansia durante algo más de tres años para poder poner sus ojos en la nueva entrega desde el lanzamiento de la segunda temporada.

El espía creado por Tom Clancy ha pasado de enfrentarse a terroristas en Oriente Próximo, a salvar a la población de Venezuela de la tiranía de un dictador y, ahora, cómo no, tocaban los rusos. ¿Qué haríamos sin el héroe americano?

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Jack Ryan es una serie con un protagonista hecho para triunfar en televisión. Son muchos los que critican y alaban a partes iguales el trabajo del eterno Jim Halpert, pero nosotros hemos visto con buenos ojos su salto desde la industria del papel de The Office a la CÍA, la verdad.

Bromas aparte, la nueva temporada de la serie juega con tensión aunque no tanta inteligencia las armas cinematográficas con las que este tipo de producciones suelen caricaturizar a la inteligencia rusa: rostros duros, personajes estoicos y una música lo suficientemente tenebrosa como para que dudemos de si estamos ante el ministro de Defensa o el mismísimo Conde Drácula.

Esta vez han pasado de líos amorosos y se han metido directamente en faena, ofreciendo una buena retahila de escenas de acción en las que veremos a Ryan abrirse camino ante hordas de soldados a lo John Wick o infiltrándose en barcos acorazados bajo la luna llena en misión de rescate imposible.

Y eso es precisamente lo que más destaca de la temporada 3 de Jack Ryan; han sabido mejorar los tiempos y la cadencia en el ritmo que dejó algunas dudas en la anterior entrega, llevándonos a la acción desde los primeros capítulos.

La trama, por contra, no tiene nada de novedoso, para que nos vamos a engañar. Su mayor guiño es la desgraciada realidad que estamos viviendo en Europa; más allá de eso, es la misma historia americana plagada de estereotipos políticos.

Jack Ryan tuvo algo verdaderamente genuino en su primera temporada humanizando ambos bandos de una forma completamente orgánica. La segunda perdió gran parte de esa esencia, y la tercera no ha dado el giro de timón que cabría esperar para encauzarla por el camino que iniciaron.

Nadie espera que una novela americana de un héroe de acción no termine promoviendo la archiconocida propaganda de la valentía estadounidense, pero en esta tercera temporada de Jack Ryan se han dejado el desarrollo de su personaje principal olvidado en un cajón.

Algo bastante peculiar dado el encomiable trabajo de casting e interpretación que lo rodea y con el que vuelven a acertar, encabezando la lista con James Cosmo y Nina Hoss.

La perspectiva del personaje de Krasinski queda limitada a impulsos, desequilibrando la balanza por el lado contrario que en la segunda temporada y sin ofrecernos esa profundidad que, como decíamos, sí confiamos que puede ofrecer su intérprete.

Conclusiones de Jack Ryan Temporada 3

A pesar de que la guerra tenía como objetivo reducir al mismo Jack Ryan, la temporada 3 de la serie vuelve a ofrecer un producto de acción y espionaje disfrutable.

Con la impecable factura ténica habitual luciendo los escenarios europeos, y si nos quitamos de preocupaciones sobre la coherencia de acción de las distintas policías locales o la lógica geográfica de los países protagonistas, ofrece más del mismo atractivo de la serie.

Atmósfera y acción en detrimento de una trama sesuda con diálogos memorables. Patriotismo y palomitas por inteligencia táctica y militar. Es divertida, sin ofrecer ni arrebatar más de lo que cabría esperar dada la evolución de la serie, pero cuya factura siempre nos hará soñar con algo más.