La espera ha terminado. Finalmente este viernes podremos disfrutar en cines con el estreno de Vengadores: Infinity War, la tercera película de los Héroes Más Poderosos de la Tierra de Marvel. Esta vez, sus aventuras estarán dirigidas por Anthony y Joe Russo, responsables Capitán América: El Soldado de Invierno yCapitán América: Civil War y actuales directores fetiches de Marvel Studios.
Vengadores: Infinity War es una película muy especial, ya que conmemora los diez años del Universo Cinematográfico de Marvel, el cual se inició en 2008 con Iron Man. Fiel a este espíritu, la película reúne a los héroes (o, al menos, a los más notorios y poderosos) que han participado en las películas de Marvel Studios: Capitán América, Iron Man, Thor, Viuda Negra, Hulk, Spider-man, Doctor Extraño, los Guardianes de la Galaxia al completo...
Este desfile de superhéroes en pantalla tiene toda la lógica del mundo. Después de años de maquinaciones, la mano que movía los hilos de los grandes villanos del UCM da la cara: Thanos. El Titán Loco ha comenzado su campaña para hacerse con todas las gemas del Infinito en un intento de convertirse en dios y borrar a la mitad de la población universal con un chasquido de dedos.
Por si queréis contrastar, aquí tenéis la crítica cinéfila de Vengadores: Infinity War
Ahora que todas las gemas han aparecido, Thanos no parará hasta conseguir las seis para cumplir sus morbosos planes. Solo los héroes se interpondrán en su camino. Pero, ¿serán suficientemente poderosos como para evitar la aniquilación de medio universo? Mejor no os lo contamos. En su lugar, os hablamos de la película en esta crítica comentada por alguien que ha leído los cómics originales. Ah, y sin spoilers, tranquilos. O, al menos, nada que no hayáis deducido o previsto por vuestra cuenta.
El mayor crossover de la historia, en cine
Independientemente de si te gusta o no, Vengadores: Infinity War ha conseguido lo que ninguna película de superhéroes había conseguido hasta la fecha: reunir al mayor número de héroes de cómic en una misma historia. Ya solo por este logro, hemos de aplaudir la buena mano de los directores. Gracias a su buen hacer, os avisamos que "orgasmo nerd" está asegurado.
Más allá de esta consideración inicial, hemos de arrancar diciendo que Vengadores: Infinity War ha trascendido las reglas del cine tal y cómo las conocíamos. Es una película que demuestra que el lenguaje de cómic es viable no solo visual, sino narrativamente. Para empezar, la película de los Vengadores prácticamente enlaza conThor: Ragnarok y los eventos de esta, siendo dicha cinta una suerte de prólogo a lo que los Russo desarrollan durante 150 minutos de metraje.
Esta fórmula es muy similar a la de los crossovers de los cómics, que habitualmente suelen contar con un relato de introducción previo o enlazar con las aventuras de uno o varios héroes implicados en el cruce de colecciones.
Así mismo, y utilizando la misma arquitectura de numerosos crossovers, la historia se divide en arcos o partes, narrando en distintos enfoques una acción común que se va desarrollando en lineas temporales paralelas, que están protagonizadas por distintos héroes. De esta manera, lo que parece que estemos viendo es una adaptación casi literal de números que forman un mismo evento de cómic, con capítulos independientes que enlazan entre sí de manera cohesionada y bastante adecuada para formar el mosaico del relato completo.
Por supuesto, el espectador que no lea cómics ni conozca estas reglas achacará cierto caos de montaje o un ritmo extraño. Los fans de los cómics y los conocedores del género superheroico darán palmas con el planteamiento de los Russo. En cierta manera, y salvando distancias, también hay que reconocerles el préstamo tomado de lo que ya había hecho DC en series como Legends of Tomorrow, aunque con mayor presupuesto y en largometraje. Con ello, han sofisticado aún más la fórmula de crossover cinematográfico que ya en su momento Joss Whedon demostró viable con Los Vengadores en 2012.
Este espíritu de crossover, por cierto, también se respira en los mismos diálogos y las escenas. Todo de una manera muy consciente, orgánica y natural. Los tonos de los personajes casan de una manera adecuada, realizando una mezcla que es funcional. Los equipos que se van desarrollando a lo largo de la película funcionan de manera muy fluida, ya que sus integrantes denotan una afinidad en cuanto a humor y planteamiento se refiere. De hecho, todo está tan bien construido, que se llegan a atar cabos que habían quedado sueltos desde películas de la Fase 1.
Esta construcción de universo variado y de personajes cuyas aventuras se cruzan también se traslada a la paleta de colores y a la fotografía. La mezcla funciona, pero respetando las parcelas de cada uno. Y cuando finalmente todo se aglutina, no desentona en pantalla e incluso se agradece, ya que muestra precisamente la riqueza y variedad de temas que ofrece el Universo Cinematográfico de Marvel y los héroes que protagonizan Vengadores: Infinity War.
