Es sorprendente que esté interesando más a señores cuarentones (entre los que me incluyo) que a niños, pero no hay duda de que la franquicia Masters del Universo está viviendo una nueva juventud gracias al trabajo no solo de Mattel con sus figuras, sino con fans de vieja guardia como Kevin Smith llevando adelante el proyecto animado de Masters del Universo: Revolución para Netflix.

La nueva serie (miniserie, más bien) es en realidad una secuela de esa Masters del Universo: Revelación que llegó hace algo más de dos años para fascinación de algunos y enfado de otros (debido a que daba al principio más protagonismo a Teela que al propio He-Man) y, de hecho, continúa los acontecimientos donde aquella terminaba.

Todo comienza con Skeletor, ahora convertido en Skeletek y a las órdenes no solo de Motherboard, sino del maquiavélico Hordak, que por fin sale al ruedo para ejercer todas sus malas artes. Por su parte, He-Man no solo tendrá que aprender a tomar partido en la lucha entre magia y tecnología, sino que también deberá decidir entre un futuro como rey o como guerrero. Todo no se puede.

Hay muchísima tela que cortar y en esta nueva temporada hay montones de nuevas incorporaciones (algunas de ellas, muy, muy sorprendentes para los fans), por lo que resulta especialmente chocante que esta temporada tenga tan solo 5 episodios (de menos de media hora cada uno), frente a los 10 de la anterior.

Esto, por un lado, es bueno, porque la serie se ve en un suspiro y el ritmo es frenético, lo que hace que no queramos despegar los ojos de la pantalla. Pero, por otro lado, se nota que hay tramas, como la de la propia Horda del Terror, a las que se les podía haber sacado mucho más partido. Es una pena que personajes como Mantenna o Leech apenas aparezcan unos segundos. ¡Y no sale Mosquitor!

A pesar de ello, se nota que Powerhouse Animation (responsables también de Castlevania o de las escenas animadas de Sonic Origins) ha tomado nota de algunas de las críticas de episodios previos y, por ejemplo, Adam aparece bastante menos en favor del propio He-Man. Teela es muy importante, pero su relación con He-Man y su rol en el conflicto son ahora mucho más interesantes.

En ese sentido, hay que mencionar la ingente cantidad de transformaciones, cambios y "subidas de nivel" que presenciamos en apenas cinco capítulos, lo que nos hace frotarnos las manos (y seguramente a Mattel más) al pensar en las correspondientes figuras de acción que se vayan lanzando al mercado.

Algunas de estas transformaciones son más convincentes que otras (hay alguna que es puro exceso sin un diseño equilibrado), pero de lo que no cabe duda es de que la serie nos presenta un espectáculo continuo de explosiones, magia, musculazos, tecnología imposible y armas como camiones. A fin de cuentas, de eso va Masters of the Universe, ¿no?

Hay suficientes momentos dramáticos y, sí, muchas batallas, pero también hueco para el humor. En esa línea, y aunque el doblaje en castellano es bastante bueno, nos vemos obligados a recomendaros la versión original, porque está plagada de voces de renombre.

Tenemos a Melissa Benoist (Supergirl) como Teela, Keith David (Goliath en Gárgolas) como Hordak o, cómo no, al siempre genial Mark Hamill (Luke en Star Wars) como un Skeletor tan divertido y ocurrente como estamos acostumbrados.

En cuanto a la historia, no ganará ningún premio por su originalidad, pero sabe dar a los fans lo que esperan: toneladas de lore (incluso sobre el origen de Skeletor, que se ha ido modificando de unas narraciones a otras), montones de referencias a las figuras de acción (genial, la inclusión de la Armadura de Combate de He-Man), a los dioramas o hasta la película de imagen real...

Además, la trama sabe dar mucha humanidad tanto a He-Man y Teela como al propio rey Randor, que se convierte en una persona aún más sabia de lo que teníamos concebido.

El tramo final de la serie toma alguna decisión arriesgada y valiente que, nos tememos, igual enfada a algún fan purista que otro, pero los planos finales nos dejan inevitablemente con ganas de más.

En definitiva, Masters del Universo Revolución es una serie muy consciente del público al que va dirigida y, en ese sentido, nuestros niños interiores de los años 80 están dando palmas con las orejas. 

Tanto es así, que frustra que sea tan corta (se nota que aquí hay o bien falta de presupuesto o prisa por culminar la trilogía de series antes de que se pierda la licencia en 2026), porque a veces, lo único que necesitamos es disfrutar de un buen porrón de puñetazos y magia delante del Castillo de Grayskull. Ya solo falta ver esa fusión con las Tortugas Ninja de las figuras y lo tenemos todo.