Análisis de Dragon's Dogma 2, el nuevo coloso de los juegos de rol y fantasía

Si hoy le preguntas a cualquier persona que jugase en su momento al primer Dragon's Dogma, lo más probable es que tengas que abrocharte el cinturón y prepararte para una exposición titulada "por qué la obra de Capcom es una de las mejores cosas que le han pasado a los juegos de acción y fantasía en los últimos años".

Pero Dragon's Dogma tuvo un gran problema: lanzarse poco después que Skyrim y el primer Dark Souls, lo que llevó al juego dirigido por Hideaki Itsuno (director también de Devil May Cry 5) a convertirse en el RPG tapado de aquella generación. Y entiéndase por "tapado" que no ha alcanzado el mismo nivel de relevancia.

Dragon's Dogma 2 viene dispuesto a no repetir la historia. Y pese a que se lanza en un año que sólo en los primeros meses ya nos ha dejado una cantidad absurda de juegazos, creo que no me equivoco al afirmar que el público está deseando hincarle el diente al gran juego de fantasía de este año. Queremos el Elden Ring de 2024; queremos que se repita lo de Baldur's Gate 3. 

Queremos un RPG con el que obsesionarnos durante meses y en el que cada paso sea un descubrimiento digno de ser compartido con nuestros amigos, al tiempo que ellos nos cuentan historias sobre lugares o enemigos que nos dejan boquiabiertos. Queremos volver a vivir esa sensación mágica. Y sí, eso es exactamente Dragon's Dogma 2.

El análisis de Dragon's Dogma 2 para PS5, Xbox Series X|S y PC de HobbyConsolas:

• El gameplay de Dragon's Dogma 2
• Nivel de dificultad de Dragon's Dogma 2
• ¿Cuántas horas de juego dura Dragon's Dogma 2?
• El apartado audiovisual de Dragon's Dogma 2
• Cuánto cuesta Dragon's Dogma 2 y dónde puedes jugarlo
• La opinión de HobbyConsolas de Dragon's Dogma 2
• Nota: lo mejor y peor de Dragon's Dogma 2

Jugabilidad y gameplay de Dragon's Dogma 2

He estado muy tentado de abandonar la plantilla habitual de los análisis que hacemos en HobbyConsolas para limitarme a contaros mis aventuras en Dragon's Dogma 2. Desgraciadamente a Google (hola, Google, espero que me estés leyendo esto) no le habría gustado eso y seguramente a muchos de vosotros tampoco, pues no os daría la información que estáis buscando.

Pero hubiera sido la mejor forma de explicar por qué Dragon's Dogma 2 es un juego tan especial. Os hubiera hablado sobre aquella vez que me enfrenté a un troll teniendo todas las de perder, y en el último momento apareció un grupo de ancianos semidesnudos que tumbaron a la criatura en menos que canta una arpía.

Os hubiera hablado sobre aquella vez que dos cíclopes me tendieron una emboscada en un paso entre dos montañas, dando lugar a un combate que se alargó hasta bien entrada la noche.

Y os hubiera hablado sobre aquella vez que un grifo apareció de la nada cuando un gólem estaba a punto de derrotarme y empezaron a pelear entre ellos. Aprovechando la situación, me aferré al grifo para golpearle en su punto débil... Pero este salió volando y me llevó hasta su nido, lo que culminó en enfrentamiento muy épico del que logré salir victorioso.

En muchos otros juegos (la gran mayoría), todo esto habrían sido momentos que forman parte de la historia, minuciosamente diseñados para generar sensaciones muy específicas. Pero en Dragon's Dogma 2, el guion lo escribe en tiempo real la jugabilidad emergente que se construye gracias a todos los sistemas en juego. 

La forma en que están implementadas las físicas, la IA de los peones y los enemigos... Todo contribuye a crear un mundo de puro caos, pero en el buen sentido. Nunca sabes lo que va a pasar y siempre te va a sorprender con situaciones impredecibles que no estaban planeadas. Hablando en plata: cada vez que salimos de viaje con un objetivo en mente, pasan COSAS.

Hasta ahora, creo que uno de los mejores representantes de esto era The Legend of Zelda: Breath of the Wild, pues crear momentos únicos e inolvidables a través del gameplay era una de sus mayores virtudes. Y dice mucho y muy bueno de Dragons Dogma 2 que Breath of the Wild me haya venido constantemente a la cabeza mientras jugaba.

Hideaki Istuno y su equipo de Capcom han entendido a la perfección qué era lo que hacía grande al juego de Nintendo y lo han trasladado a su universo de fantasía. Lo podemos apreciar en el diseño del mundo abierto, que en lugar de la habitual explanada enorme llena de iconos, es un mundo abierto "de caminos" que invita a ser explorado de manera orgánica. 

