Prime Video acostumbra a tener buen ojo con las series que promociona con mayor fervor: The Boys, Reacher, pero puede que con Expatriadas (Expats) hayan estado poco finos.

La nueva serie de la plataforma acaba de estrenar sus dos primeros episodios bajo la dirección de su creadora, Lulu Wang (The Farewell). Dichos capítulos serán el objeto de mi crítica, por lo que pondré el enfoque en que se trata del planteamiento de la historia y, por tanto, necesita enganchar.

Expatriadas constará de seis episodios de algo más de 50 minutillos que irán llegando a Prime Video cada viernes hasta completar la temporada el próximo 23 de febrero.

Como no quiero alargar esto demasiado, vamos ya con la crítica de Expatriadas, una de las series de Prime Video que reseñamos esta semana aquí, en HobbyCine.

De cabeza hasta el Hong Kong de 2014

La premisa de la serie es la de contar con historias cruzadas por un drama familiar acaecido en 2014 en Hong Kong, donde las vidas de tres mujeres quedará interconectada.

Vamos a empezar con algo positivo: la ambientación. Expatriadas logra que nos zambullamos en la bulliciosa Hong Kong gracias al atractivo de la propia ciudad y a la trabajada fotografía de Anna Franquesa Solano, que es capaz de capturar detalles en casi cualquier plano. El departamento de sonido también da el Do de pecho en este aspecto.

La ciudad disfruta de un atractivo natural, algo que hemos visto cuantiosas veces en el cine o, incluso, en los videojuegos: ese Shenmue 2 que nos dejó buenos momentos por sus calles, por ejemplo.

Dicho esto, entramos en el terreno donde Lulu Wang, en su búsqueda por "explorar la fina línea que discierne el victimismo de la culpabilidad", como reza la sinopsis de la serie, logra que Expatriadas empiece a zozobrar.

Tres historias con desarrollo irregular

Nicole Kidman (Ser los Ricardo), Sarayu Blue y Ji-young Yoo son el trío protagonista de Expatriadas en sus papeles como Margaret, Hilary y Mercy. Estos dos primeros episodios nos muestran cómo sus vidas están relacionadas.

Lo malo es que lo hacen a golpe de desarrollo de personajes, lo cual, generalmente, aplaudiría, cuando se lleva debidamente, pero no es el caso. Los personajes llevan un desarrollo lento, largo, tedioso y que a veces se autosabotea con la propia trama en su intento por generar suspense.

Mientras que Anna Franquesa Solano es clave para que disfrutes de Hong Kong, en este ámbito, su estilo con planos largos contribuye a que acomodes la cabeza en la almohada mejor que una etapa larga del Tour de Francia en julio.

Lulu Wang trata de ser ingeniosa con el uso del flashback, ya que contará la historia —al menos en estos dos primeros episodios— en sentido inverso, sin embargo, el (mal) suspense del primer episodio contrasta con lo evidente del segundo desde su mismo comienzo, haciendo que todos los traumas secundarios, que constituyen la mayoría de los dos capítulos, sean intrascendentes.

Decir que vas a odiar a los hijos de Margaret desde el primer momento, es quedarse corto. No tiene nada que ver con la crítica, pero es difícil hacer que coja asco a personajes tan rápidamente. Pero no asco en plan Joffrey Baratheon, que lo odias de lo bien que lo hace, sino asco tipo "saltaría todas vuestras escenas por no escucharos".

Buen planteamiento, mal gancho

Como he dicho antes, mi foco en estos dos episodios de Expatriadas no es reflejar el global de la serie, ya que solo he podido ver, al igual que tú si ya lo has hecho, un tercio de la misma en Prime Video. Puede que, con la historia completa, muchas de las inconsistencias de los primeros episodios remonten.

Lo que sí voy es a analizar su capacidad de planteamiento, que es buena, ya que termina el primer acto haciendo que sepas qué ha pasado, por qué ha pasado y qué papel juega cada personaje en esta historia.

El problema es el otro factor a analizar, el gancho de la historia: el conflicto como tal, por mucho que tratan de ocultártelo de entrada, está tan trillado que rivaliza con una peli de sobremesa de Antena 3. Si le sumas el lento desarrollo para dar profundidad excesiva a los personajes, tienes el cóctel perfecto para que no tengas que comprar pastillas para dormir nunca más.

Se puede tolerar esto si el primer episodio fuese el único que lo padeciese, pero el segundo lo enmendase, de ahí que Amazon quisiera estrenar los dos a la vez, pero no es así: he terminado el segundo episodio pensando que me importa muy poco lo que suceda después, y es un problema para una que debe apoyarse en la narrativa, al no tener apenas acción.

El Hong Kong de 2014 no es tan exótico como para servir de bálsamo y hacer que mi valoración general de la serie mejore: Lulu Wang trata de hacer muchas cosas, y la intención es buena, pero no así la ejecución, y en audiovisual es lo que importa.

Insisto, ten presente que mi crítica se ciñe solo a los dos primeros episodios de Expatriadas: quizá la serie se convierta en la panacea del streaming en las próximas semanas, pero de momento no llegan a descubrir el fuego siquiera.