A nivel sonoro, por cierto, hemos de decir que todo esta convergencia de estilos de la que os hablamos también se transmite con la música. El regreso de Alan Silvestri es una gran decisión, que se traduce en la contradicción de la norma musical en el UCM durante la Fase 2, en donde los leitmotiv de los personajes apenas tenían peso en las secuencias. En esta, el compositor recurre a los temas de los héroes (en especial al de los Vengadores) para dotar de mayor fuerza y entidad a las escenas y a la introducción de los personajes.
Aun así, y sin querer estropearos las expectativas, hemos de admitir que la película, a nivel argumental, tiene algunas carencias y algunas lagunas. Eso sí, son menores si las vemos en perspectiva y somos algo comprensivos con que tampoco estamos ante alto drama, sino ante épica y diversión, que es lo que promete desde el principio.
El fan de Marvel va a gozarlo como un enano con esta "Vengadores 3". Los adictos a los superhéroes "adultos, oscuros, reales y serios" no tanto. Aún así, os avisamos, la trama no es nada facilona. Tampoco vayáis con una idea preconcebida sobre quién muere o deja de morir. Es posible que os llevéis una sorpresa y que os hayáis pasado de listos con las predicciones. Y lo mismo os decimos en lo tocante a su argumento y desenlace.
¿Pero, a ver, es como el cómic?
¿Cómo cuál de todos? Os respondemos. Como ya os contamos en el reportaje en el que hablamos de las diferencias entre Vengadores: Infinity War y los cómics, la película de los hermanos Russo es una amalgama de influencias. En concreto, son cuatro los cómics que influyen en la trama. Uno es el crossover de Infinito, en el que Thanos y su Orden Oscura atacaban la Tierra. De este debemos la presencia de las gemas del Infinito y de los ayudantes del maloso.
El segundo y el tercero, claramente, son Thanos Quest (relato recogido en El Renacimiento de Thanos) y El Guantelete del Infinito. En estas historias (sin entrar en detalles y ahorraros spoilers), se explica cómo el villano va siguiendo la pista de las gemas del Infinito y de cómo los héroes deben enfrentarse a él. Y en cuarto, pero no menos importante, lugar, La Saga de Thanos, la saga original de los años 70, que planteó la llegada del maloso a la continuidad de los cómics e desarrolló el concepto del Mundo Gema y el poder de una de las seis piedras del guante.
Dicho esto, no esperéis una lectura literal de ninguno de estos cómics, sino elementos adaptados y algunos que se irán desarrollando en lo sucesivo. De la misma manera, también hay otros guiños a cómics de los héroes, que nada tienen que ver con los tomos anteriormente citados, pero que son referencias directas a las historias originales de los héroes que protagonizan la película.
Mención aparte hemos hacer también sobre Thanos. El personaje, como muchos otros del UCM, resulta muy diferente psicológicamente respecto a su contrapartida en los cómics. Frente al frío y racionalista nihilista, sádico, conquistador de mundos y amante de la Muerte al que Jim Starlin y otros autores nos tenía acostumbrado, este Thanos prescinde de motivaciones metafísicas y egoistas y sorprende con razonamientos muy duros.
No se trata de otro villano más, sino de un tipo con un plan a largo plazo. El Thanos que vemos estudiado la situación y hace lo que hace, consciente de lo monstruoso de sus acciones. Esto hace que el antagonista se convierta en una suerte de antihéroe trágico antes que en el destructor de mundo arquetípico del cine de space opera que esperábamos. Josh Brolin desarrolla un peso pesado en esta historia, midiéndose actoral y físicamente con sus compañeros de reparto, defendiendo con sobrada dignidad y papel que se prestaba a la caricatura y que sale como uno de los mejores villanos de Marvel hasta la fecha.
Veredicto: Excelsior!!
En conjunto, Vengadores: Infinity War debe entenderse como un broche que cerrará con su secuela más de una década de minucioso plan cinematográfico de Disney y Marvel Studios. En muchos sentidos es una culminación que vuelve a lo mejor de la Fase 1 e incorpora todos los elementos que han funcionado durante la experimentación de la Fase 2 y de la Fase 3 del UCM.
Esta es también la película más complicada y ambiciosa de Marvel hasta la fecha. Tampoco es cómoda y, posiblemente, más de un niño salga llorando de la sala. Y más de un espectador acabará con cara de no saber muy bien lo que ha visto. Pero los fans de los cómics, gente con callo lector, saldrá alucinando. A su vez los fans del género súperheroico y del cine fantástico saldrán con una medio sonrisa, ya que Marvel Studios ha apostado por algunas fórmulas también nuevas, logrando perfeccionar su fórmula de entretenimiento.
Lo dicho, Vengadores: Infinity War es la Gran Fiesta del Superhéroe. Id a pasarlo bien, a ver a vuestros héroes preferidos de Marvel luchar por la vida en el Universo y quedaos luego a ver la escena postcréditos. Eso sí, id con la vejiga vacía. Son 150 minutos de película.
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