Microsoft vuela a Bruselas la semana que viene para reunirse con la Comisión Europea, defender su compra de Activision Blizzard... y enfrentarse a Sony como si estuvieran en los tribunales. ¿Allanarán el camino, o se embroncarán aún más?
La semana que viene, concretamente el 21 de febrero, será una fecha clave en la odisea de Microsoft por completar la compra de Activision Blizzard, y convencer a los reguladores que no será anticompetitiva ni atenta contra las leyes de monopolios.
Según fuentes de Reuters, Microsoft presentará su caso en Bruselas ante la Unión Europea en una audiencia solicitada por la propia compañía de Xbox, para intentar convencer a los reguladores de la Comisión Europea.
En esa reunión se espera que Microsoft ofrezca algunas concesiones para convencer a los reguladores de que su compra de Activision Blizzard no será perjudicial para el mercado de los videojuegos, ni para las empresas ni para los consumidores.
El resultado podría ser positivo para Microsoft si consigue relajar a los reguladores de la CE, que por consiguiente podría hacer que los reguladores de EE UU y Reino Unido también se relajen... o podrían subir las tensiones aún más.
Microsoft avanza en el frente europeo para defender su compra de Activision Blizzard
Esta vista (que será privada) será también una oportunidad para que Microsoft y Sony se vean las caras "como si estuvieran en los tribunales", según FOSS Patents, vía VGC (algo que podría llegar a pasar).
Y es que Sony ha estado intentando convencer a los organismos reguladores de mercados para que se opongan a la adquisición, que pondría en peligro su acceso a Call of Duty, una saga que Sony considera vital para el éxito de PlayStation.
El propio Jim Ryan voló a Bruselas para intentar convencerlos. Y la UE no ha publicado su rechazo al acuerdo, sí que ha enviado una serie de objeciones.
Pese a que otros países como Brasil o Chile hayan aprobado el movimiento, al descartar que suponga un riesgo a la competencia, la Unión Europea no es el único frente abierto de Microsoft.
La FTC en Estados Unidos y la CMA de Reino Unido también se han opuesto frontalmente a la propuesta de compra de Microsoft, y otras compañías como Google y Nvidia también están inquietas por el poder que conseguiría Microsoft al añadir a Activision Blizzard King a sus estudios.