Los peores jefes de la historia del cine y la televisión para los que no querrás trabajar
Nadie dijo que ser jefe fuese sencillo, pero algunos se esfuerzan por hacer que sus empleados sufran un calvario diario.
Dirigir un equipo de personas cada día es una tarea agotadora, aunque algunas personas parezcan haber nacido para ello. El cine y las series nos han enseñado que hay muchos enfoques para ser un jefe efectivo, aunque sea a costa de tus empleados.
Algunos de los actores y actrices más reconocibles han encarnado a jefes que no querríais en vuestra empresa ni regalados.
Algunos, son patosos encantadores que, pese a no tener malas intenciones, generan un clima de incompetencia demencial. Otros fueron concebidos por el mal y solo desean ver el mundo arder, salvo sus beneficios, claro.
Hoy, en Hobby Consolas, recordamos a algunos de los jefes más terribles que hemos disfrutado en cine y series.
Antonio Recio
"El mar al mejor precio". Mayorista. No limpia pescado. Antonio Recio es apodado con frecuencia en La que se avecina, "Rancio", y con razón.
Como jefe de Mariscos Recio, tiene una visión comercial de tiburón, aunque las cosas suelen salirle regulinchi.
La que se avecina ha visto cómo trata a sus empleados de forma despótica y cómo mira siempre por el beneficio propio —a veces incluso sobre el beneficio empresarial—.
Es el típico jefe al que le daríais "merluzazos" hasta el fin del mundo y, pese a ello, seguiría siendo horrible trabajar para él.
El señor Burns
Alguien al que le ponen la Marcha Imperial de Star Wars en algunas escenas no anticipa nada bueno. Charles Montgomery Burns es el mal encarnado.
El jefe de Homer en Los Simpson es un tirano de manual que ha amasado su fortuna a costa de sus sufridos empleados y de flexibilizar las leyes o saltárselas directamente.
Por desgracia, existen muchos jefes reales como él en el mundo, lo que hace que la figura del señor Burns en la serie de Matt Groening sea aún más espeluznante.
Bill Lumbergh
Otro jefe que no querrías tener ni en pintura, pero que es más frecuente de lo que nos gustaría, es Bill Lumbergh, otro explotador de manual.
La condescendencia del personaje de Gary Cole en Trabajo basura solo es equiparable a su capacidad para hacer que sus sufridos empleados acaten sus peticiones.
Escuchar a sus subordinados no está en el plan de Bill Lumbergh, como tampoco lo está el tener un mínimo de empatía real.
Te hará trabajar en fin de semana o incluso sin cobrar, y lo hará con una sonrisa cínica en el rostro.
Katharine Parker
En 1988, Sigourney Weaver se tomó un descanso en su lucha contra los xenomorfos y en su trabajo como guardiana de la puerta en cierto edificio de Nueva York para convertirse en la irritante Katharine Parker.
La jefa de Tess (Melanie Griffith) en Armas de mujer demuestra carecer de escrúpulos a la hora de apropiarse del trabajo de su empleada con total impunidad.
Claro que la película de Mike Nichols no tardaría en hacer suyo aquel dicho de "A cada cerdo le llega su San Martín".
Michael Scott
En esencia, Michael Scott no es un mal jefe: no explota a sus empleados, es empático y tiene buen corazón.
El problema es que es un accidente a punto de ocurrir las 24 horas del día. El personaje de Steve Carell en The Office es el tipo de persona con una necesidad patológica de ser el centro de atención: el más guay; el más molón; el que todo lo sabe.
A veces, las cosas le salen bien y todos en Dunder Mifflin están contentos. Otras, sin embargo, desata el caos con sus ideas surrealistas.
En su defensa, hay que decir que nunca recurrirá al despido fácil, salvo que seas Toby, de Personal, al que echaría sin pensárselo.
Señor Cangrejo
Salvando las distancias, el señor Cangrejo de Bob Esponja es Antonio Recio en animación. De hecho, a veces llega a ser más cruel que el personaje de Jordi Sánchez.
Este molusco llegó a hacer que Calamardo y Bob Esponja trabajasen de noche y quiso cobrarles por respirar. Por no hablar de cierta ocasión en que casi asesina a un inspector de Sanidad.
Bob Kelso
Y hablando de Sanidad, nos vamos al hospital del Sagrado Corazón, donde el reparto de Scrubs ha vivido mil y una aventuras.
Este centro hospitalario cuenta con médicos capaces que harán que tus problemas de salud sean cosas del pasado, todo gracias a la máquina bien engrasada que dirige Bob Kelso.
Eso cambia si eres un miembro del personal de este hospital, ya que Bob te habrá dejado muy claro que no eres más que una bata con patas para él.
Bob Kelso es frío e insensible, aunque lo camufla bajo una capa superficial de calidez. Supuestamente, se trata de una forma de mantener distancias, pero este buen hombre se pasa siete pueblos en algunas ocasiones.
Louie De Palma
Danny DeVito tiene en Taxi a uno de los mejores peores jefes de la historia de la televisión, Louie De Palma.
Extorsión, amenazas, robo en el lugar de trabajo, espiar a sus empleados… todo lo malo que se os ocurra que pueda hacer un jefe, Louie lo habrá hecho.
Ron Swanson
Tener a un antisistema como funcionario ya es algo surrealista, pero que ese funcionario dirija todo un departamento de un ayuntamiento, eleva las apuestas a nuevas cotas.
Ron Swanson es un tipo que tiene claro su objetivo en el ayuntamiento de Pawnee, Indiana: destruir el sistema desde dentro.
Si el personaje de Nick Offerman en Parks & Recreation puede hacer algo para que las cosas en el ayuntamiento vayan mal, vaya si lo hará. Pero si es para contribuir a su equipo, lo más habitual es que se encierre en su despacho a jugar con sus armas y su mina Claymore.
Miranda Priestly
Meryl Streep asumió el espeluznante rol de Miranda Priestly en El diablo viste de Prada para hacerle la vida imposible a Andrea Sachs (Anne Hathaway).
A pesar de su fama al frente de la revista ficticia Runaway, la crueldad despótica y caprichosa de Miranda es legendaria y la convierte en una tirana de campeonato capaz de traicionar a sus amigos para mantenerse en su puesto.
El hecho de que la película se inspire en una posible historia real, brinda a la interpretación de Meryl Streep un plus muy bizarro.
Estos son solo algunos de los jefes y jefas que han helado nuestra sangre en el cine y la televisión y que no querríamos ni en pintura en nuestra vida laboral.
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