La secuela de Jurassic World Evolution, título que salió en 2018, era prácticamente una garantía tras la buena acogida que recibió el juego de Frontier. El estudio británico está especializado en juegos de simulación, gestión y construcción de parques temáticos, como RollerCoaster Tycoon o su sucesor Planet Coaster.

También han hecho juegos de gestionar parques zoológicos, como Planet Zoo, por lo que los dinosaurios no les quedaban tan lejos... y contar con la licencia de Jurassic World, o Parque Jurásico, franquicia que sigue dando caña 30 años después, era una oferta imposible de rechazar.

No obstante, el final de la última película de la franquicia, Jurassic World El Reino Caído, les ponía en un aprieto. Con la destrucción de la isla Nublar, y los últimos dinosaurios vivos desperdigados por el continente, ¿cómo iban a justificar de nuevo crear un parque temático con dinosaurios? Lo explicamos en el análisis de Jurassic World Evolution 2.

Dinosaurios en el bosque: la nueva normalidad

La respuesta tiene trampa. Porque el principal gancho de Jurassic World Evolution 2 es que, al suceder tras los acontecimientos de la película, ya no tiene lugar en las islas caribeñas, sino que se traslada a varias localizaciones de Norteamérica.

Así, veremos a los dinosaurios por biomas tan diferentes como un desierto, la taiga cubierta de nieve o los bosques de secuoyas de Yosemite, en una nueva historia posterior a la película de Bayona (y "precedente", aunque no sea canon, a Jurassic World Dominion).

Esto otorga a Jurassic World Evolution 2 de un look muy diferente al del primer juego, con entornos más ricos y variados, y creando estampas realmente preciosas. 

Sin embargo, el juego también se apoya mucho en la nostalgia. Y quien dice nostalgia... también dice reciclado. Porque en Jurassic World Evolution 2 vas a pasar mucho rato de nuevo en el archipiélago de las Cinco Muertes, en los mismos paisajes que en el anterior juego.

Y es que el modo Campaña del nuevo juego, algo que anunciaban como una historia original que expandiera el universo, se ha quedado muy corto y limitado. 

Y eso que cuenta de nuevo con los personajes de Owen Grady y Claire Dearing (Bryce Dallas Howard y Jeff Goldblum vuelven a interpretar sus papeles, Chris Pratt estaba demasiado ocupado siendo Super Mario). En el doblaje español, las voces son las mismas que en las películas, incluyendo el de otros personajes como el de Simon Masrani (descansa en paz, Irrfan Khan).

La premisa es que formamos parte del Departamento de Pesca y Vida Silvestre, que debe capturar y contener a los dinosaurios que están sueltos por el continente. Para ello, visitamos una serie de localizaciones, explorando todos los nuevos biomas del juego (que luego podemos jugar en otros modos).

Los objetivos son concretos y sencillos, actuando como tutorial para enseñarte todo lo básico: construir cercados, modificar el terreno para cubrir sus necesidades (cada herbívoro necesitará un tipo de vegetación concreta, porque ya no hay alimentadores), construir los edificios de operaciones (expediciones, investigación)...

Y claro, gestionar (y saber mantener la calma) cuándo se escapan. Jurassic World Evolution 2 no es un juego de acción, pero como en el primero, podemos conducir tanto jeeps como helicópteros para hacerles fotos, medicarles o sedarles. 

Es algo que es opcional casi siempre (salvo que el edificio de respuesta esté dañado o sin electricidad), pero siempre mola arremangarse ponerse a los mandos de los helicópteros, como hizo el mismísimo Sr. Masrani, director de Jurassic World, durante la crisis de 2015.

No obstante, hay varios momentos en la campaña donde es obligatorio explorar unos entornos semiabiertos bastante grandes, rastreando a los dinosaurios y sin poder acceder a la vista del "modo Dios" (pues estamos fuera de la zona edificable). Un toque aventurero que nos hace desear un juego de acción ambientado en el universo Jurassic World...

