Análisis de Lysfanga The Time Shift Warrior, una ingeniosa mezcla de puzzle y acción

Quantic Dream quiere ir más allá de las grandes superproducciones de David Cage y por eso creó el sello Spot Light, dedicado a apadrinar proyectos más pequeños que tengan un potencial original. De su primera hornada, quizá el que mejor represente ese espíritu sea este Lysfanga: The Time Shift Warrior, que llega el 13 de febrero a PC.

Concebido a partir de un proyecto ideado por una sola persona, el juego ha ido creciendo y "embelleciéndose" para cumplir con las estándares actuales, pero mantiene su esencia: mezclar el hack and slash con los puzzles basados en bucles temporales.

El análisis de Lysfanga The Time Shift Warrior para PC en Hobby Consolas:

• Jugabilidad de Lysfanga
• Nivel de dificultad de Lysfanga
• Duración de Lysfanga
• Cuánto cuesta Lysfanga y dónde puedes jugarlo
• La opinión de Hobby Consolas sobre Lysfanga
• Nota: lo mejor y lo peor de Lysfanga

Jugabilidad y gameplay de Lysfanga: The Time Shift Warrior

En términos generales, el objetivo del juego es simple: controlando en tercera persona a Imë, la diosa protagonista, hemos de avanzar por mapeados isométricos para llegar a zonas atestadas de enemigos. Una vez lleguemos a una, hemos de acabar con todos antes de que se acabe el tiempo o de que ellos nos eliminen primero.

Pero Imë tiene una habilidad especial: es capaz de retroceder en el tiempo y, cada vez que lo hace, un "clon" suyo (llamado remanente) repetirá las acciones que hizo en primera instancia. Así, si por ejemplo comenzamos yendo a la izquierda, retrocedemos en el tiempo y luego vamos a la derecha, en ese momento habrá dos Imës: una que va a la izquierda (el remanente) y otra que va a la derecha.

Al principio, la dinámica es muy sencilla, pero al ir avanzando en el juego llegaremos a ver a 6 ó 7 remanentes, cada uno de ellos repitiendo por su cuenta lo que hubiéramos hecho nosotros en ese bucle temporal. Además, siempre tenemos un tiempo limitado para cada uno de los bucles. Si agotamos el tiempo de todos nuestros remanentes, tocará empezar de cero...

Esto da pie a puzzles muy interesantes, desde puertas cuya apertura hemos de prever para nuestros futuros yo hasta enemigos conectados entre sí que han de morir a la vez para ser eliminados.

Todos estos elementos acaban mezclándose y, además, nosotros vamos descubriendo nuevas habilidades (comenzar desde un punto diferente del mapa en nuestro siguiente bucle, forzar que un enemigo muera instantáneamente si de todas formas le "tocaba" morir en el turno...), por lo que hemos de tener en cuenta todas estas variables antes de lanzarnos a atacar.

Al margen de la estrategia que adoptemos, el componente de acción también es importante, pues muchos enemigos pueden moverse y nuestra posición o ritmo de ataque puede influir mucho en el resultado. Al principio contamos con solo una espada, pero más adelante obtenemos más armas (que podemos cambiar al vuelo), como un tridente o unos chakram.

Cada arma tiene un ataque principal y uno secundario, que hemos de coordinar con las habilidades especiales que tengamos asignadas, cada una de las cuales necesita un tiempo de "recarga" después de cada uso. También podemos usar un "superpoder de diosa" devastador para los enemigos, cuya disponibilidad se indica cuando a Imë se le pone el pelo blanco. ¿El Ultra Instinto?

Aunque los combates (con algún que otro jefe final incluido, por cierto) son el verdadero corazón del juego, también podemos explorar las ciudades que visitamos. Hay algunos desvíos que nos pueden llevar a cofres del tesoro con nuevos diseños de armadura (algo puramente estético), fragmentos de remanente para conseguir intentos extra o bien orbes con los que comprar en nuestra guarida.

Esa guarida se puede visitar desde los teletransportadores que encontramos. En ella, los gólems que vamos rescatando nos pueden dar consejos, modificar nuestro aspecto o la decoración de la sala o incluso invitarnos a desafíos más difíciles basados en los que ya hayamos superado. Por cierto, una vez superemos un tramo, podemos revisitarlo para intentar batir el récord de tiempo.

