Crítica de Black Adam, una película de superhéroes que lucha contra sí misma

Hemos visto tantas películas de superhéroes en los últimos años que se han convertido en un género en sí mismas. Eso no es necesariamente malo, pero al espectador, por lo menos a mí, le provoca cierta tolerancia. Cada vez es más difícil sorprenderme en la gran pantalla. 

Black Adam, la película dirigida por Jaume Collet-Serra e interpretada por Dwayne Johnson, por lo menos hace un esfuerzo. Y mira que es difícil cuando se trata de una historia de orígenes. Este ejercicio por desviarse de la narrativa que han impuesto Marvel y DC en sus respectivos universos hace que la película resulte más interesante, pero a veces contradictoria. 

Me explico. Pero antes de nada, es importante reconocer que yo no conocía al personaje de Black Adam. Por tanto, no puedo afirmar si la adaptación es fiel a los cómics (de eso se encargará mi compañero David Lorao en su crítica "comiquera"). Lo que sí tengo claro es que el protagonista de la película es mi estilo de superhéroe.

Adam es un tipo que no tiene reparos en matar, y que no distingue entre justicia y venganza. Y en un mundo de personajes tan almidonados, se agradece. Tampoco es alguien necesariamente malvado (el hecho de que se salte la "moralina" de los superhéroes no lo convierte en uno de Los Siete de The Boys).

Simplemente, se deja llevar por algunos sentimientos humanos. Está sólo un par de peldaños por debajo de Peacemaker o el Escuadrón Suicida. Y aquí nos encontramos con el primero de esos puntos interesantes de Black Adam, tratar a su protagonista como héroe o villano dependiendo de la situación. 

Teth Adam (el nombre original del protagonista) defiende el uso de la violencia en unas cuantas ocasiones... y la verdad es que no le va mal. Esta es una de las contradicciones de las que hablaba. La película nos dice que "la violencia no resuelve nada" con la boca pequeña, mientras su protagonista masacra a los malos de turno con unos resultados bastante contundentes.

El segundo punto que me ha gustado también plantea un dilema ético. Toda la película es autoconsciente, lo que le sienta bastante bien. Y esto brilla en la introducción de un nuevo grupo, la Sociedad de la Justicia de América, formado por Atom Smasher, Doctor Fate, Cyclone y Hawkman.

Son los abanderados del orden en el mundo, pero en un momento se plantea por qué sólo aparecen en las zonas en que hay un supervillano, aunque sus habitantes viviesen oprimidos desde mucho antes, en este caso, por una corporación militar.

Es una pena que se quede ahí, porque hubiera sido genial ver cómo se resolvía el dilema de si los "súper" están ahí para proteger al desvalido o sólo para mantener el orden establecido. ¿Habría puesto en el punto de mira a "las vacas sagradas" del universo DC?

Si bien estos detalles son interesantes, no consiguen que Black Adam se despegue de los cánones de "otra película de superhéroes".

Sin salirse de los márgenes

Podéis sacar vuestra lista de tópicos para comprobar que Black Adam cuenta con todos los elementos "esenciales" del género. 

Tenemos espectaculares secuencias de pelea que incluyen la destrucción de ciudades enteras, pequeños golpes de humor, personajes sin poderes que demuestran que lo importante es (aquí poned vuestro sentimiento favorito la fe, el amor, el trabajo en equipo...)

En general es una película correcta, pero que no es capaz de sorprender en ningún momento. Ni siquiera en los aspectos técnicos, con un montaje irregular que nos castiga con algunas secuencias a cámara lenta que no consiguen ser épicas y con un abuso de etalonaje (las correcciones de color que le dan un tono particular a la imagen).

Ni siquiera la generosidad de los efectos digitales es capaz de quitarnos esa sensación de que ya lo hemos visto todo antes. Contra todo pronóstico (para ser un blockbuster palomitero) lo que se salva es el reparto. 

Efectivamente Dwayne "The Rock" Johnson se adueña de la pantalla. Funciona como villano, como héroe e incluso en sus aportaciones cómicas. Además de ser el único ser humano que para interpretar a un superhéroe necesita que le quiten músculos mediante CG  (todo lo contrario que el culo de Thor en Amor y Trueno). 

La verdad es que me pregunto cómo a nadie se le había ocurrido ficharle antes como superhéroe, porque si alguien da la talla, es The Rock. Pero no es el único. 

Pierce Brosnan, antiguo 007, pasa a ingresar en las listas de viejas glorias "rescatadas" para las películas de superhéroes (por aquí han pasado ya Michael Douglas, Kevin Costner, Rene Russo o Tomy Lee Jones). Y la verdad es que su papel como Doctor Fate está muy conseguido, y nos deja alguno de los (escasos) momentos para recordar. 

Eso sí, lo que más valor añade a la película, que se nos ha hecho un poco larga, es la escena post créditos. No vamos a revelarla, por supuesto, pero es algo tan prometedor como cuando vimos a Nick Furia hablando por primera vez de la iniciativa Vengadores.

¿Merece la pena ir al cine a ver Black Adam? Yo tenía pocas expectativas, para ser honesto, y me ha resultado un entretenimiento correcto. 

Siempre se mantiene dentro de lo esperado: ni es salvaje como Suicide Squad, ni densa como The Batman. Tampoco lo pretende. Pero enriquece el universo DC con nuevos personajes, y consigue darle nuevos matices a una historia que se ha repetido hasta la saciedad.