A pesar de que ha detonado el fenómeno Barbenheimer en taquilla con el estreno simultáneo de dos peliculones como Oppenheimer y Barbie no podemos dejar de lado otras producciones que han llegado esta semana a los cines españoles. Los amantes del terror tienen una cita con Insidious: La puerta roja y quien esté en busca de otra alternativa, puede asomarse a Mafia Mamma.

No se trata de una gran película a nivel de producción ni de ambición argumental, de hecho le vamos a poner unas cuantas faltas, pero tiene la rara virtud de reunir a dos actrices que son una despiporre por separado y una fiesta elevada al cubo juntas. 

Hablamos de las excepcionales Toni Collette y Monica Bellucci, que no pasan por su mejor momento interpretativo, precisamente. La primera viene de protagonizar la película Una herencia de muerte y la serie El poder, proyectos ambos de muy poca repercusión para su talento, además de haber prestado su voz a uno de los personajes de Ruby, aventuras de una kraken adolescente.

A la segunda, estamos deseando verla en Beetlejuice 2 después de haber pasado por producciones menores como La memoria de un asesino.

Ellas son, por separado y en conjunto, el gran aliciente para entrar a ver Mafia Mamma y, si bien cinta no cuenta con un guión particularmente estimulante, original ni eficiente en su tono humorístico, eso nos lo llevamos para el cuerpo.

Come, reza, f***a

Para Kristin Balbano Jordan, se hace evidente que su vida necesita un cambio. Su hijo se va a marchar a la universidad, su matrimonio hace aguas cuando descubre de rebote que su marido le es infiel y su puesto como ejecutiva de marketing de una farmacéutica está en un punto crítico.

Kristin ansía una vida en la que su empatía y talento natural para resolver problemas se vean como virtudes y no como defectos. Y el karma se lo pone todo en bandeja: recibe una llamada inesperada de una mujer que no conoce, Bianca, diciéndole que su abuelo italiano ha muerto. Aconsejada por su mejor amiga, decidirá aprovechar la oportunidad para cambiar de aires y buscarse a sí misma. 

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Así que decide dejar California rumbo a Roma para asistir al funeral (y con un poco de suerte tener una aventura versión a lo "Come, reza, ama" pero cambiando el "amar" por algo más físico).

Sin embargo, nada sale como ella espera: descubre que el "negocio" familiar es una organización criminal y sus rivales ahora tienen a los Balbano en el punto de mira

 Kristin tiene que hacerse con las riendas heredando el imperio criminal, siguiendo los deseos de su abuelo. A pesar de sus reticencias iniciales, la complaciente madre de familia se da cuenta de que, cuando no está esquivando intentos de asesinato, ser un capo de la mafia tiene sus ventajas.

Entre ellas tener a un grupo personas que respetan lo que ella tiene que aportar, un vestuario fantástico, el ángel de la guardia que es Bianca y un descanso de esas interminables reuniones por Zoom. Es un gran paso para una mujer que estaba tan ocupada cuidando de su familia que nunca tuvo un momento para ver El padrino.

Según se va convirtiendo en "la madre de la mafia", Kristin ve cómo la familia Balbano, al igual que ella, puede dejar atrás sus viejas costumbres y disfrutar de un nuevo comienzo.

Mafia Mamma es una película con calificación R que tira a menudo por un humor de trazo grueso, pero que en el fondo, viene a reivindicar lo mismo que una película como Barbie: que tener vagina (y disfrutar haciendo uso de ella) no te incapacita para tomar decisiones y disfrutar de una posición de poder.

¿Carga demasiado las tintas? Constantemente, pero si has llegado a una determinada edad en la que la vida suele volverse bastante poco edificante (si eres mujer, por si no queda claro), ver a estas dos locas en acción con un estupendo wonder bra y unos tacones de escándalo, tiene su punto.

La película la dirige Catherine Hardwicke, que formó parte del equipo de El gabinete de las curiosidades de Guillermo del Toro con la dirección del episodio sexto titulado "Dreams in the Witch House". No es que saque oro del elenco, pero cumple por la mínima.