¿Es difícil Lysfanga?

Cada uno de los tres grandes actos del juego (el tercero es el más largo, con diferencia) tiene su propia curva de dificultad, que arranca de forma muy suave, para que vayamos asimilando nuestras nuevas habilidades o los diferentes enemigos, pero en los tramos más avanzados de cada acto el desafío es bastante, bastante alto.

Hay que tener en cuenta que no existe una única forma de superar cada desafío y, cuantas más habilidades vamos descubriendo, más se abre nuestro abanico. Esto es bueno porque nos da más flexibilidad, pero también puede provocar que paséis un poco por alto una posible estrategia útil entre tantas variables.

En cualquier caso, el juego premia al que diseña una estrategia sólida antes de lanzarse al ruedo, porque puede ahorraros muchas repeticiones.

Contamos con algunas ayudas visuales mientras estamos combatiendo, como calaveras sobre los enemigos "condenados" (los que van a terminar muriendo porque ya los matamos en un bucle anterior) o flechas que indican dónde están los enemigos que aún no han muerto en ningún bucle.

Cuántas horas dura Lysfanga

Aunque hay cierto margen para la exploración, de cara a buscar nuevos diseños de armadura o piezas de remanente, en general el avance es bastante directo. Dicho esto, la aventura os puede durar cerca de 12 horas, aunque probablemente moriréis en más de un encuentro y eso podría provocar que la cifra aumentara un poco.

Para sacar todo el partido al juego, podéis bucear en las posibilidades de la guarida, personalizando los cuadros, investigando el códice o hablando con los gólems, pero todo eso supone solo un pequeño "complemento". Mucho más entretenido puede ser intentar superar los mejores tiempos en cada desafío.

Precio y plataformas disponibles

Por ahora, solo está previsto el lanzamiento de Lysfanga para PC (a través de Steam y de Epic Games Store), a un precio recomendado de 24,99 euros. Los primeros días, estará rebajado a 19,99 euros.

Solo existe la edición estándar digital del juego, aunque suponemos que, si es un éxito, acabará llegando a consolas más adelante.

Robusta jugabilidad para una aventura algo "pequeñita"

Desde que probamos Lysfanga en París hace unos meses, ya teníamos claro que su dinámica de juego funcionaba bien. Y el resultado no ha decepcionado para nada, con un concepto que aúna a la perfección la dinámica peleona de juegos como Hades con la faceta más sesuda de títulos como Braid o incluso Portal.

Es un ejemplo estupendo de buena idea llevada a la práctica con cuidado, aunque también es verdad que quizá las partes más avanzadas puedan resultar demasiado intimidantes para los jugadores que se saturen pronto. Hay que dar bastante al coco cuando se mezclan puertas binarias, enemigos gemelos y tipos resistentes, así que es importante jugar con calma, con sesiones cortas.

Es así como mejor funciona la experiencia, ya que por otro lado tenemos una aventura que se hace un pelín corta (algo que suele ser habitual en este tipo de proyectos) y no hay mucho incentivo secundario. 

En ese sentido da un poco de rabia, porque el mundo desplegado en el juego es bastante interesante y parece que no se ha llegado a explotar del todo, especialmente en una guarida cuyas actividades parecen quedarse un poco en la superficie de su potencial.

El apartado técnico cumple a la perfección, con unos escenarios isométricos muy detallados y dotados de un diseño artístico muy interesante, evidentemente influenciado por diferentes culturas orientales, pero sobre todo por la mitología hindú. En esta faceta, solo echamos en falta que la cámara se pudiera mover o acercar un pelín en los tramos de batalla más complejos.

Aunque puedan parecer gráficos "simples", incluyen algunos efectos muy espectaculares, como el momento en que somos "expulsados" a un nuevo bucle temporal.

Las voces solo están en inglés, pero no influyen mucho en el gameplay y, en cualquier caso, tenemos textos y menús en un correctito castellano. La música tiene algunos pasajes bastante potentes, pero es principalmente ambiental.

En su conjunto, Lysfanga es un juego que denota personalidad propia y aporta no solo ideas frescas, sino también un desafío que puede encandilar a una importante cantidad de jugadores. Quizá pueda volverse algo confuso para ciertas personas en los tramos más duros, pero los más aguerridos disfrutarán de unos duelos que sacan mucho partido... a nuestro tiempo, por supuesto.