Crítica de Sly: el íntimo documental de Netflix sobre Sylvester Stallone y su historia de superación

Donde va uno, va el otro, y viceversa. Durante años, la rivalidad de Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger fue legendaria. Ahora, con el hacha de guerra enterrada, ambos siguen midiéndose a su manera, ya sea con series como Tulsa King o FUBAR o documentales sobre sus vidas como Arnold o el que hoy nos ocupa: Sly, que acaba de llegar a Netflix.

Thom Zimny dirige este documental original de Netflix sobre uno de los referentes indiscutibles del cine de acción, con películas como Rocky, Acorralado o Demolition Man, amén de su resurgir con Los mercenarios, claro.

Y es que la carrera de Sylvester Stallone es el reflejo de una vida que ha encontrado obstáculos con frecuencia; una lucha de perseverancia por cumplir un sueño desde lo más hondo del pozo.

Hoy, en HobbyCine, te traemos nuestra crítica de Sly, un interesante documental sobre la vida de una de las estrellas más inspiradoras de Hollywood.

Una base que marcó toda una vida

A diferencia de Arnold, que llegó en formato miniserie con tres episodios, Sly opta por el largometraje documental para su llegada a Netflix.

No es una producción excesivamente larga, 95 minutillos, pero es más que suficiente para explorar desde los duros comienzos del actor hasta el momento en que se dio cuenta de que necesitaba levantar el pie del acelerador de la acción para poder estar con su familia.

Gran parte de los pensamientos de Sylvester Stallone a lo largo de todo el documental se centran en la figura de su padre, Frank Stallone, quien lo marcó de forma indeleble en muchos sentidos, tanto como para inspirarlo a la hora de crear o interpretar a ciertos personajes.

Sly toma una rutina muy similar a Arnold a través de imágenes de archivo y secuencias de las icónicas películas del actor, al tiempo que el propio Stallone ejerce como narrador a través de entrevistas realizadas expresamente para el documental, y otras provenientes de archivo.

Varios puntos de vista

Como era de esperar, Sly aprovecha para reunir algunos rostros muy conocidos para hablar del actor y de su carrera. Antes de pasar a ellos, quiero destacar a Frank Stallone Jr., el hermano de Sylvester Stallone. Él es quien aporta el punto de vista más íntimo, personal y, naturalmente, familiar, de todo el documental.

Frank es el único que conoce a Sly desde la infancia, y quien vivió el mismo tormento doméstico que él. La otra persona que conoce a Sylvester Stallone de más tiempo, es el director John Herzfeld, antiguo compañero de piso del actor.

Pero el documental original de Netflix también incluye a directores como Quentin Tarantino, cuyo conocimiento del Séptimo Arte lo convierte en una eminencia y aporta singulares puntos de vista de la carrera de Sly.

Tampoco falta Arnold Schwarzenegger, que devuelve sus favores después de que Sylvester Stallone participase en su propio documental —recuerda, también lo tienes en Netflix—.

Si eres fan de Rocky hasta la médula, la presencia de Talia Shire, Adrian en la saga, te va a tocar el corazoncito. La actriz aportará diferentes puntos de vista a sus participaciones en las películas.

Quizá algo comedido con ciertos temas

No esperábamos que un documental de la carrera de Sylvester Stallone fuese a profundizar una exageración en algunos de los aspectos más turbios que el actor tuvo que hacer por extrema necesidad, pero tampoco la flagrante forma en que se ignoran casi por completo.

Más allá de unas alusiones escuetas a sus momentos de mayor necesidad, donde rememora cómo tuvo que pedir limosna y dormir en portales, el documental se habría beneficiado de algún minutillo más centrado en esta etapa de su vida. Sorprende, especialmente, porque él nunca ha rehuido hablar de ello en entrevistas. Su breve paso por el cine pornográfico ni se menta.

Sí que se centra más en esa familia disfuncional que tuvo de pequeño y que, como he indicado antes, sirve en varios puntos como vínculo en todo el documental.

Tampoco da especial pábulo a la rivalidad con Arnold Schwarzenegger, aunque el documental del actor austríaco hace lo mismo: la menciona de pasada y desfilando.

Sly es un documental algo más personal que el de Arnold Schwarzenegger: Stallone aprovecha su cualidad para apelar a los sentimientos para intentar dejar algunas citas memorables a lo largo de esta hora y media de recuerdos.

Hay muchas anécdotas interesantes que, sin duda, desgranaremos en artículos independientes en los próximos días, pero no habría pasado nada si hubiera abrazado un poco el lado oscuro, más allá de la locura de la fama. Pese a todo, si tienes hora y media libre, Sly es un documental muy interesante que puedes ver en Netflix.