Super Nintendo, mi consola favorita en la historia de Hobby Consolas
Continuamos celebrando el 30 aniversario de Hobby Consolas con artículos que recuerdan los mejores momentos de la revista. Ya os hemos contado algunas curiosidades de nuestra historia, como la historia de la portada del número 1, con Bart Simpson, o el gazapo más sonado de la revista, Shenmue II en Dreamcast y PS2.
Pero también hemos contado alguna de nuestras experiencias personales en estos 30 años. Aquí os hablo de mi primer número de Hobby Consolas, y mi compañero Alberto hace un repaso por su sueño cumplido de trabajar en Hobby. Hoy, aprovecho que #HobbyCumple30 para dar respuesta a una pregunta que me han hecho muchas veces, ¿cuál es mi consola favorita?
Vaya por delante que todas las consolas me han dado estupendos momentos, y que en mi colección personal tengo desde las prehistóricas como Nintendo Color TV Game o Sega SG 1000-II a las recientes PS5 y Xbox Series X. Pero si hay una consola a la que tengo un especial cariño, es sin duda la máquina de 16 bits de Nintendo, Super NES.
Una parte de esta nostalgia está en la anticipación. Super Nintendo fue la primera consola que empecé a seguir antes de su lanzamiento, en parte gracias a Hobby Consolas. Seguro que os acordáis de esa cinta VHS con "lo super super de Super Nintendo" que regalamos en nuestros primeros números (aquí podéis repasar los mejores regalos de Hobby Consolas) y en que Mario presentaba unas características técnicas que nos hacían soñar.
Modo 7 para zooms y rotaciones, sprites enormes, transparencias, varios planos de scroll parallax, una paleta de 32768 colores, 32 sprites simultáneos... ¡Eso sí que eran números para la guerra de consolas! Y precisamente era una época en que la "guerra" era mucho más amable. Las compañías se lanzaban pullas en las campañas de publicidad, y los usuarios sólo se echaban a la cara cuál tenía la mejor conversión de Mortal Kombat o quién había recibido antes Street Fighter II (pero eso da para otro blog).
Cuando la consola por fin estaba en la calle (y después de las buenas notas, en casa) Super NES me permitió por primera vez tener la experiencia de una recreativa, que por aquel entonces eran la vara de medir con que se comparaba cualquier juego. Las conversiones de UN Squadron, Final Fight o Street Fighter II no eran perfectas, pero la sensación de tener una máquina en casa sí que lo era. Y no sólo me refiero a la calidad, sino a la cantidad de arcades que se pasaron a este formato doméstico.
En mi historia personal con Super Nintendo hay mucho que contar. Hobby nos hizo sufrir, mes tras mes, con los rumores sobre Street Fighter II, hasta que por fin lo tuvimos en las manos. La revista también me mostró pro primera vez todos esos juegos que se desarrollaban en Japón, y que en muchos casos no llegaban a nuestras fronteras (fue en esa misma época en la que empezamos a consumir anime -más allá de lo que emitían por TV, gracias a Manga Vídeo).
Super Nintendo era, en cierto modo, la máquina que dictaba qué juegos estaban de moda. Ya he mencionado Street Fighter II, pero qué decir de Dragon Ball Z Super Butoden, Super Mario Kart, y en mi caso la trilogía Super Star Wars. Aquellos juegos estaban en las páginas de la revista mes tras mes, copando reportajes, Big In Japan, previews, análisis, trucos... ¿los culpables?
Pues una serie de compañías encabezadas por Nintendo, Capcom y Konami en estado de gracia. Daba igual lo que se les pusiera por delante, desde el beat´em up a un juego de naves, el catálogo era inmenso y la calidad de los juegos incontestable. De una irst party como Nintendo es lo que cabía esperar, pero es que Konami lanzó Super Castlevania IV, Turtles in Time, Super Probotector, Axelay, Cybernator Batman Returns, Parodius o ISS "sin despeinarse", y Capcom subió el nivel con los mencionados UN Squadron, Street Fighter II y Final Fight, a lo que hay que añadir Super Ghouls´n Ghosts, Demon´s Crest, Megaman X e incluso Aladdin (aunque esto da para debate).
Aún más en lo personal, no ha habido un cartucho al que haya jugado tanto con mi hermano como Super Soccer (sin usar el truco del equipo Nintendo). También fue Super NES la consola que me hizo enamorarme de los RPG, y cuando la tecnología parecía agotarse, llegaron Donkey Kong Country y los juegos con chip Super FX para darle un último empujón. Es que me paro a pensar y no hay género en que la máquina de 16 bits no contase con dos o tres juegos imprescindibles.
Claro, me enamoré de la consola (para siempre) gracias a todos estos juegos. Pero fue en las páginas de Hobby Consolas donde me guiñó el ojo por primera vez, y fue su sonrisa -aquella portada de Super Mario World- la que terminaría por conquistarme. En la era del ray tracing, los discos duros SSD, los mandos hápticos... yo todavía soy feliz, alguna tarde, con un cartucho de 16 megas, en una consola gris, que ha amarilleado pero funciona como el primer día. Gracias Hobby.
A partir de ese momento, he disfrutado muchísimo con el lanzamiento de cada máquina (y desde Dreamcast, trabajando en la revista), pero mi corazoncito ya estaba ocupado. No os perdáis nuestro especial 30 aniversario de Hobby Consolas.
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