Al final, la campaña se queda como un prólogo al resto del juego, muy entretenido y bien hilado, pero que puedes terminar en cuatro horas, y realmente nunca saca partido, ni narrativa ni jugablemente, a la interesante idea de rescatar, contener y cuidar a los dinosaurios, en lugar de encerrarlos y exhibirlos en un parque contra su voluntad.

Jugablemente, si tienes fresco el primer juego, todo te resultará familiar e intuitivo, pues ha habido pocos cambios. Luego entraremos en ellos: algunas cosas se han vuelto más complejas y otras se han simplificado, y el resultado es más equilibrado.

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A nivel "argumental", teniendo un hilo conductor que de sentido a la construcción de los parques (y los múltiples contratiempos que surgen al intentar trabajar con dinosaurios en un entorno natural), el verdadero equivalente al modo historia del primero no es la campaña de este, sino el modo Teoría del Caos. 

Se trata de cinco escenarios inspirados cada una en las cinco películas de la saga: Jurassic Park, The Lost World, Jurassic Park 3, Jurassic World y Fallen Kingdom. Se presenta como un "What If?" de la saga, en el que reinterpretar los momentos de las películas en los que todo sale mal. 

¿Y si Parque Jurásico hubiera podido abrir? ¿Y si el parque de dinosaurios de San Diego hubiera funcionado?

Es en estas campañas donde encontrarás toda la complejidad que no la da el modo campaña, y es algo decepcionante que el grueso de Jurassic World Evolution 2 tenga lugar, de nuevo, en las mismas islas de siempre. De hecho, varias de ellas pasarían por las campañas del primer juego o sus DLC (Return to Jurassic Park ya introducía los edificios y vehículos de la peli de 1993).

Las dos que más se salen de la norma son la campaña de Fallen Kingdom, que arranca con el parque Jurassic World ya construido (pero arrasado por los dinosaurios, como se ve en la película) y en el que tenemos que recorrer el parque en Jeep buscando catalogar los dinosaurios antes de contenerlos.

Pero el "highlight" sin duda es el de El Mundo Perdido, en la que construimos un "Jurassic Park urbano", en un secarral a las afueras de San Diego, con el mismo anfiteatro que se ve en la película de 1997. 

El más anodino es el de Jurassic Park 3, en el que simplemente viajamos a una zona salvaje de Isla Sorna con Masrani para capturar dinosaurios para su futuro parque... pero es que tampoco se podía sacar mucho de esa película.

El amor por la franquicia Jurassic Park se siente en todos los detalles, desde los muchísimos dinosaurios, el diseño de los edificios, los vehículos o los comentarios de Malcolm, Wu y los personajes originales de Frontier como Cabot Finch. 

Incluso hay algún guiño a Battle at Big Rock, el cortometraje dirigido por Colin Trevorrow y estrenado en 2019, pues es una de las localizaciones donde capturamos a un Alosaurio en el modo campaña.

También vuelve la gigantesca base de datos con información de los personajes de la saga, los dinosaurios e incluso los yacimientos reales en los que extraes fósiles.

Sin embargo, y aunque es de agradecer el festival de fan service, la mayor parte del tiempo parecerá que sigues jugando al mismo juego de 2018.

El caos se desata

Los modos Teoría del Caos serán donde seguramente saltes tras terminar el modo campaña, aunque ten en cuenta que, si en la campaña te llevan de la mano, aquí vas a sufrir. Tutoriales hay a patadas: juegues al modo que juegues, verás carteles que te explicarán todo lo que debes saber para manejar un parque de dinosaurios y no morir en el intento. 

Pero nada te prepara para el estrés que, una vez el parque echa a andar, puede llegar a suponer tener que estar atento a una docena de cosas al mismo tiempo: que los nuevos dinosaurios se sientan cómodos en sus recintos (con todas las necesidades de comida) y que confraternicen (el tamaño de los mapas es tan pequeño que no les quedará otra que compartir piso si quieres tener muchas especies).

