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Crítica de Rojo, blanco y sangre azul, la nueva comedia romántica de Prime Video

Rojo blanco y sangre azul

Crítica de Rojo, blanco y sangre azul, la nueva comedia romántica de Prime Video sobre un príncipe y el hijo de una política que se enamoran.

Al igual que Netflix tiene Heartstopper, el nuevo fenómeno mundial en formato serie de la plataforma, Amazon Prime Video también ha querido estrenarse en las adaptaciones de fenómenos literarios LGTBI con su nueva película: Rojo, blanco y sangre azul, que llega a la plataforma el próximo 11 de agosto.

Basada en la novela del mismo nombre escrita por Casey McQuiston, esta película cuenta la historia de un joven príncipe británico que se enamora del hijo de la presidenta de Estados Unidos y deben vivir en su amor en secreto para evitar el daño que supondría a la reputación de sus familias revelar sus verdaderos sentimientos.

Una clásica historia de amor típica de comedia romántica que esta vez está protagonizada por dos hombres. La única gran actualización de este género cinematográfico, pues por el resto, Rojo, blanco y sangre azul cae en todos los clichés típicos de una película sobre el enamoramiento de dos personas.

Debo confesar que no soy fan de estas comedias, en general, pero hay que reconocer que es un gran paso que servicios de streaming como Amazon Prime Video o Netflix, den espacio a este tipo de historias en las que la diversidad sexual, de raza y de color de piel están a la orden del día.

Todos los clichés de una comedia romántica 

Pese a que en su forma de mostrar el amor,  Rojo, blanco y sangre azul muestra una realidad completamente distinta a comedias románticas como podría ser Notting Hill, esta cinta dirigida por Matthew López sigue las mismas normas, y muestra los mismos clichés que aquellas películas protagonizadas por un hombre y una mujer.

Pues la historia sigue el desarrollo clásico de cualquier comedia de amor, chico conoce a chico, se enamoran, hay encuentros furtivos a uno y otro lado del Atlántico, uno de los chicos decide dar un paso más y el otro se agobia pausando la relación momentáneamente hasta que el otro hace un gran gesto romántico que les vuelve a unir. 

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Sin novedad en este aspecto. De hecho, algunos momentos y situaciones parecen hasta infantiles en su desarrollo, pues parecen estar únicamente incluidos en la trama para que esta avance más allá de aportar algo más que un escollo en la relación de los dos enamorados.

Un claro ejemplo de esto es el momento en el que la periodista "insinúa" quién ha podido ser el responsable de filtrar los mails de una forma que, primero, nunca se haría en televisión, y segundo, parece tratar de señalar de forma tan evidente al culpable que podría decirse que los guionistas de la película no confían en la capacidad deductiva de sus espectadores.

Por otro lado, hay que señalar que esta frivolidad a la hora de mostrar el amor homosexual, también muestra un avance en la sociedad y abre nuevos caminos en el cine y en la televisión, pues lo normal hasta hace bien poco, era contar historias de hombres torturados por su atracción hacia una persona de su mismo sexo que vivían su amor y su condición en secreto y fuera de la sociedad.

De hecho, en esta película ambos personajes principales viven su amor de una forma natural, ninguno de los dos se plantea su condición homosexual, o bisexual, y solo están torturados por lo que su relación podría suponer ante la opinión pública para sus familias. Pero hablan sin tapujos con sus amigos y allegados, tal como lo haría cualquier joven en la actualidad.

Rojo, blanco y sangre azul

Prime Video

Uma Thurman no brilla como presidenta de Estados Unidos 

Un movimiento habitual en este tipo de producciones más minoritarias es incluir a actores ya veteranos que den un cierto status a la película y que atraigan a ese público que, quizá, no está muy metido en el tema, pero sí disfruta sabiendo que aparece uno de sus intérpretes favoritos o uno a quien respeta.

Este es el caso de Uma Thurman en Rojo, blanco y sangre azul, cuyo papel es el de la Presidenta de Estados Unidos que, a la vez, es la madre de uno de los chicos protagonistas, Alex. Pese a que es un personaje agradable, que no crea grandes conflictos y se muestra respetuosa en todo momento con su hijo, la poca solvencia del guion hacen mucha mella en su trabajo.

Y unido a que Thurman tiene puesto el piloto automático durante toda la película, haciendo que su aparición sea simplemente testimonial, y eso que su personaje podría tener momentos claves en la construcción de la historia de los dos enamorados.

En conclusión, Rojo, blanco y sangre azul es una comedia romántica disfrutable, típica película de verano que no te roba mucho tiempo de las vacaciones, pero que tampoco se queda en la memoria para siempre. Se nota que está muy marcada por el libro en el que se basa y cuya prosa es demasiado juvenil y simple en algunos aspectos de la vida.

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La película está llena de clichés y personajes estereotipados, por ejemplo, Henry, al ser inglés, es estirado y serio, mientras que Alex, al ser estadounidense, se toma la vida más a la ligera. Aun así, la cinta tiene sus momentos divertidos y siempre es agradable disfrutar de dos jóvenes apuestos disfrutando de su amor sin filtros.

Rojo, blanco y sangre azul se estrena el próximo 11 de agosto en Amazon Prime Video. 

VALORACIÓN:

Pese a ser una comedia romántica LGTBI, completamente actualizada a las sensibilidades del siglo XXI, Rojo, blanco y sangre azul cae en todos los clichés de este género clásico del cine y la literatura. Aun así tiene su toque de humor y es muy amena de ver. Siempre es importante dar visibilidad a estas nuevas historias.

LO MEJOR:

Clásica comedia romántica llena de clichés, muy amena de ver y con algunos toques divertidos.

LO PEOR:

Algunas tramas y conversaciones parecen estar escritas por un adolescente. Pese a ser un producto actual está llena de clichés.
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