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Impresiones de Paper Mario: La Puerta Milenaria, remake en Nintendo Switch de un juego de culto de GameCube

Paper Mario La Puerta Milenaria

Hemos jugado las primeras horas Paper Mario: La Puerta Milenaria, remake en Nintendo Switch del RPG de culto de GameCube por el que no parecen haberle pasado los años... pese a que han pasado dos décadas.

Nintendo está dedicando este 2024 a rescatar viejas glorias de su infinito catálogo, remasterizados o rehechos en Nintendo Switch, con los que engrosa su catálogo de juegos en este periodo de aparente transición.

A los remakes de Mario vs. Donkey Kong y Another Code de principios de año, se sumarán versiones de dos juegos también relativamente recientes: Luigi's Mansion 2 HD en junio, y Paper Mario: La Puerta Milenaria el próximo 24 de mayo.

Se trata del segundo remake de un RPG de Mario en salir en menos de 12 meses, y el segundo juego de Paper Mario en la consola híbrida, tras Paper Mario The Origami King, un rayo de luz en el extraño verano de 2020.

Haber jugado al remake de Super Mario RPG hace nada sirve como un buen punto de partida para estas impresiones de Paper Mario: La Puerta Milenaria en Nintendo Switch, porque demuestran una cosa, lo mucho que evolucionaron los videojuegos de Mario y de Nintendo en muy poco tiempo.

Super Mario RPG salió en 1995, y Paper Mario: La Puerta Milenaria en 2004. Entre ellos pasaron nueve años.  Sus dos conversiones (llámalos remake, llámalos remáster; yo creo que ambos son más que remaster pero menos que remake) tienen gráficos totalmente actualizados, pero mantienen intacto su desarrollo e historia.

Entre esos dos juegos pasaron nueve años. Y entre el lanzamiento original de La Puerta Milenaria y hoy, han pasado casi veinte años. Y sin embargo, gracias a su profundo lavado de cara gráfico, el juego resulta indistinguible de juegos modernos, como el Paper Mario de hace cuatro años: si nunca lo jugaste, podría pasar por un juego nuevo.

Impresiones de Paper Mario: La Puerta Milenaria, remake en Nintendo Switch

Lo primero que llama la atención de este juego son sus gráficos. Como ya se vio en comparativas, todos los entornos, texturas y modelos de personajes se han hecho de cero, junto a nuevos motores de iluminación y partículas.

Comparándolo con Paper Mario: The Origami King, es imposible decir que uno se vea mejor que el otro (ambos, eso sí, a 30 fps, pese a que el de GameCube estaba a 60 fps). 

Sí se puede decir que los entornos en el juego original de Switch eran más grandes y quizás más detallados (en La Puerta Milenaria son "pantallas" bastante pequeñas), pero a nivel de fidelidad visual se ve como un juego moderno, y se juega como tal... aunque en eso sí se diferencia de Origami King.

Paper Mario La Puerta Milenaria

Paper Mario: La Puerta Milenaria, o sea, Paper Mario 2 fue, en realidad, bastante continuista con respecto al primer juego de la saga, el que salió en Nintendo 64 (y puedes jugar con una suscripción a Nintendo Switch Online + Paquete de Expansión, y mecánicamente se parece más a aquel juego de 2001 que a Origami King de 2020.

Es, por tanto, un juego RPG por turnos, sin los experimentos raros (para muchos fans, fallidos) de los últimos juegos (las pegatinas de los juegos de Wii U y 3DS o los puzle-combates giratorios de Origami King). 

Se parece más a Super Mario RPG o los Mario & Luigi: Mario tiene varios dos comandos de ataque (salto y martillo), puede usar objetos como champis para recuperar vida o flores de fuego para atacar, o hacer ataques especiales si tiene suficientes puntos.

Además, como en todos los RPG de Mario, si pulsas el botón de ataque a tiempo podrás hacer un bloqueo. Aquí, si lo pulsas justo en el momento exacto, harás una contra... algo para lo que sí desearíamos que se moviera a 60 fps, pero bueno...

Paper Mario es un juego fácil (al menos en las primeras ocho horas que hemos jugado) pero siempre hay toques de estrategia: los enemigos voladores, por ejemplo, solo pueden ser atacados con saltos, pero los que tienen pinchos solo con martillo, y algunos acorazados solo sufren daño con ataques especiales o ciertos objetos.

Y luego están los compañeros: la principal diferencia entre Paper Mario: La Puerta Milenaria y otros RPG de Mario (incluso otros juegos de Paper Mario posteriores) son los acompañantes. Siempre tendremos un acompañante en el mapa y en los combates, y no son Luigi ni Peach, sino personajes originales.

En las primeras horas, conocerás a Goomarina, una goomba universitaria que puede "escanear" los enemigos para darte pistas y mostrarte su barra de vida (incluso en jefes); a Koops, un valiente Koopa que busca a su padre y puede atacar con el caparazón y golpear bloques lejanos en el mundo; a Clau... bueno, no queremos decir más.

Además, aunque los combates sean fáciles, cada "mundo" tiene una pequeña mazmorra donde hay muchos puzles, bloques escondidos o pasadizos secretos que no se pueden abrir si no tienes la habilidad (el acompañante) adecuado, por lo que la exploración está garantizada, sin sentir que te lleva de la mano.

El gran valor de todos los juegos de Mario RPG, y este en particular, es su sentido del humor. Diálogos muy inocentes y para todos los públicos, pero no por ello menos chisposos; y personajes carismáticos y muy diferentes a lo habitual en los juegos de Super Mario.

Hemos dicho que nuestra primera compañera es una Goomba universitaria. Pero también hay un "capo de la mafia" Al Forestone, una ratona ladrona de guante blanco, y toda clase de koopas, goombas o bob-ombs de tamaños, colores y accesorios diferentes

Sí, todo está ahí: los fans incondicionales de Paper Mario, aquellos que han criticado el devenir de la saga en los últimos años abandonando sus elementos RPG e impidiendo "vestir" a los personajes clásicos de Mario con accesorios (algo confirmado por Kensuke Tanabe, que ocurre desde Sticker Star en 2012), pueden quedar aliviados.

 

Dentro de un mes os daremos un veredicto completo de esta aventura, veremos si tiene alguna novedad respecto al original, pero de momento podemos deciros que Paper Mario: La Puerta Milenaria pasará perfectamente como un juego nuevo para aquellos que no hayan jugado al original de 2004.

Y lo hace sin traicionar los elementos que lo elevaron a juego de culto, y que la saga había desechado intencionadamente: combates por turnos, mecánicas RPG mezcladas con puzles, aventura y plataformas; sentido del humor, personajes carismáticos (incluyendo "variantes" de personajes clásicos del universo Mario) y una traducción al castellano brillante... aunque sea a 30 fps.

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