Crítica de Castlevania: Nocturno: los vampiros revolucionan Netflix

Resulta irónico que Castlevania haya encontrado una segunda vida en Netflix. Konami no parece estar muy por la labor de revivir el eterno conflicto entre Drácula y la familia Belmont (aunque si lo han hecho con Silent Hill, todo es posible), así que los aficionados a esta saga de cazavampiros tenemos que contentarnos con hincarle el diente a la serie de animación.

La primera serie de Castlevania, creada por Warren Ellis y producida por Adi Shankar, fue toda una sorpresa que con sus cuatro temporadas logró adaptar con gran acierto la trama y los personajes de los juegos (concretamente, de Castlevania III: Dracula's Curse). 

Está claro que Netflix está apostando fuerte por las adaptaciones de videojuegos, como bien demuestran los tráileres de las series de animación de Devil May Cry y Tomb Raider: La Leyenda de Lara Croft que se publicaron ayer.

Pero el plato fuerte es Castlevania: Nocturno, la nueva serie de animación que llega hoy a la plataforma y que continúa la historia 300 años después de los acontecimientos de la primera. Nosotros ya hemos tenido la oportunidad de ver sus ocho episodios y en esta crítica de Castlevania: Nocturno os contamos si merece la pena.

Una Ronda de Sangre, por favor

Castlevania: Nocturne se ubica en un marco bastante atípico para la saga de videojuegos: la Revolución Francesa, en 1792. De esta manera, la serie sigue los pasos del joven cazavampiros Richter Belmont, descendiente de Trevor Belmont y Sypha Belnades (protagonistas de la primera serie), y Maria Renard, una Oradora capaz de invocar la ayuda de animales mágicos.

Los más avispados ya os habréis dado cuenta de que comparte muchos elementos con Castlevania: Rondo of Blood, el juego que se lanzó originalmente para PC Engine en 1993 y que está considerado como una de las mejores entregas de toda la saga.

Pero como pasaba con la serie predecesora, Castlevania: Nocturne va mucho más allá de la historia en la que se inspira (que, siendo honestos, tampoco era para tirar cohetes), expandiéndola en nuevas direcciones y añadiendo grandes cambios y novedades, a veces relacionados con otros juegos de Castlevania.

Este es uno de los puntos fuertes de la serie, pues han logrado construir una historia muy rica que no se limita al simple "los vampiros son malos; hay que matar vampiros" y trata también temas como política, religión o filosofía. 

Una de las claves aquí es que Castlevania: Nocturne no deja que todo el peso de la historia recaiga sobre Richter; al contrario, todos los secundarios tienen tramas realmente trabajadas y momentos para brillar. 

Nos gusta mucho lo que han hecho con algunos personajes cuya presencia en Rondo of Blood era anecdótica, como es el caso de Annette, que en lugar de ser la novia de Richter y una damisela en apuros, aquí es un personaje completamente nuevo con un pasado y unos orígenes que enriquecen el universo Castlevania explorando la magia y el misticismo de otras culturas.

A su vez, otros personajes han sido adaptados de una forma magnífica, como es el caso de María. Sigue siendo una niña y su diseño es muy parecido al de los juegos, pero aquí su inocencia deja paso  a un carácter fuerte y unos ideales inamovibles. El constante tira y afloja propio de unos hermanos que tiene con Richter nos ha sacado más de una sonrisa.

Con todo esto, han logrado una reseñable mezcla de razas y culturas unidas por un leit motiv: la revolución contra la esclavitud en todas sus vertientes: desde la esclavitud real con fundamentos históricos, hasta la esclavitud del ser humano ante el reino de terror que buscan alcanzar los vampiros.

Esta interesante mezcla de temas sesudos con la acción vampírica propia de Castlevania no está exenta de ciertos problemas de ritmo, algo que ya sucedía en la serie anterior. Aquí no es tan grave (desde luego no tanto como en la temporada 3), pero sigue habiendo algún episodio en los que patinan en ese aspecto.

Pero al rey lo que es del rey: las escenas de acción, cuando llegan, son inmaculadas. En la primera Castlevania se pudo apreciar claramente cómo la animación fue mejorando temporada tras temporada, y aquí han vuelto a pegar un gran salto de calidad, convirtiendo todas las escenas de combate en un deleite. Vais a querer volver a verlas una y otra vez.

En raras ocasiones, además, se atreven con estilos de animación muy diferentes, algo que creemos que le sienta de fábula dada su interesante mezcla de culturas. Ojalá lo veamos más a menudo en próximas temporadas. El estilo artístico también ha pegado un buen subidón, acercándose por momentos a los artes creados por Ayami Kojima (especialmente en el caso de Richter y María).

Mención especial para el "momento Castlevania" que viene siendo habitual en todas las temporadas desde la serie anterior, y que suele incluir un homenaje musical a los videojuegos. Castlevania: Nocturno tiene un auténtico momentazo que pone los pelos de punta y rivaliza con el combate de Trevor, Sypha y Alucard de la temporada 2. Lo único que lamentamos es que sólo haya uno; ojalá más momentos así.

El mayor problema para nuestro gusto de Castlevania: Nocturno es su cierre: entendemos perfectamente que se guarden cosas para una hipotética segunda temporada, pero en este caso sentimos que la serie va en todo momento hacia una conclusión que nunca llega. Es como si le faltase un capítulo.

Lo que no se puede negar es que de esa forma consigue crear una expectación gigantesca por lo que (esperamos) está por venir. O dicho de otra forma: Castlevania: Nocturno nos ha puesto los dientes largos.