Análisis Scuf Impact, el mejor mando Pro para PS4 que puedes encontrar
Mucho antes de que las consolas actuales tuvieran su primer mando "Pro" oficial, como el mando Elite de Microsoft o los Pro Revolution de Nacon, ya había una compañía que les llevaba casi un lustro de ventaja, y experiencia, personalizando y mejorando mandos de juego. Esa compañía se llama Scuf, y lleva en activo desde 2011, volcada ahora por completo en tunear mandos de PS4 y Xbox One.
Para el análisis del mando Scuff Impact para PS4 llevamos un par de semanas usándolo como mando principal, y el mejor resumen que podemos hacer es que, una vez lo pruebas, es difícil volver atrás, al Dualshock 4 estándar. Las razones son muchas y muy variadas, y pueden depender de cada jugador, y de cómo configure su mando.
Porque ésa es una de las diferencias de este fabricante con el resto: desde la web de Scuf puedes comprar uno de sus mandos preconfigurados (tienen diversas series y modelos, algunos centrados en la liga profesional de COD), que ofrecen diferentes texturas en la parte trasera, color de los botones, tipo de gatillo... O lo que es más interesante, crearte tu propio modelo, con los extras y detalles que quieras.
Esto último es la opción más cara, dentro de un mando que no es precisamente barato y se pone al nivel casi del Elite Series 2 de Microsoft. Pero las opciones para configurar tu mando son, simplemente, las mejores que puedes encontrar ahí fuera en un mando para PS4. Puedes elegir color del frontal, la superficie de las agarraderas, si quieres sticks cóncavos o convexos, más altos o más bajos, gatillos con mecanismo de ajuste para modificar su sensibilidad (o la longitud del propio gatillo), elegir color de los botones y gatillos... Hay muchas más variables, pero eso ya os permite haceros una idea de que tendréis un mando realmente único.
Pero aunque hemos hablado de colores y texturas, no todos estos cambios son cosméticos. Algunas modificaciones son de carácter mecánico, lo que afecta directamente al comportamiento y funcionamiento del mando. Así, por ejemplo, podemos cambiar directamente los gatillos convencionales de un mando de serie por unos puramente digitales, con menor recorrido, que nos permitirán ganar unas décimas de segundo en cada pulsación, por ejemplo, en un shooter... si es lo que realmente esperas de un mando. Ese es el nivel de personalización. Un poco más adelante detallaremos un poco más cómo funcionan algunas de estas mejoras.
Desde el punto de vista del diseño, aunque la base es la de un Dualshock 4, con los sticks en paralelo y la cruceta por encima del stick izquierdo, el cuerpo del Scuf Impact deja unas sensaciones muy distintas al tenerlo entre las manos. Es un mando un poco más grueso, que recuerda más en las formas, y la forma de cogerlo, al Xbox One Controller de Microsoft.
No es lo único que cambia: el conector del auricular está ahora más protegido (para evitar golpes que puedan dañar el conector o realizar tirones de cable no deseados) y las agarraderas son más ergonómicas y anchas, haciendo que la sujeción resulte más natural que en el mando estándar de PS4.
No son los únicos cambios. También ha cambiado por completo el espacio que rodea al conector microUSB, ahora protegido por un pequeño saliente con forma cuadrada, en la que sólo encaja el cable que acompaña al mando y que, gracias a este diseño, evita que se desconecte con los tirones... otro mal endémico del Dualshock 4 cuando lo usamos con cables bastante "trotados".
Desde el punto de vista del diseño y la ergonomía, poco más se puede decir: es un mando muy cómodo, sea cual sea el tamaño de tus manos. Pero, sin ningún tipo de duda, por lo que destaca este mando es por todas las opciones de ajuste que ofrece. Si empezamos por los gatillos, como ya hemos adelantado, podemos optar por unos gatillos digitales completamente digitales o por unos analógicos completamente ajustables.
Así es el Nacon Revolution Unlimited para PS4 y PC
Estos últimos son los que hemos probado nosotros, y cuentan con dos características: por un lado, disponen de un tope que limita su recorrido, de manera independiente en cada uno. El mecanismo es muy sencillo, y con la llave que se incluye, podemos girarlo fácilmente en cuestión de segundos. Así, si queremos que R2 tenga menos recorrido para disparar en los shooters, podemos hacerlo.