Pero también en los pequeños detalles, como que al estar mojados por la lluvia los hechizos de rayo y frío tengan más potencia, que el fuego se extienda en los pastos secos o que la linterna se apague cuando nos metemos en cuerpos de agua que nos llegan por la cintura.

Todo esto se complementa la perfección con las dos grandes señas de identidad de Dragon's Dogma: el sistema de clases, donde cada "oficio" es un mundo que propone enfoques y mecánicas jugables completamente diferentes, y los peones, nuestros compañeros de aventura que en esta secuela tienen aún más personalidad y cuentan con un mayor grado de personalización.

Pero quizás el mayor acierto de Dragon's Dogma 2 sea que no es un juego amigable. En el año 2024, la inmensa mayoría de videojuegos están diseñados para ponérselo fácil al jugador, y no me refiero a la dificultad: me refiero a mecánicas que hace unos años eran normales, pero que hoy serían vistas como un engorro. 

La calidad de vida que hemos ganado es buena, desde luego, pero Dragon's Dogma 2 se pregunta: ¿y si no fuese del todo así? ¿Y si fuese importante conservar algunas de esas mecánicas engorrosas para lograr una experiencia de juego singular? ¿Y si apenas hubiese tutoriales? ¿Y si los objetivos de las misiones no se nos diesen siempre mascaditos y hubiese que buscar e informarse? Y la más importante: ¿y si se confiase en la inteligencia del jugador? 

Pensadlo fríamente: ¿cuántos juegos recientes de mundo abierto conocéis en los que las misiones secundarias no aparezcan marcadas en el mapa? Porque es así en Dragon's Dogma 2. En este mundo, los NPCs interesados se pueden acercar a nuestro personaje para solicitar su ayuda en cualquier momento. Y a veces incluso podemos descubrir misiones secundarias al hablar con NPCs que no están señalados de ninguna manera.

Y no por ello deja de tener menos contenido, porque misiones secundarias hay para aburrir, pero la sensación de descubrimiento y de que todo sucede de manera orgánica es maravillosa.

Aun así no soy ingenuo, todo esto también entraña un riesgo descomunal. Me temo que en esta era de la inmediatez y del consumo rápido que vivimos, mucha gente va a huir despavorida de un juego enorme y con multitud de sistemas que no parece estar interesado en poner las cosas fáciles para que los entendamos.

Y no es lo único difícil de digerir de Dragon's Dogma 2. Como decía antes, hay mecánicas que se podrían considerar arcaicas, como tener que ir siempre a las ciudades para usar el almacén de objetos, la necesidad constante de gestionar el equipo si no queremos ir sobrecargados de peso o que el viaje rápido está muy limitado, lo que supone andar todo el día de arriba para abajo dando paseítos.

Las cosas como son: Dragon's Dogma 2 no nos toma por tontos, pero al mismo tiempo también exige que pongamos de nuestra parte para disfrutar de lo que propone.

Algo parecido sucede con todo el tema de la jugabilidad emergente: el hecho de tener sistemas tan impredecibles también significa que en muchas ocasiones nos vamos a topar con peones que se quedan atascados en el escenario, enemigos que se saltan las leyes de la física y NPCs que reaccionan de formas inverosímiles.

Y luego está la historia principal, que queda opacada al lado de las situaciones que se generan mediante la jugabilidad y al final su propósito no es otro que llevarnos a visitar las principales localizaciones del mundo. 

Aunque creo que hasta cierto punto han sido muy conscientes de esto, pues la historia tiene mucho de misterio e intriga y no tanto de combates épicos. Y tiene todo el sentido del mundo, porque de combates y situaciones épicas Dragon's Dogma 2 ya va sobrado.

¿Es difícil Dragon's Dogma 2?

Dragon's Dogma 2 no tiene selector de dificultad. En su lugar, y dado que es un juego de rol en mundo abierto, la dificultad reside en tener un buen nivel, ir bien equipados, elegir bien a los peones que nos acompañan... y saber cuándo es buena idea salir por patas, porque es habitual toparse con enemigos que nos superan en nivel.

En mi experiencia, no he sentido que sea un juego particularmente difícil, salvo que me haya descuidado y haya librado batallas que estaban muy por encima de mis posibilidades o me haya metido en la boca del lobo en situaciones que exigían un enfoque más estratégico.

¿Cuántas horas dura la historia de Dragon's Dogma 2?

