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Crítica de Maestro, el biopic Leonard Bernstein de Netflix

Bradley Cooper en Maestro

Crítica de Maestro, el biopic de Leonard Bernsteinb producido por Spielberg y Scorsese y dirigido, coescrito y protagonizado por Bradley Cooper. Estreno el 6 de diciembre en cines y el 20 de diciembre en Netflix.

A Netflix no le falta ambición y demuestra tener ganas de alzarse con premios mediante la producción de películas como Maestro, el biopic del célebre director de orquesta, compositor y profesor Leonard Bernstein.

La película, cuyo guión han escribo Josh Singer (First Man) y Bradley Cooper, ha sido dirigida y protagonizada por este último. Todo sujeto a una detallada caracterización que nos lleva desde los años 50 hasta finales de los 80 recorriendo buena parte de su carrera como músico desde el momento en el que dirigió la Filarmónica de Nueva York, donde alcanzó fama mundial, hasta su etapa de madurez.

El enfoque de la película, sobre todo en su primera mitad, rodada en blanco y negro, es muy artístico, con atrevidos movimientos de cámara y transiciones que sirven de elipsis bastante poéticas. Sin embargo, es una película que se antoja fría y que profundiza poco en su personaje central.

La caracterización física de Bradley Cooper, que corre a cargo de Kazu Hiro, ganador del Oscar por El instante más oscuro y El escándalo, venía arrastrando bastante polémica, como siempre que un intérprete se somete a un cambio de gran calibre para meterse en los zapatos de su personaje.

En esta ocasión, la emulación de la nariz de Leonard Bernstein parecía que podía ser incluso un elemento distractor de la historia en sí. Pero nada más lejos, todos los elementos dispuestos para darle verosimilitud a la película funcionan a la perfección: desde el vestuario hasta los departamentos de maquillaje y peluquería, volcados en su exquisito trabajo.

 

Los problemas que arrastra Maestro provienen de un guión que consigue integrar con coherencia el repertorio musical de Bernstein, pero no ahondar demasiado en sus pasiones y motivaciones personales. Se centra mucho, puede que incluso demasiado, en su tormentosa relación con su compañera y esposa Felicia Montealegre, interpretada por una sensacional Carey Mulligan.

Quiere ser una cinta biográfica disruptiva para mostrar las facetas más íntimas de un hombre marcado por cierto nivel de libertinaje, su bisexualidad y el escándalo de su relación extramatrimonial con Tom Cothran, pero que termina plegándose a todos y cada uno de los elementos clásicos del género a nivel dramático por poner el foco en una historia de amor que lo fagocita todo.

En busca de la emoción

Maestro debería ser una película conmovedora, emocionante e incluso que retara al espectador a ponerse en la piel de un hombre plagado de contradicciones y rebosante de energía y creatividad en un periodo temporal en el que vivir ciertas experiencias en libertad era muy complicado, pero no consigue llevarnos al nivel de intimidad apropiado como para empatizar con él.

Tampoco consigue mostrarlo como la figura inspiradora que fue para toda una nueva generación de músicos y melómanos, esencialmente jóvenes, para los que se convirtió en un referente. Hay breves destellos de genialidad en un metraje demasiado largo y en ocasiones, tedioso.

Los 129 minutos de duración de Maestro le pasan factura: Bradley Cooper se come por completo la película y asfixia a buena parte de los secundarios, que cuentan con muy poco tiempo en pantalla, desde Matt Bomer, cuya presencia es casi anecdótica, hasta Maya Hawke.

En suma, es una película que se percibe fría porque todo en ella parece estar calibrado con una finalidad: no resultar ofensiva para nadie, ni levantar ampollas pero destacar en la temporada de los premios ofreciendo un producto tan manufacturado que cuesta encontrarle el corazón.

Le falta arrojo, riesgo y pulso narrativo para golpear con fuerza, algo que sí han hecho películas muy distintas pero que en el fondo tienen mucho en común, como Saben aquell, por poner un ejemplo reciente.

Ojalá el talento interpretativo de Cooper estuviera al mismo nivel que su cuidadísima caracterización. Cuesta ver la evolución de un personaje que siempre resulta críptico y cuyos diálogos (incluso sus discusiones) no nos ayudan a comprenderlo en absoluto.

Maestro no va a conseguir tener el mismo impacto de Ha nacido una estrella por muchos motivos, pero sobre todo por la falta de garra de la historia. Aunque a la película no le faltan méritos de producción, le queda en el lado del "debe" encontrar el tono y tener claro qué quiere contar. Como retrato, queda muy desdibujado.

VALORACIÓN:

Bradley Cooper se desempeña mejor como director que como guionista y protagonista del biopic de Leonard Bernstein, una propuesta desapasionada sobre un creador apasionante.

LO MEJOR:

El trabajo de caracterización de Bradley Cooper es sencillamente una obra de orfebrería. Los movimientos de cámara de la primera mitad de la película.

LO PEOR:

La película nunca encuentra un tono estable: los diálogos son crípticos y hay muchos vaivenes narrativos.
Hobby

70

Bueno

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Etiquetas: Netflix