Y no sólo eso: si quitamos la tapa superior de los gatillos (que además es intercambiable, por si queremos usar una versión casi el doble de larga de la pieza), encontraremos un pequeño agujero que nos permite regular el comportamiento del gatillo, para que tenga mayor o menor tensión (por ejemplo, para que haya que pulsar más o menos para activar el gatillo en un shooter).
También es posible cambiar por completo los sticks: basta con usar un anillo incluido que permite quitar el cierre de protección, un aro que una vez retirado deja el stick a la vista. Es una pieza de plástico con dos hendiduras que encaja perfectamente con los mencionados aros de cierre, como podéis ver debajo de estas líneas.
Una vez retirado el aro, con un leve tirón podemos sacar el stick sin ningún tipo de problemas, y reemplazarlo por uno nuevo, bien porque se haya deteriorado o bien porque quedamos uno más largo, cóncavo, convexo... ahí ya va la cosa en gustos. Lógicamente, llevamos probando el mando un par de semanas, y todavía es pronto para decir si se deterioran más o menos rápido que los del Dualshock 4, aunque uno de los recambios que venden es justo uno que replica el diseño de los del mando estandar de PS4. El precio de los sticks de repuesto ronda los 9 euros, o 15 en un pack de cuatro.
La última parte de personalización está en la parte posterior, en las llamadas palancas o "paddles", que nos permiten asignar la gran mayoría de botones, como L3, R3, los botones frontales... aunque hay algunas excepciones con la cruceta (arriba o abajo) o el botón Share, por ejemplo. Estas palancas traseras se pueden extraer fácilmente, bien porque sólo queremos usar dos (hay un modelo específico) o bien porque para terminados juegos preferimos no tener nada "ahí detrás". El proceso, como todo en Scuf Impact es sencillo, y basta con pulsar un poco hacia arriba y girar la palanca para sacarla.
La configuración de estas palancas es también algo muy simple, y que se hace al vuelo, sin software ni nada de por medio. Sólo necesitas el mando, ya que utiliza un sistema propio, bautizado EMR (o Electro Magnetical Remapping) que es bastante ingenioso, y que se basa en un imán.
Así, para configurar los botones, lo único que tenemos que hacer es, con el mando encendido, colocar un pequeño imán en la parte inferior trasera del mando que viene incluido en los modelos con palancas traseras, y a continuación, mantener presionada la palanca que queramos configurar, después presionar el botón que queramos asignar, soltar el botón y después soltar la palanca... y listo. Cuando lo hayas hecho con todas las palancas, retirar el imán, y listo: ya está configurado. Funciona bien y es un proceso rápido... aunque debes tener el imán a mano para poder realizarlo.
Algunos probablemente preferirán que estas características se pudieran configurar por software, pero poder hacerlo en tiempo real, sin un ordenador de por medio, puede resultar más atractivo para otros jugadores. Se le puede reprochar que no se pueda configurar el comportamiento de los sticks, como el Nacon Revolution Unlimited, pero lo cierto es que en todo lo demás, es de los mandos más completos y cómodos que hemos probado.
Valoración final
No nos cabe la menor duda de que Scuf Impact es uno de los mejores mandos de PS4 que hemos probado, tanto por las enormes opciones de personalización que ofrece al configurarlo como por el acabado de todas sus piezas o las sensaciones que transmite al tenerlo entre las manos.
Como hemos dicho, una vez te acostumbras al mando, las palancas y a su cuerpo, cosa que no lleva más de dos horas, es muy, muy difícil volver atrás, porque todo funciona de lujo, y los extras de configuración que trae suponen un plus de comodidad en algunos géneros, como reducir el recorrido de los gatillos en shooters.
Su principal inconveniente, como suele suceder con este tipo de mandos Pro, es el precio. Scuf Impact no es un mando barato. De partida, el modelo base puede suponer ya 169 euros, y a poco que le añadas extras como una funda de transporte, sticks de reemplazo o cualquier añadido adicional, fácilmente puede rebasar los 200 euros. Una cifra que, muy probablemente, muy pocos jugadores están dispuestos a pagar.
Pero si en tu caso, el dinero no es problema, no te quepa la menor duda: es lo más parecido al equivalente del Elite Series de Xbox. Aun sin software de configuración, el diseño y opciones de configuración que ofrece son un plus que le aúpan a lo más alto de la cúspide de los mandos para PS4.
Descubre más sobre Alberto Lloret, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.