De nuevo, y dado que estamos ante un RPG de mundo abierto, ya os podéis imaginar la duración de Dragon's Dogma 2. Si queréis hacerlo y verlo absolutamente todo, tenéis cientos de horas por delante. Y eso sin contar con que hay misiones con diferentes resultados en función de nuestras acciones o, por supuesto, un postjuego tras ver los créditos que esconde grandes secretos.

Si vais a piñón y pasáis del contenido opcional, entonces la duración de Dragon's Dogma 2 se encuentra entre las 30 y 40 horas. Sin embargo, dadas las situaciones tan interesantes que plantean algunas misiones secundarias y lo orgánica que es la exploración, una partida normal debería llevaros mucho más tiempo, incluso aunque no pretendáis exprimirlo al 100%.

Gráficos y sonido de Dragon's Dogma 2

Como se confirmó hace unas semanas, la versión para consolas de Dragon's Dogma 2 funciona a 30fps. Y no existe ningún tipo de ajuste gráfico ni modo de visualización adicional, algo bastante inusual dado que ha sido la norma en esta generación. 

Es una pena, pues en un juego de acción como este los 60fps le habrían sentado de fábula, pero también es cierto que por lo general ofrece una experiencia de juego muy fluida. Y digo por lo general porque, desgraciadamente, hay unos cuantos petardeos.

Los he apreciado sobre todo en ciudades principales (y más concretamente en Vernworth, una de las que más se visitan), pero también durante los combates cuando coinciden muchos enemigos y efectos de hechizos en pantalla. No son la clase de ralentizaciones que molestan en exceso, pero desde luego se hacen notar.

Rendimiento aparte, Dragon's Dogma 2 se ve muy bien y es un nuevo ejemplo de la enorme versatilidad de la que hace gala el RE Engine. Sólo echo en falta algo más de variedad de enemigos y que la cámara en interiores puede llegar a ser un tanto problemática.

Por su parte la banda sonora no es demasiado destacable salvo en casos muy concretos, como cuando cuando nos enfrentamos a criaturas de gran tamaño y se escucha la épica y ya conocida melodía de Dragon's Dogma. 

La verdad es que echo de menos un tema principal potente a lo Into Free, porque vale que a nivel temático no casaba demasiado, pero le dio al primer juego una personalidad tremenda.

Precio y plataformas disponibles

Dragon's Dogma 2 se lanza para PS5, Xbox Series X|S y PC el próximo 22 de marzo. Aquí tenéis la tabla con los diferentes horarios para saber a qué hora se puede empezar a jugar.

La Standard Edition de Dragon's Dogma 2 se lanza tanto en formato físico como digital a un precio recomendado de 74,99€. La Deluxe Edition de Dragon's Dogma 2 es exclusivamente digital y tiene un precio de 84,99€. En formato físico, también están disponibles la Lenticular Edition y Steelbook Edition, por 74,99€ y 79,99€ respectivamente.

Un bistec para los paladares más selectos

Dragon's Dogma 2 debe ser uno de los juegos más valientes que he visto en mucho tiempo, pues lejos de hacer un producto para contentar al público general y deshacerse de la etiqueta "de culto", en Capcom han decidido hacer un juego para contentar a los fans del primer Dragon's Dogma, esos que llevaban más de diez años esperando una secuela.

Lo que puede que para muchos sean decisiones de diseño ancladas en el pasado, son en realidad decisiones tomadas a conciencia para "cocinar" un juego de esos que ya no se hacen. Me atrevería a decir que incluso tiene cierto sabor a juego de autor, porque ya me diréis en cuántos AAA sus responsables han dicho: «en vez de recrear con todo lujo de detalles distintos platos, vamos a ponernos hasta arriba de filetes, lo grabamos y lo usamos en el juego».

Aun así, confío en que el mundo de 2024 está preparado para saber apreciar lo que Dragon's Dogma 2 propone. Porque incluso aunque la barrera de entrada sea alta y las primeras horas pueden resultar abrumadoras, hace algo que hoy en día no es demasiado habitual: respeta nuestra inteligencia.

Y como decía al principio, gracias a que no nos lleva de la manita en ningún momento, que deja que seamos nosotros quienes descubramos cómo funciona todo, Dragon's Dogma 2 consigue convertirse en ese juego donde la experiencia es única para cada jugador. 

Vais a querer ir corriendo a contarle a vuestros amigos lo que os pasó ayer o lo que acabáis de descubrir, y ellos os van a contar que superaron una misión principal de una forma muy diferente y que no creíais posible y os van a hablar de una misión secundaria alucinante que han descubierto en una esquina del mapa. Y eso es lo más bonito de todo esto, al fin y al cabo.