Decir que la realidad virtual para videojuegos se ha puesto de moda ya suena a viejo. Es algo que ya experimentamos hace tres años, con el lanzamiento de PlayStation VR para PS4 y la competencia de dos headset para PC: Oculus Rift y HTC Vive. De hecho, parecía que aquella ocasión iba a ser "la buena" para que se implantasen los dispositivos... y en cierto modo se ha conseguido; hace tan sólo una semana Sony anunciaba que se habían vendido 4,2 millones de dispositivos PSVR en todo el mundo (lo que representa aproximadamente el 43% del mercado de la realidad virtual doméstica). Y lejos de abandonar sus "gafas", como si fuera un gimmick (de esto sabemos mucho los que nos compramos Guitar Hero, Eyetoy o Wii Balance Board), ha anunciado una nueva línea de títulos que le saca el máximo rendimiento a la VR.
Después de probar los juegos en el Spring Showcase, tenemos la sensación de que el desarrollo para este tipo de dispositivos ha dado un paso de gigante. Por una parte, todo los estudios están implementando diferentes formas de luchar contra el "motion sickness" (el mareo que se produce cuando jugamos a un título en VR), y por otra, los juegos están ganando en profundidad. Ya no se trata de disfrutar de experiencias de una hora para ver lo inmersivo de esta tecnología, sino que salen adelante desarrollos completos con los que podemos invertir tanto tiempo como en un juego convencional.
También -y esto es algo que me gusta especialmente- llega la posibilidad de jugar títulos completos escogiendo entre TV o el headset. Por ahora no hay muchos juegos que nos permitan esta opción, pero los que están disponibles: Resident Evil 7 Biohazard, Skyrim, Superhot, Borderlands y dentro de poco No Man´s Sky, me parecen experiencias muy cuidadas, tan válidas en un formato como en el otro.
Si la VR ya parece asentada, estamos ante la llegada de una nueva hornada de hardware, que mejorará aún más los juegos. Por una parte, Nintendo ha dado un tímido paso -pero es un paso al fin y al cabo- hacia esta tecnología con el último set de Nintendo LABO para Switch. Como siempre, lo hace "a su manera" incorporando el sensor de movimiento de los joy-con y con los correspondientes accesorios de cartón, pero estoy seguro de que abrirá esta tecnología a muchos usuarios que todavía no lo han probado.
También estamos a punto de presenciar el nacimiento de un nuevo dispositivo, Index VR, bajo el sello de Valve nada menos. Se lanzará el próximo 15 de junio, contará con sus propios controles hápticos y tendrá unas especificaciones más que notables: tarjeta gráfica NVIDIA 970 o AMD RX480 como requisitos mínimos, y una NVIDIA GTX 1070 recomendada. ¿Y si no tenemos PC ni consola?
Pues también hay una respuesta para eso, las gafas VR para smartphones, como las Samsung Gear VR, están dejando paso a dispositivos como Oculus Go, que ya incluyen el hardware y tienen la enorme ventaja de ser inalámbricos. Este headset se conecta a la tienda de aplicaciones a través del móvil y cuenta con su propio mando inalámbrico. El catálogo de servicios en VR para Oculus Go incluye un montón de juegos y plataformas multimedia como Netflix, Red Bull TV o Youtube.
Con este desembarco de dispositivos, cualquiera diría que se trata de la definitiva... o no. Por ahora, es una tecnología que todavía tiene sus dificultades. Al desembolso inicial (que se ha ajustado bastante) hay que sumarle una barrera, física y mental, que supone la instalación y configuración de las gafas; no es un juego tan directo como encender el PC o la consola. Y también hay que tener en cuenta que aún existe un amplio margen de jugadores que nunca lo han probado y no saben con qué se van a encontrar. No estamos preparados para consumir realidad virtual en masa.
Con todo, sigo siendo optimista. Es el momento de los usuarios "hardcore", los pioneros que siempre se lanzan a probar los últimos adelantos. Puede que la próxima generación -cuando haya un aumento en la resolución de los dispositivos y se consiga la conexión inalámbrica- ya se popularice esta forma de jugar. No sustituirá a las "viejas" televisiones, pero siempre es bueno que lleguen nuevas alternativas.
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