Ubisoft nos propone empezar bien el año que viene con un regreso muy esperado: el de Prince of Persia. No ha habido una nueva entrega dentro de esta legendaria saga de plataformeo, acción y aventuras desde 2010, tras el lanzamiento de Las Arenas Olvidadas, así que hay muchas ganas de volver a dar el salto.

Pese a que recibió críticas cuando fue presentado, en esta casa siempre creímos en Prince of Persia: The Lost Crown. 

En primer lugar, porque se trata de un proyecto de Ubisoft Montpellier, creadores de auténticas obras maestras de los plataformas como son Rayman Origins y Rayman Legends. 

Y en segundo lugar, porque el género metroidvania le viene como anillo al dedo a una saga que nació, precisamente, siendo un plataformas 2D. Y ahora, tras haber jugado durante más de tres horas a una versión prácticamente final, estoy convencido de que Prince of Persia: The Lost Crown va a ser un juegazo.

Impresiones de Prince of Persia: The Lost Crown

Prince of Persia: The Lost Crown nos pone en el papel de Sargon, un guerrero que pertenece a los legendarios Inmortales persas. Poco después de empezar la aventura, Ghassan, el Príncipe de Persia, es secuestrado y llevado al monte Qaf, así que los Inmortales emprenden una misión de rescate. Pero pronto descubren que allí el tiempo fluye como un océano en la tormenta...

Pude empezar una partida desde el principio de la aventura, de manera que lo que hoy os traigo son unas impresiones de las primeras horas de juego. Y lo primero que advertí nada más ponerme a los mandos es lo satisfactorio que resulta controlar a Sargon.

Ya sea para correr, saltar, atacar, contraatacar o deslizarnos, el control es una auténtica maravilla. Y esto es especialmente reseñable si tenemos en cuenta que la sesión de juego se desarrolló en remoto, por lo que siempre hay un ligero retardo en la respuesta. Por poner un ejemplo, me recordó a la fluidez de controles y movimiento de Metroid Dread.

Salí muy gratamente sorprendido con el sistema de combate. Desde el principio, tenemos acceso a varios movimientos que permiten elevar a los enemigos por los aires y que se pueden encadenar fácilmente con el resto de ataques de Sargon para crear combos tan útiles como vistosos. 

Estoy convencido de que los fans de juegos de acción con sistemas muy elaborados, como la saga Devil May Cry, nos van a sorprender con auténticas virguerías. Porque tiene un potencial enorme.

Y eso que aquí estamos hablando de las primeras horas de juego, porque como en todo buen metroidvania, al avanzar vamos desbloqueando nuevas habilidades que aumentan las posibilidades, como por ejemplo un arco que también es un chakram, y que es útil tanto al combatir como al resolver puzles.

El combate de Prince of Persia: The Lost Crown hace especial énfasis en el parry, así que los amantes de los juegos en los que esta mecánica tiene protagonismo (Sekiro, Wo Long, Lies of P), se van a sentir como en casa. De hecho, una de las cosas que más me gustaron fue el llamado contraataque vengativo.

En ocasiones, los ataques de los enemigos tienen un brillo de color amarillo; si logramos hacer el parry a estos movimientos, se activa una breve, estilosa y espectacular secuencia en la que vemos a Sargon derrotando al enemigo. ¿Lo mejor de todo? Cada tipo de enemigo tiene un contraataque vengativo propio. Y no os podéis imaginar lo satisfactorio que es realizarlos.

También me sorprendió mucho lo bien medida que está la dificultad: al principio del juego, tres o cuatro golpes bastaban para poner a Sargon contra las cuerdas. Y esto hizo que acabase en la pantalla de Game Over en no pocas ocasiones. 

Pero en ningún momento me resultó frustrante, más bien al revés: en cuanto moría, volvía corriendo a intentarlo de nuevo (y sí, estamos hablando de la dificultad 'guerrero', que sería el equivalente a normal).

Esto también hizo que los enfrentamientos contra jefes fuesen una auténtica pasada. Pude pelear contra la famosa mantícora (que seguro que habéis visto en los tráileres) y salí del encuentro con el pulso a mil y una gran sensación de satisfacción.

Además del selector de dificultad, Prince of Persia: The Lost Crown nos da a elegir entre dos modos: exploración y guiado. 

El modo exploración es sin duda el que debemos elegir si nos gustan los buenos metroidvania, pues no se indica en el mapa la posición del siguiente objetivo principal ni las rutas cerradas y abiertas, resultando en una experiencia que, como su nombre indica, se basa en gran medida en explorar.

Estuve jugando en este modo y fue una auténtica maravilla. Tenía en todo momento varias rutas para explorar, el mapa no dejaba de abrirse y en alguna ocasión incluso me sentí algo perdido, sin tener muy claro hacia dónde dirigirme. Y por si no ha quedado claro, todo esto lo digo como algo bueno.

Me ha encantado el detalle de que, como muchos metroidvania recientes, Prince of Persia: The Lost Crown permite poner marcadores en el mapa. Pero en lugar de dividirlos en marcadores de distintos colores o formas, lo que hacemos es tomar una instantánea del lugar exacto donde ponemos el marcador, de manera que al consultar el mapa podemos saber exactamente lo que necesitamos.

Todo apunta a que Prince of Persia: The Lost Crown va a ser un metroidvania muy completo, pues sólo en estas primeras horas de juego ya conocí a un montón de personajes secundarios, encontré objetos coleccionables, exploré zonas muy diferentes, participé en desafíos plataformeros opcionales, acepté misiones secundarias, trasteé con mecánicas de mejora y personalización (hay un sistema de amuletos clavado al de Hollow Knight)... Según nos contaban, su duración estará entre las 20 y las 25 horas.

También me gustó mucho lo espectacular que es en general, y especialmente durante las secuencias de vídeo y los contraataques vengativos. Prince of Persia: The Lost Crown tiene un toque exagerado, pero exagerado en el buen sentido, exagerado nivel animación japonesa. 

Muchas veces vemos a Sargon o a otros personajes cargando su Athra para realizar ataques acompañados de efectos de luz que parecen sacados del último shonen de moda. Y, personalmente, creo que le sienta de fábula, porque desprende mucho estilo y ayuda a esconder que gráficamente no es un juego demasiado potente.

También hay que decir que la banda sonora me ha parecido una maravilla. El tema principal es de esos que se quedan grabados con tan solo escucharlos una vez. Y a lo largo de la partida pude escuchar otras piezas realmente épicas y memorables. Aunque esto no debería ser ninguna sorpresa, teniendo a Gareth Coker como compositor (responsable de la banda sonora de ambos Ori).

Y ya que hablamos del sonido, también hay que decir que Prince of Persia: The Lost Crown tiene un magnífico doblaje al castellano.

No quiero decir mucho más porque si no estas impresiones se van a convertir en un análisis, pero ya podéis ver que he salido muy emocionado de esta primera toma de contacto con Prince of Persia: The Lost Crown. Después de probarlo, he pasado varios días pensando en el juego y volviendo a ver el gameplay. Y puede sonar a exageración, pero ahora mismo es el juego que más espero de 2024.

Por suerte, no vamos a tener que esperar demasiado, pues Prince of Persia: The Lost Crown se lanza el 18 de enero para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S, Nintendo Switch, Amazon Luna y PC. Y antes de eso, el día 11 de enero, podremos descargar una demostración gratuita. Yo sólo digo que aquí huele a clásico.