Los dinosaurios también enferman, y esto es algo en lo que se ha profundizado desde el primer juego: además de tener que investigar enfermedades, tendrás que chequear el estado de salud de los dinosaurios enviando primero una unidad móvil. 

También tendrás que sedarlos y llevarlos al veterinario para curarles de fracturas o hemorragias por peleas con otros dinosaurios (ahora son más territoriales), algo que pasa a menudo.

Otra novedad es que ahora también tenemos que contratar a los científicos, que son quienes se encargan de realizar todas las tareas (investigar mejoras de edificios, enfermedades, genéticas, descubrir nuevos yacimientos, incubar dinos...). 

Cada uno tiene diferentes puntos de especialidad que los hará más eficientes para según qué tareas, y puedes entrenarles para que sean mejores. Si quieres más científicos, tendrás que investigar mejoras en el centro de personal, pero si les cargas con mucho trabajo, quizás te hagan alguna jugarreta...

No descuides tampoco a los visitantes, que tengan todas las necesidades cubiertas (aseos, acceso a refugios, visibilidad de dinosaurios, alojamiento, compras y comida). Incluso hay varios tipos de visitantes que responderán mejor o peor a nuestra oferta: céntrate en dinosaurios fieros para los visitantes aventureros o convierte tus atracciones de visitantes en spa para los más exquisitos.

No obstante, antes de que llegues a estudiar todo eso probablemente estés ocupado porque unos dinosaurios se han enfadado y han roto la verja, o una tormenta ha arrasado el parque y ahora tienes que sedarlos antes de que se coman a demasiada gente (provocando muchas pérdidas, de las indemnizaciones, imagino) y repararlo todo para que no se salgan otros.

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Afortunadamente, cuentas con una función imprescindible que no estaba en el original: parar el tiempo (si necesitas planificar mejor tu construcción, aunque al entrar en cualquier menú se detiene automáticamente, a diferencia del primero) y, quizás más importante, acelerarlo. 

Así se reducen al mínimo los tiempos de espera mientras tu equipo va de expedición a Salt Lake a por fósiles de Deinonychus o investigan una mejora para el puesto de guardas. 

Seguirás teniendo que esperar si quieres ahorrar para el Tiranosaurio o los más caros de incubar, o si simplemente quieres aprovechar un periodo de paz para llenarte las arcas antes de que el caos vuelva a estallar, pero al menos no habrá tantos ratos muertos, uno de los aspectos más tediosos del juego original. Sin duda, uno de los mejores aspectos de la secuela.

Aun así, habrá momentos en las que todo ocurra a la vez, y la sangría de dinero sea tan rápida que no te dará tiempo a sedar y vender dinos y demoler edificios para intentar frenar los números rojos. Estarás completamente en bancarrota. Vuelta a empezar.

La satisfacción de hacer que tu parque prospere es mayor cuanto mayor son las adversidades a las que te enfrentas, y en los modos Teoría del Caos vas a aprender a la fuerza. 

El modo Desafío no es tan atractivo argumentalmente, pero quizás sea el más apropiado para empezar a acostumbrarte a todas las mecánicas del juego, sin que te castigue tan duramente, y con la posibilidad de elegir la dificultad.

Por supuesto, también hay un modo Creativo, sin límite de dinero y en la que puedes elegir que tus dinosaurios nunca enfermen o mueran. Se pierde todo el aspecto de estrategia, claro, y el propio juego te incentiva a jugar a los otros modos y darte un poco de caña, porque apenas hay nada desbloqueado al principio para el modo sandbox.

De hecho, solo hay un mapa disponible de los nueve que hay: el resto los desbloqueas al completar los desafíos o las campañas de Teoría del Caos. Tampoco podrás probar los aviarios o los estanques hasta que los investigues en el modo desafío, y lo mismo ocurre con las especies, que debes descubrirlos antes enviando expediciones. 

Estos bichos aéreos y acuáticos, como el Pteranodon, el Mosasaurio, los Tapejara, los Dimorphodon o los elegantes Plesiosaurios, haciendo su debut en el canon Jurásico, aportan una toque de distinción y color muy bienvenido a la intachable selección de fauna prehistórica.

