Crítica de la miniserie Libertad, ya en Movistar+ y en cines con un montaje adaptado

¿Cine o serie? ¿Pantalla grande o el salón de tu casa? En Movistar+ quieren llegar al segmento más amplio posible de la audiencia, para lo cual lanzan un experimento pionero de la mano de A Contracorriente Films. Podrás disfrutar de Libertad de dos maneras distintas: en formato de miniserie, con cinco episodios de 40 minutos de duración o bien como una película de 138 minutos que, en palabras del propio Enrique Urbizu es una obra que cuenta la misma historia pero con otro lenguaje y "con una mezcla de sonido totalmente distinta".

Esta serie dramática nos ubica en los comienzos del siglo XIX en la era prenapoleónica y su trama gira en torno a La Llanera, una mujer que, tras 17 años encerrada y sentenciada a muerte, es puesta en libertad. Desde su condena, anualmente ha sido expuesta a la incertidumbre y guiada hasta el cadalso, pero al ser indultada puede escapar por fin junto a su hijo Juan, que nació en la celda y no conoce el mundo exterior ni a su propio padre, el célebre bandolero apodado Lagartijo.

Una vez fuera, tanto la madre como el hijo tratarán de vivir la libertad que les fue negada durante tantos años mientras son perseguidos por cuadrillas de bandoleros y escopeteros del Gobernador de Cádiz. Lagartijo, Aceituno y el Gobernador buscan a La Llanera, pero también se buscan entre sí, pues en este mundo en el que viven no hay sitio para los traidores.

Por temática, tono y forma, no se puede decir que Libertad esté "de moda". En la época que nos ha tocado vivir dominan la industria del entretenimiento los superhéroes, los monstruos y los grandes universos ficcionales cohesionados. Sin embargo, hubo un día, no hace tanto, que los héroes del pueblo eran otros: los escurridizos bandoleros que arrastraban una fama incierta pero tenían una férrea lealtad a los suyos y con cuyas aventuras era fácil sentirse identificado.

Esta serie y la película que de ella se ha derivado es, ante todo, una muestra de amor por aquellas ficciones que modelaron a los hombres y las mujeres que se criaron viéndolas, pero también incorpora aspectos que ni de broma se habrían visto en su momento: desde el diseño de algunos personajes hasta las relaciones con su entorno y sus aspiraciones. 

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Libertad - Galería de imágenes (5 imágenes)

Dice Urbizu que domina en nuestras fronteras cierto analfabetismo audiovisual que nos hace incluso tolerantes a la apropiación cultural y que el western es algo que tuvo su base en España. ¿De dónde salieron si no los caballos, los sombreros de ala ancha, las chaquetillas y todos los leit motiv del género? En esta serie encontraréis las capas, las navajas y la diligencias asaltadas a punta de trabuco.

Ciertos aspectos harán que sea imposible que no se os venga a la mente Curro Jiménez, la serie sobre el bandolero andaluz de la Serranía de Ronda emitida en los 70 en TVE con guión de Antonio Larreta y un cartel encabezado por Sancho Gracia, Álvaro de Luna y José Sancho entre otros. Los oídos os remitirán asimismo a la serie, con una banda sonora prácticamente onmipresente y ecos de algunas de las partituras más célebres del spaguetti western (campanas y otros intrumentos de pequeña percusión, pasajes vocales y la fusión de pasajes líricos con otros mucho más potentes que dan fe de la crudeza de la acción).

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Pero, como ya anunciábamos con anterioridad, Libertad ha actualizado totalmente la trama incorporándole además algunos discursos que amplían el concepto de libertad del prisionero que puede volar fuera de su celda: tenemos a una mujer protagonista que se autoafirma como dueña de su cuerpo y lucha por proteger a su hijo de un mundo de barbarie, relaciones entre personas del mismo sexo, una rebelión de clases y la naturaleza como algo más que un marco para la acción.

Que el andorrano Isak Férriz haya sido escogido para dar vida a uno de los personajes más complejos y curiosos de esta obra no es casualidad: recordemos que fue el protagonista de la miniserie Serrallonga y que también apareció en su día en Bandolera, además de haber tenido un papel fundamental en Gigantes, la serie previa de Urbizu para Movistar+. 

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Mucho menos obvio parece el fichaje de Bebe para el papel principal de Lucía "La Llanera", aunque hay que decir que funciona muy bien y que incluso hace más grande a su personaje con la peculiaridad de su voz.

En fin, Libertad no es para todos los paladares: habrá quien considere que es una ficción desfasada o un mero capricho personal, pero habrá también quien la deguste y disfrute de sus valores de producción dado que entronca con una tradición audiovisual que merece la pena rescatar y seguir explorando. Encontraréis algunos de los leit motiv del cineasta: desde esos árboles secos y retorcidos recortados sobre el cielo azul hasta los campos sibilantes o las porquerizas en las que se huele el estiércol. La miseria y la desigualdad se palpan en cada secuencia así como el ansia de los protagonistas de alcanzar una paz que les está prohibida en su tierra, de la que han sido desahuciados.

Lo que está claro es que hay un enorme talento congregado tanto a nivel técnico como a nivel interpretativo y que, como poco, por los riesgos que asume, hay que quitarse el sombrero. Ojo al diseño de vestuario, las referencias del diseño de arte tomadas de la pintura coetánea a la época en la que se desenvuelve la historia o al brutal esfuerzo por rodar, casi la totalidad del metraje en exteriores con lo que eso conlleva.

Que tengamos la oportunidad de acceder a un montaje cinematográfico, es todo un plus para la audiencia en busca de una experiencia distinta, en la sala de cine. Tremendo el plano final, por cierto, que nos remite de lleno a los grandes nombres de la Historia del Cine a sus películas más celebradas.