Crítica de Run Sweetheart Run, thriller de terror con Ella Balinska corriendo por su vida, ya disponible en Prime Video

Blumhouse Production es una de las productoras de referencia para los aficionados del género de terror. La productora de Jason Blum está detrás de las sagas Paranormal Activity, Insidious, Halloween o La Purga, pero también "one hit wonders" como La Caza, El Hombre Invisible o Freaky.

Run Sweetheart Run (disponible en Amazon Prime Video desde el 28 de octubre) encaja perfectamente entre estas últimas: es un thriller intenso y conciso, con toques de terror y acción y suficientes dosis de carnaza mezclada con crítica social.

Es un cóctel que suele funcionar, y más si lleva el sello Blumhouse. Lamentablemente, Run Sweetheart Run (que se estrenó en Sundance en enero de 2020, y debido a la pandemia ha permanecido en la nevera hasta ahora) se queda por debajo de la media, y salvo momentos puntuales, solamente una gran Ella Balinska sostiene la película, que no provoca demasiada tensión.

Depredadores metafóricos, acosadores reales

'Corre, cielo, corre' ha sido dirigida por Shana Feste, directora americana de dramas como The Greatest, Country Strong o Boundaries. Esta es su primera película de género fantástico/terror, que se pone al servicio del comentario social: el machismo en el mundo laboral.

Los últimos años han salido a la luz numerosos casos de acoso sexualen la industria del entretenimiento. 

En todos esos casos, más allá de las atrocidades que cometieron, llamó la atención que los perpetradores fueran protegidos y las víctimas, silenciadas y desacreditadas, por personas con poder en la sombra, tan culpables como los asaltantes, pero que muchas veces se salen de rositas.

Desde el principio es muy evidente por dónde van a ir los tiros de Run Sweetheart Run, y aunque el subtexto del monstruo como depredador sexual es un recurso bastante trillado en el género del terror/slasher, lo que realmente resulta preocupante y aterrador de la película no es el monstruo en sí, sino el sistema que le permite serlo y le protege, y que también queda reflejado en la película de Feste.

Ese subtexto está mejor bien hilado entre los personajes secundarios de la narrativa (como el "agente Coulson" de Marvel, Clark Gregg, que interpreta al jefe de Cherie, el personaje de Balinska), que en la narrativa central, que no deja de ser una analogía muy obvia del monstruo como acosador, algo que el género del terror lleva años cultivando.

La trama también refleja el empoderamiento femenino colectivo post #MeToo, y busca con ello resultar cañera y molona a la par que provocativa. Esas buenas intenciones exoneran un poco a una película que, como pieza de género de terror, resulta muy poco efectiva.

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A niveles de realización, solamente la interpretación de Ella Balinska (estrella en auge tras Los Ángeles de Charlie, la serie Resident Evil y el juego Forspoken) provoca algo de impacto. 

La actriz se pasa la película corriendo y luchando ensangrentada, dándose cuenta de que no puede confiar en nadie y debe enfrentarse a sus terrores en lugar de huir. Ella es lo mejor de la película, por la intensidad que pone a un papel muy exigente físicamente.

El problema es que la trama se vuelve predecible rápidamente, y repite las mismas situaciones una y otra vez. Como decíamos, la crítica social es lo que da chicha a la película, pero también resulta demasiado obvia, y más allá de eso no consigue resultar tensa ni particularmente emocionante, como sí ocurrió con El Hombre Invisible, por ejemplo.

Pilou Asbaek, el actor danés conocido por ser Euron Greyjoy en Juego de Tronos, no convence como el antagonista, el monstruo depravado que persigue sin descanso a Balinska. Y no todo es por su culpa: el guion le exige algunas situaciones y líneas de diálogo que es imposible que no parezcan sobreactuadas y casi ridículas. 

Da la impresión de que, por subrayar su mensaje lo más claro posible, quisieron crear a una caricatura de villano más que a un verdadero antagonista. El resultado es un personaje unidimensional que nunca consigue ser amenazador, ni siquiera cuando arranca cabezas de cuajo.

Run Sweetheart Run es una buena idea que no termina de despegar

Run Sweetheart Run se debió estrenar en 2020, pero la pandemia la condenó a vagar dos años y medio hasta que finalmente Amazon Prime Video la ha añadido directamente a su plataforma, sin mucha promoción y sin pasar por las salas de cine.

Y podemos entender por qué. Pese a que su mensaje social feminista es más relevante que nunca, todo el valor de Run Sweetheart Run depende de ese subtexto, que resulta algo simplista y ya está muy trillado dentro del género de terror.

Fuera de eso, como película de terror, hace aguas por casi todos los lados, salvo en la interpretación de Ella Balinska. Genera bastante la intriga al principio, pero la trama se vuelve muy repetitiva y a su clímax final, lejos de resultar la catarsis, llegamos agotados, pese a durar solo hora y media. Los fans del terror pueden darle una oportunidad, pero es de las menores de Blumhouse.