Crítica de Love & Death, la miniserie true crime de HBO Max con Elizabeth Olsen generando déjà vu

Los true crime son un tipo de programación muy codiciado entre las plataformas de streaming. Un buen ejemplo de ello es la enorme cantidad de este tipo de series que llegan a Netflix, y en HBO Max no se quedan atrás a la hora de contarnos historias de crímenes reales, ya sea con rigor documental o con algunas pinceladas de ficción.

Hoy han llegado a HBO Max los tres primeros episodios de Love & Death, la miniserie creada por David E. Kelley (Mr. Mercedes, Goliat).

Elizabeth Olsen (Bruja Escarlata y Visión, Godzilla), a quien tenemos más que interiorizada como Wanda Maximoff en el UCM, es la protagonista a lo largo de siete episodios que parten con un importante handicap: la misma historia se narró el año pasado en Candy, otra miniserie para Hulu protagonizada por Jessica Biel.

Hoy, en Hobby Consolas, os traemos nuestra crítica de Love & Death, cuyos tres primeros episodios ya están disponibles en HBO Max.

Una historia real, amparada en la nostalgia

La nueva incorporación al catálogo de HBO Max sabe bien qué baza es la que necesita jugar para destacar: la nostalgia. Love & Dearth se encarga de meter referencias a finales de los setenta y principios de los ochenta, siempre que tiene ocasión.

Es algo de agradecer, ya que la trama, como tal, está estirada cual chicle al que le han pasado un rodillo de cocina por encima. Para los que no conozcáis la historia, vamos con una premisa.

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En un pequeño pueblo de Texas, dos matrimonios de una congregación parroquial metodista atraviesan problemas y dos de sus integrantes terminan teniendo un affaire que, de entrada, parece una idea estupendísima y estructurada hasta el más minimo detalle para "no hacer daño a nadie". ¡Ja!

Ahora vamos con un spoiler. Si no conoces la historia, puedes saltar a la siguiente sección, aunque es un true crime, no sé qué esperas que no suceda. Al final, Candy Montgomery, el personaje de Olsen, termina asestando 41 hachazos a la esposa de su amante, aunque ella alegaría defensa propia.

La serie de HBO Max explorará desde el inicio del affaire hasta la terrible resolución judicial que llegaría tras lo ocurrido.

Una historia que no tiene tanto que contar para lo que dura

La historia de Love & Death es muy sencilla. De hecho, lo bueno llega después del ecuador de la serie, cuando nos damos cuenta de que hemos pasado de un drama criminal a un drama judicial.

Todo el primer tramo de la serie, casi los tres episodios que ahora están disponibles en el catálogo de HBO Max, son una suerte de preámbulo que han estirado en exceso. Hablamos de tres horas contándonos todo ese affaire y las dudas morales para los dos implicados. Cierto es que nos dejará ver en alguna ocasión de qué pie cojea el personaje de Elizabeth Olsen.

Sin embargo, y pese a que la serie de HBO Max se apoya en que son hechos reales, la historia inicial es más propia de una trama de apoyo en cualquier otro tipo de serie: típico lío entre dos personajes fuera de sus relaciones. No tiene más, el resto de ese tramo es dar vueltas sobre el mismo palo. Y así tres horas.

Luego Love & Death cobra fuerza ante las pesquisas del sheriff y toda la fase judicial. No obstante, y como hemos citado en la entrada a la crítica, con una serie como Candy estrenada en 2022, uno se pregunta por qué han realizado otra miniserie idéntica. La tenéis en Disney+ STAR, por cierto.

El elenco al rescate

Es en las actuaciones donde Love & Death remonta un poco. De Elizabeth Olsen hay poco que no se haya dicho. La pequeña de las hermanas Olsen ha empezado a lucir más tarde, pero mucho más y mejor que sus dos hermanas mayores.

Su papel como Candy Montcomery, especialmente en el tramo inicial, es un espejo del que tuvimos con Wanda Maximoff en Bruja Escarlata y Visión. Olsen vuelve a dar vida a una ama de casa disfuncional en una historia que parece montada para ser una sitcom familiar, aunque esta vez sin risas.

El amante de Candy, Allan Gore, está interpretado por Jesse Plemons, nominado al Óscar por El poder del perro y bien conocido por los fans de Breaking Bad por su papel como Todd.

Lily Rabe interpreta a la víctima, Betty Gore, mientras que Patrick Fugit personifica al esposo de Candy, Pat Montgomery.

También tenemos a  otra actriz de Breaking Bad y de Marvel, la mismísima Jessica Jones, Krysten Ritter, en el papel de Sherry Cleckler, la mejor amiga de Candy.

El elenco hace lo que puede para llevar el peso de la trama, pero todo es tan artificial —ojo, que no inverosímil—, en el primer tramo, que solo quienes aguanten hasta el ecuador de la serie comenzarán a ver la remontada en condiciones.

Además de tener una serie idéntica estrenada hace exactamente un año, la historia del crimen pasional de Candy Montgomery da hasta donde da. Aunque nos encanta ver a Elizabeth Olsen como una ama de casa modelo, no será hasta el segmento judicial donde veremos realmente a la actriz desplegar todo su potencial.

Love & Death arranca muy tarde, y gasta demasiado tiempo en establecer la historia. Tanto que muchos puede que se bajen del barco antes de que la verdadera travesía, posterior al crimen, comience. Vemos algunos ramalazos de lo que nos quiere enseñar la serie en alguna escena, pero no suficiente en esas tres horazas como para que muchos quieran quedarse.