La historia de Diablo: conoce TODA la trama de la saga antes del regreso de Lilith a Santuario en Diablo 4
Recopilamos la trama de la saga Diablo hasta el momento para que llegues con todo aprendido y bien fresquito para el lanzamiento de Diablo 4. Esta es la cronología de eventos sucedidos en todos los juegos de la franquicia de Blizzard.
Diablo 4 se estrenará el 6 de junio en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One y PC para gloria de los más acérrimos fans de esta mítica saga que ha dado forma a un género muy particular. Blizzard se prepara para un estreno que ha sido esperado durante muchos años.
Esta nueva entrega seguirá dando forma al gran universo que se comenzó a establecer allá por un lejano 1996 con el lanzamiento del primer Diablo y que ha ido creciendo en magnitud con los sucesivos juegos de la saga.
Ahora que Diablo 4 está a la vuelta de la esquina queremos ofreceros un repaso a los acontecimientos que han tenido lugar antes del regreso de Lilith a Santuario. Hoy repasamos el lore principal de la saga pasando por Diablo, Diablo II y Diablo III.
Ya sea porque quieras refrescar la memoria antes del estreno de Diablo IV o porque vayas a sumarte a esta saga con esta nueva entrega, aquí vas a encontrar toda la información que necesitas sobre la historia de la saga Diablo al completo. Acomódate y deja que las cadenas del Infierno te atrapen.
La creación del universo de Diablo
Hace mucho tiempo, en un vacío olvidado surgió Anu, una entidad todopoderosa que encarnaba al bien y al mal, a la luz y a la oscuridad. Sin embargo, Anu comenzó a tener inmundos pensamientos y decidió purificarse.
Una parte de este dios se desprendió y de ella nació Tathamet, un dragón de siete cabezas que representaba todo lo malo que residió alguna vez en Anu. La batalla entre estos seres fue colosal y se saldó con la caída de ambos.
Del cuerpo de Anu se formaron los Altos Cielos, hogar de los ángeles, y del cadáver de Tathamet surgieron los Infiernos Ardientes. Cada una de las cabezas del dragón dio lugar a un gran mal, siete demonios primigenios. Los bandos estaban consolidados, la guerra acababa de empezar.
El Conflicto Eterno entre ángeles y demonios
En medio de estos dos reinos se formó el Pandemonium, un lugar en donde se situó la Piedra del Mundo o Piedra Ecuménica, un artefacto que representaba el poder de Anu permitiendo crear mundos y por el que se inició el denominado Conflicto Eterno entre ángeles y demonios.
Los Cielos fueron gobernados por las representaciones de las virtudes de Anu, varios arcángeles que dieron forma al denominado Consejo Angiris liderado por Tyrael (Justicia), Imperius (Valor), Auriel (Esperanza), Malthael (Sabiduría), Itherael (Destino) e Inarius (Creación).
Por su parte, los siete males que dirigirían los Infiernos y a sus huestes originados por las cabezas de Tathamet se configuraron de esta manera:
- Tres demonios mayores: Diablo, Señor del Terror, Mefisto, Señor del Odio y Baal, Señor de la Destrucción.
- Cuatro demonios menores: Andariel, Doncella de la Angustia, Azmodan, Señor del Pecado, Belial Señor de la Mentira y Duriel, Señor del Dolor.
El origen de Santuario
Ambos bandos pelearon durante una eternidad sin obtener la victoria. El conflicto se alargó hasta comenzar a generar distensión entre varios miembros de cada ejército encabezados por el arcángel Inarius y la demonio Lilith, hija de Mefisto.
Los dos amantes, junto a un grupo de leales, lograron robar la Piedra del Mundo para después esconderla entre realidades y dar forma a su propio mundo en el que poder vivir en paz lejos del Conflicto Eterno. Santuario fue el resultado.
