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Crítica de The Witcher: El origen de la sangre, la precuela que aborda la Conjunción de las Esferas

The Witcher: El origen de la sangre

Crítica de The Witcher: El origen de la sangre, la serie precuela que indaga en la Conjunción de las Esferas, de estreno en Netflix el 25 de diciembre.

El productor, escritor y músico irlandés Declan de Barra es el showrunner de The Witcher: El origen de la sangre, la serie precuela de The Witcher que ha venido últimamente acaparando muchos titulares a raíz de la salida de Henry Cavill, que dejará de interpretar el papel de Geralt de Rivia tras la tercera temporada, de estreno en Netflix en 2023.

Sus seguidores estaban de enhorabuena pensando que una de las razones por las que dejaba el rol era para volver a encarnar a Superman en un proyecto en solitario, pero jarrón de agua fría... Y buena noticia reciente para compensar: el público jugón disfrutará de su trabajo en el live-action que se prepara de Warhammer 40.000.

Pero, ¡volvamos a El origen de la sangre! Una de las primeras dudas que tendrá cualquier fan de la serie original y, en último extremo de las novelas de Andrzej Sapkowski, en las que se inspira es hasta qué punto es relevante de cara a lo que está por llegar. Lo primero de todo, a modo de guía, es que le echéis un ojo a la cronología oficial de la saga que está desarrollando Netflix.

Esta miniserie de 4 episodios de unos 50 minutos de media viene a ser el aperitivo ideado para ensanchar las fronteras de la mitología del universo ficcional propuesto por la producción televisiva, puesto que nos transportará 1.200 años antes de los acontecimientos ya presentados mostrando el origen del primer brujo y los eventos que llevaron a la Conjunción de las Esferas... y sus consecuencias.

Declan de Barra, frustrado ante la falta de información sobre este hecho tan relevante para la mitología de The Witcher en los libros, recibió la proposición de la showrunner Lauren Schmidt Hissrich para idear esta precuela tratando de dar respuesta a quiénes fueron sus protagonistas y cuál era la naturaleza de sus relaciones. 

Por supuesto ello conlleva que haya enlaces con personajes tan queridos como Jaskier que sirve de narrador, y otros aún más cercanos a Geralt, que se revelan en el último momento y de los que preferimos no hablaros para no reventaros ninguna sorpresa.

 

En lo que respecta al diseño de producción, The Witcher: El origen de la sangre es un producto muy ambicioso con un elevado presupuesto. Todo lo relativo a escenografía y vestuario es una verdadera delicia. Sin embargo, de nuevo, son los efectos especiales los que más chirrían, sobre todo cada vez que incursiona en pantalla un monstruo.

A nivel de desarrollo de personajes, a serie contrae numerosas deudas: la magia del caos se parece demasiado a la forma en la que los lord sith utilizan el lado oscuro de la Fuerza en Star Wars (hasta hay una rebelión contra el imperio), hay portales dimensionales que nos resultan familiares y suma y sigue.

The Witcher: El origen de la sangre
Netflix

Incluso hay un personaje que blande como arma un martillo al que llama por el nombre de su amada fallecida (¡exactamente como hacía Negan con Lucille en The Walking Dead!).

No sabemos si estos préstamos son conscientes o inconscientes, pero terminan por pesarle al resultado final porque se percibe una falta de originalidad que colisiona con la intención de la serie de hacer algo distinto. Por cierto, poco sentido del humor adereza la historia que se desenvuelve más en clave de drama.

Por otra parte, solo algunos miembros del casting tienen fuerza: Michelle Yeoh, por supuesto, llena la pantalla con su mera presencia y protagoniza algunas de las secuencias de acción más imaginativas y mejor desarrolladas, pero el resto de los papeles principales recaen en intérpretes cuya fisonomía se ajusta a sus roles (tienen presencia) pero a los que les falta carisma.

The Witcher: El origen de la sangre

Destaca entre ellos Francesca Mills (Zoolander 2) que despierta una simpatía instantánea gracias a su desparpajo, su afilada lengua y sus habilidades para dejar a los contrincantes fuera de juego.

En resumidas cuentas, El origen de la sangre se busca las mañas para enlazar con The Witcher pero no termina de cuajar como producto con una entidad propia subyugadora a pesar de que le hayan llovido los billetes... Como obra aledaña resultó mucho más interesante La pesadilla del lobo.

Se deja ver, sin ser imprescindible o especialmente brillante. En ella, eso sí, la música tiene un papel que va más allá del placer artístico.

VALORACIÓN:

A The Witcher: El origen de la sangre le cuesta encontrar el tono. Por fortuna, tiene recompensa, ya que va cogiendo cuerpo a medida que nuevos personajes van emergiendo y uniéndose al grupo pero en cualquier caso es un aperitivo algo tibio antes del estreno de la tercera temporada de The Witcher, última en la que veremos a Cavill.

LO MEJOR:

Michelle Yeoh y Francesca Mills interpretan los dos papeles más molones y dan vida a dos guerreras a las que da gusto ver en acción.

LO PEOR:

A la mayoría de los personajes les falta carisma, los efectos lucen de baratillo en lo que respecta a criaturas y los episodios se hacen largos.
Hobby

65

Aceptable

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Etiquetas: Netflix