En total, 75 especies en el juego base, sin DLCs (hay cinco más en la edición deluxe). Y como en el original, las texturas, animaciones e interacciones son muy realistas: es una belleza verles y sacarles fotos con el modo Captura.

Limitar tanto el modo sandbox al principio puede echar para atrás a algunos jugadores, aunque a la larga la satisfacción de ir desbloqueándolo todo poco a poco es mucho mayor. Eso sí, puede que pases momentos frustrantes cuando no tienes dinero y no es tan claro cómo satisfacer a los visitantes para subir las estrellas a tu parque.

O incluso momentos directamente estresantes, cuando ni siquiera tendrás tiempo para dedicarte a crear nuevos dinos en tu parque porque tienes que estar pendiente de cinco fuegos al mismo tiempo (a veces literalmente).

Un verdadero Mundo Jurásico

Lo que es incontestable es que Jurassic World Evolution 2 es un juego completísimo, con oferta para todos los estilos de juego, y un paquete mucho más redondo que el primer juego, aunque no haya evolucionado tanto como prometía. 

La premisa de la campaña, rescatar y cuidar a los dinosaurios salvajes por el continente, se ha quedado cortísima, con un final muy abrupto y que no ofrece ningún incentivo para volver. 

Por lo tanto, la chicha está en los modos Teoría del Caos, que, salvo el de San Diego, reciclan los mismos escenarios e ideas que la campaña del primer Jurassic World Evolution. 

Es loable eso de que la secuela verse de cuidar y proteger a los dinosaurios en lugar de exhibirlos... pero, pasada la campaña de tres o cuatro horas, pasarás la mayor parte del tiempo construyendo parques zoológicos otra vez.

Jugablemente, eso sí, todos los cambios son a mejor. La interfaz y los atajos de botones apenas han cambiado (lo hemos jugado en PS4), pero hay pequeñas reformas por todas partes. Los menús de investigación nos parecen mucho más claros y cómodos, los contratos son menos intrusivos, la gestación de dinosaurios permite incubar varios ejemplares a la vez...

Lo único que no nos ha gustado es tener que depender de las inspecciones periódicas de los puestos de guardas para saber del estado de comodidad de los dinosaurios, aunque a cambio ya no tendrás que preocuparte de los alimentadores, porque los guardas los reponen solos a los carnívoros (y los herbívoros ya no tienen).

También es un cambio estratégico muy interesante, y habitual en los juegos de simulación, el tener que contratar a científicos para realizar tareas como investigación, incubación o extracción de ADN. Como veis, son varias las novedades que añaden profundidad (otro ejemplo son los nuevos centros veterinarios).

Sin embargo, aunque el juego sea más complejo, el poder pausar o acelerar el tiempo hace que la experiencia de juego sea mucho más ágil, y no sentiremos la impaciencia que era frecuente en el primer juego: todo se adapta mejor a nuestro ritmo y el resultado es que, aunque sea básicamente el mismo juego, te costará volver al original tras jugar a Evolution 2.

Eso sí, a veces parece que estemos jugando a una edición definitiva del primer Jurassic World Evolution, con los añadidos de nuevos biomas y sumándole todos los dinosaurios y campañas DLC (Return to Jurassic Park -que introdujo los aviarios, aunque más limitados, o la de El Reino Caído), más que una secuela que proponga algo verdaderamente nuevo.

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Una de las quejas más habituales del primero es que la oferta de contenido se quedaba muy escasa sin DLCs. Eso no ocurre aquí, con múltiples campañas (contando los Teoría del Caos) y un número de especies superior al del primero con todos los DLC. 

Y aunque no hay nada anunciado, es bastante evidente que habrá al menos un sexto episodio de Teoría del Caos, basado en la película Jurassic World Dominion, que se estrena en junio de 2022 (hasta han dejado el hueco vacío en el menú). Quizá por entonces se aproveche la premisa de tener a los dinosaurios sueltos por la civilización...