Crítica de Nimona, la película de Blue Sky que Anapurna y Netflix rescataron de la purga

Cuando Disney decretó el cierre de Blue Sky Studios en 2021, la casa de películas como Ice Age estaba trabajando en un proyecto que parecía condenado a la extinción: Nimona.

La película basada en la novela gráfica de N. D. Stevenson pudo terminar en el olvido, pero Anapurna Pictures lanzó un salvavidas que permitió que el filme de animación no solo se completase, sino que llegue al catálogo de Netflix el próximo 30 de junio.

Nick Bruno y Troy Quane dirigen esta película que cuenta con las voces de Riz Ahmed (Rogue One: Una historia de Star Wars) y Chloë Grace Moretz (The Peripheral, Kick-Ass) como protagonistas.

Hoy, en Hobby Consolas, os traemos nuestra crítica de Nimona y os contamos, sin spoilers, qué nos ha parecido la última película nacida de Blue Sky Studios.

El valor de la verdad

La premisa de Nimona nos hace seguir a Ballister Corazón Negro, un plebeyo a punto de convertirse en caballero del reino y ser el primer miembro ascendido desde sus humildes orígenes, sin pertenecer a la nobleza.

Pero un atentado pone la diana de la culpabilidad sobre él y tiene que darse a la fuga por un crimen que no cometió. En su huida, conocerá a Nimona, una joven extrovertida, contestona y enigmática, que está empeñada en ser su esbirra, ya sea para cometer fechorías o para limpiar su nombre.

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Ballister no estará muy convencido de su nueva ayudante, pero aceptará cualquier ayuda que lo lleve a desenmascarar al verdadero criminal.

Pero el reino afronta un mal mucho más antiguo y lejano que ha conformado su aspecto actual y las creencias de todos los que viven en él: unas creencias que pronto serán puestas a prueba.

Cuando el medievo y el cyberpunk se dan la mano

Uno de los principales puntos a favor de Nimona es su excelente ambientación. Combinar fantasía medieval con estética cyberpunk no es tarea sencilla, pero la película de Netflix lo hace muy bien.

El reino combina elementos que parecen sacados de historias como Blade Runner o Minority Report, al tiempo que comparte aspectos de la mitología medieval de relatos como El Señor de los Anillos o Canción de hielo y fuego (Juego de tronos).

Es imposible no comparar en algunos aspectos a Nimona con Shrek. Su humor gamberro y subversivo y la forma en que juega con los tropos preestablecidos para conducir al espectador por su historia le brindan un plus muy bizarro a la película de Anapurna Pictures.

El estilo de animación escogido para llevar a cabo la película, el toque cartoon ayuda mucho a meterse en la historia de este improbable dúo de compañeros de aventuras que se enfrentará al mundo. 

El mensaje de Nimona y su polémico descarte de Disney

Vamos a retroceder a 2021, cuando el entonces CEO de Disney, Bob Chapek, decretó el cierre de Blue Sky y mandó al limbo a Nimona. La decisión se debió, presuntamente, a la trama LGBT que hay en la película.

No se nos escapa la ironía de que Disney, bajo el liderazgo de Chapek, produjo Lightyear y Mundo extraño, por lo que aquella polémica se antoja algo improbable.

Nimona se basa en la obra de N. D. Stevenson y, como autor miembro de la comunidad LGBT, es normal que este tipo de tramas esté presente. Hasta ahí, sin fallo. El problema es que la trama romántica, independientemente del sentido que se le hubiera dado, está por estar, algo demasiado frecuente en casi cualquier formato narrativo.

El problema en Nimona es que, teniendo un romance de este estilo, no lo aprovecha. El mensaje global que vamos a encontrar en la película es el de la intolerancia, pero siempre enfocado en otros aspectos, como el miedo o los orígenes sociales.

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Por una parte, está bien que sea algo que se intente "normalizar" y no jugar siempre esa carta de la intolerancia de la orientación sexual, por otro, la película pintaba sola para que se hubiese focalizado en ese tema un pelín más —no mucho, claro—. Por suerte, no es algo que corte el ritmo demasiado.

También os digo que las historias de amor del tipo que sea que no aportan nada no son de mi agrado, así que suelo mosquearme en el 85% de las películas y series.

El equilibrio entre acción y narrativa está bastante bien. Nimona tiene sus tres actos bien definidos y nos dejará momentos divertidos, locos y algún ramalazo a Godzilla que no tardaréis en notar.

A veces, su humor peca de ser bastante absurdo o se esfuerza en ser demasiado reflexiva con cada línea de diálogo, como si cada escena necesitase dejar su propio mensaje. Normalmente, no es malo, pero hace que la película no termine de encontrar su tono. Hay un par de ratos que no parece una película tan enfocada al público infantil.

Nimona es una película calificada PG por la Motion Picture Association, 7+ en España. No obstante, hay comentarios y bromas que solo van a entender los adultos, lo que nos lleva, de nuevo, a películas como Shrek.

Netflix trae con acierto Nimona con el verano recién empezado. Es una aventura entretenida que nos dejará algo más de hora y media de desenfreno en este reino medieval futurista.