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Star Wars: La remesa mala prueba que el Proyecto Nigromante no es el único secreto imperial que perduró hasta las secuelas

Star Wars: La remesa mala - Crosshair

ATENCIÓN: Este artículo incluye spoilers de la temporada 3 de Star Wars: La remesa mala.

Aunque el Proyecto Nigromante juega un papel central en la serie de animación, otro elemento fue guardado celosamente por el Imperio hasta muchas décadas después.

En el imaginario de Star Wars, salvo que hayan colocado un rastreador en tu nave, saltar al hiperespacio siempre fue una escapatoria de lo más conveniente. Dar el salto a la velocidad de la luz hacía que naves icónicas como el Halcón Milenario se zafasen de ser destruidas o capturadas en el último momento.

Para dar con ellas, hacía falta incorporar un dispositivo rastreador que enviase la localización a los perseguidores. Eso cambió en Star Wars: Episodio VIII - Los últimos jedi, cuando la Primera Orden fue capaz de perseguir a la flota de la Resistencia calculando su trayectoria al saltar al hiperespacio, haciendo inútiles los saltos para escapar.

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El rastreo hiperespacial sorprendía tanto que, incluso Finn (John Boyega), que fue miembro de la Primera Orden, aseveraba que era imposible que sus perseguidores los alcanzasen tras saltar a la velocidad de la luz.

Pero antes de la Primera Orden, el Imperio desarrolló la tecnología para hacer ese momento posible, aunque el secretismo con el que la guardó fue tal que sus sucesores pudieron sorprender a la Resistencia y provocar la batalla de Otechi.

Una tecnología con décadas de desarrollo

Fue la Iniciativa Tarkin donde esta tecnología se desarrolló en el más estricto secreto. De hecho, en Rogue One: Una historia de Star Wars, Jyn Erso (Felicity Jones) menciona el rastreo hiperespacial mientras busca los planos de la Estrella de la Muerte en Scarif, pero no extrae ese disco, por lo que su existencia jamás llega a oídos de la Alianza Rebelde.

Mucho antes de la batalla de Scarif, en Star Wars: La remesa mala, la tecnología ya estaba en desarrollo. En el episodio 4 de la última temporada de la serie, Crosshair comparte su preocupación con Omega tras escapar de Tantiss.

La joven clon confía en que, aunque viajan en una lanzadera imperial, cuando salten al hiperespacio estarán a salvo y no podrán seguirlos, pero Crosshair no comparte su entusiasmo con la situación, aludiendo muy por encima a que conoce que este rastreo hiperespacial puede ser posible.

Aunque la serie se centra en el desarrollo del Proyecto Nigromante, está claro que el Imperio tenía muchos más secretos que no saldrían a la luz hasta décadas después de su caída.

El rastreo hiperespacial puso fin a uno de los tropos más icónicos de Star Wars, pero está por verse si Lucasfilm le da más vidilla al tema o si la batalla de Otechi en Star Wars: Episodio VIII - Los últimos jedi fue la primera vez que se usó en todas esas décadas.

Star Wars: La remesa mala termina la semana que viene, con el episodio final llegando a Disney+ el miércoles 1 de mayo para despedir las aventuras de la Fuerza Clon 99.

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