Crítica de Road House: De profesión, duro, el brutal reboot de Prime Video que consigue estar a la altura del original

Esta semana Prime Video nos trae a su catálogo Road House. De profesión: duro, el reboot de la película de culto que protagonizó Patrick Swayze en 1989, que en esta ocasión el rol principal lo asume Jake Gyllenhaal.

Bajo la dirección de Doug Liman, la trama de este thriller de acción sigue la misma premisa de la cinta original, pero dándole una vuelta al trasfondo de su protagonista.

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Aquí se nos cuenta la historia de Dalton, un exluchador de la UFC que se dedica a combatir en peleas clandestinas a cambio de una buena suma de dinero. Bueno, eso si le dejan, ya que su reputación hace que sus rivales decidan abandonar el ring antes de empezar el combate.

Cansado de una vida anodina y sin emociones, Dalton decide replantearse la curiosa oferta que le propone una mujer: trabajar como portero en un bar de carretera de los Cayos de Florida donde las peleas y destrozos son el pan de cada noche.

Si bien su presencia comienza a apaciguar el violento comportamiento de la clientela, pronto Dalton descubre que este paraíso no es todo lo que parece y que va a tener que lidiar con los ambiciosos planes del hijo de un magnate que quiere quitar del medio el bar para sus propios fines lucrativos.

Una película ideal para los amantes de la acción y los combates

Cuando uno piensa en remakes y reboots es inevitable sentir cierto temor porque no esté a la altura de la original (ejemplos de ello tenemos a patadas), pero también encontramos excepciones como es el caso de la nueva película de Prime Video.

Antes de ver este reboot me puse la película original de Patrick Swayze para compararla (y, en el fondo, siempre la he tenido pendiente de ver tras disfrutar del descacharrante gag de Peter Griffin en Padre de Familia) y comprobar si mantiene la esencia de la original 33 años después. Y, en mi opinión, lo cumple con creces.

En general la cinta mantiene muy buen ritmo a lo largo de sus aproximadamente 114 minutos de duración, donde se alternan las peleas con las partes más serias en torno al pasado del personaje encarnado por Jake Gyllenhaal, cuyo papel está a la altura del que hizo el fallecido Swayze en su día y en el que además hace ciertos guiños a la cinta original.

Eso no quita, claro está, que no encuentre momentos que se puedan llegar a hacer algo pesados, sobre todo si eres de los que buscan acción a raudales de principio a fin. En mi caso no ha sido especialmente pesado, pero sí que me he encontrado con alguna parte que se me ha hecho algo cuesta arriba, pero han sido momentos muy puntuales.

No obstante, los momentos de los combates cuentan con unas coreografías de lo más chulas donde se nota que el elenco lo ha dado todo para que se vean lo más veraces posible. Eso sí, hay que reconocer que en ciertas secuencias se pasan un poco de rosca con la acción si lo comparamos con la película original, pero es igualmente disfrutable.

También es verdad que ciertas partes de la trama resultan un tanto predecibles, supongo que en parte se debe a que, al haber visto la película original, intuía por donde podían ir los tiros a raíz del nuevo trasfondo que le dan a Dalton.

Mención especial merece el debut en la actuación del luchador de artes marciales mixtas Conor McGregor, cuya interpretación es digna de elogio al encarnar a un delirante personaje antagónico cuya personalidad y acciones inevitablemente te van a hacer pensar en la saga de videojuegos de GTA.

Así pues, ya sea que vieras en su día la película original o no hubieses oído hablar de ella, Road House. De profesión: duro es un reboot más que correcto con el que lo vas a gozar si eres un amante del cine de acción.