A Keanu Reeves le encantó trabajar en Speed porque su argumento no tenía sentido alguno
Fue la película de acción puntera de Keanu Reeves antes de escapar del mundo digital, aunque lo que más cautivó al actor fue su ridícula premisa.
Mucho antes de que Keanu Reeves se convirtiese en una máquina de matar en John Wick, y poco antes de que encarnase al Elegido en Matrix, el joven actor ganó notoriedad en películas de acción como Point Break y la que nos trae hoy aquí, Speed:Máxima potencia.
La película de 1994 dirigida por Jan de Bont y con un guion de Graham Yost, tenía una premisa muy sencilla: un criminal colocó una bomba en un autobús urbano que, una vez superaba los 50 kilómetros por hora, haría explosión si el vehículo reducía por debajo de esa velocidad.
Todo formaba parte de la venganza del villano, Howard Payne (Dennis Hopper), después de que Jack Traven (Keanu Reeves) y su compañero, Harry (Jeff Daniels) echasen a perder un plan anterior.
Si Keanu Reeves hubiese encarnado a John Wick en aquel entonces, pues habría matado a 500 personas para llegar hasta el villano. Pero el joven Keanu era un idealista.
Una película que fraguó el amor de Keanu Reeves por la acción
En declaraciones en The Art of Action el podcast de Scott Adkins, quien participó recientemente en John Wick 4, Keanu Reeves ha rememorado sus días interpretando a este agente del SWAT en Speed: Máxima Potencia y lo ridícula que le parecía la premisa, algo que lo motivaba.
"¿Acababa de hacer una película sobre surfistas que roban bancos y ahora estoy haciendo una película sobre un autobús que no puede ir a más de 50 mph? Fue divertido y me gustó que Jack Traven quisiera hacer el bien y salvar a la gente. Cuando pensaba en Speed, pensé en los tipos del SWAT y me corté el pelo. La gente en la película me gritaba: '¡¿Qué has hecho?!'
Conseguí todo el vestuario yo mismo. Trabajar en Speed me devolvió a las cosas que disfrutaba, como el entrenamiento con armas, y pude trabajar con un coordinador de dobles realmente maravilloso, Gary Hymes. En ese momento, se estaba construyendo la autopista 105, así que teníamos todo para nosotros".
Han pasado casi 30 años desde que el joven Keanu Reeves salvase el día y evitase que los pasajeros de aquel autobús que tuvo que conducir improvisadamente Sandra Bullock estallase con todos dentro.
Speed: Máxima potencia recaudó 350,4 millones de dólares en taquilla, nada mal para una película de 1994. Keanu Reeves no regresó para la secuela, pero su compromiso con el cine de acción sigue muy vivo hoy en día. Los enemigos de John Wick no, esos están muy muertos.
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