El tiempo hizo que los demonios y los ángeles renegados tuvieran descendencia dando así lugar a los Nephalem. Pero nada es para siempre y el nacimiento de los hijos de Inarius y Lilith, como Rathma (origen de los nigromantes) comenzó a sembrar la discordia en la pareja.
El arcángel tomó a los Nephalem como algo peligroso y antinatural, mientras que la Hija del Odio vio en su creación una raza con potencial para acabar con el Conflicto Eterno de una vez por todas, un ejército de infinito poder.
No obstante, Inarius se adelantó y utilizó la Piedra del Mundo para reducir los poderes de los Nephalem, quienes con el paso del tiempo acabarían por convertirse en humanos. Esto hizo que los Cielos y los Infiernos detectaran la presencia de Santuario.
El padre y la madre pagaron el precio de la traición. Lilith fue desterrada por Inarius y el ángel caído deambuló hasta ser entregado a los Infiernos para allí ser torturado por toda la eternidad. No obstante, la paz estaba muy lejos de ser contemplada. Una nueva contienda se alzó.
La Guerra del Pecado y el Exilio Oscuro
El hallazgo de Santuario por parte de los Altos Cielos y de los Infiernos Abrasadores hizo que los ángeles y demonios acabaran depositando su atención en los Nephalem. Mucho sucedió entonces, como la fundación de cultos religiosos como la Catedral de la Luz al frente de Inarius.
Sin embargo, el poder de los Nephalem quedó patente cuando estos plantaron cara a cada uno de estos cultos, lo que llamó la atención del arcángel Tyrael y los Altos Cielos, que decidieron intervenir en Santuario mientras provocaban el contrataque de los demonios.
La batalla se saldó con la victoria del Consejo de Angiris, que decidió no extinguir a la humanidad gracias al salvador voto de Tyrael. Aunque, los recuerdos de la Guerra del Pecado les fueron arrebatados a los humanos, quienes se refieren ahora a esta época de desolación como una plaga.
En los años venideros, la humanidad iría desarrollándose poco a poco. Religiones como la Zakarum en la región de Kehistán son fundadas en el año 0 y la magia comenzó a ser mal vista. No obstante, nada era tan relevante comparado con lo que se estaba fraguando en el Infierno.
Una guerra civil se conjuró por parte de los demonios menores comandada por Azmodán y Belial. Los ejércitos de los cuatro demonios menores consiguieron expulsar a los tres grandes males de los Infiernos: Diablo, Mefisto y Baal. La tríade fue exiliada a Santuario.
La llegada de los demonios mayores en el año 964 comenzó a sembrar el caos entre la humanidad. Pese a que fueron despojados de su forma física, Diablo, Mefisto y Baal tenían un plan, utilizar las piedras de alma de Santuario para poder reclamar, de una vez por todas, la Piedra del Mundo, que ya no se encontraba en el Pandemonium, sino en este mundo.
La presencia de los demonio desató el caos y la guerra hasta que unas pocas décadas más tarde, el arcángel Tyrael decidió ayudar a la humanidad en secreto, desobedeciendo al Consejo Angiris, quien había ordenado no intervenir en Santuario tras la Guerra del Pecado.
La fundación de la orden de los Horadrim
Tyrael demostró su compasión por los humanos y fundó la orden de los Horadrim, una hermandad de magos con un único propósito: acabar con Diablo, Mefisto y Baal encerrándolos en las tres piedras de alma originales que se desprendieron de la Piedra del Mundo.
Los miembros de la orden cumplieron con su propósito, no sin un titánico sacrificio detrás. El último demonio en ser capturado fue Diablo, cuya piedra del alma fue enterrada en la región de Khanduras. Allí, los Horadrim construyeron un monasterio que guardaría la piedra de Diablo para siempre.
Sería en el año 1025 cuando un pequeño pueblo se formarse en torno a ese lugar dando origen a la aldea de Tristram. Con su misión completada, los Horadrim comenzaron a desaparecer poco a poco.
Sus diferencias y el temor al regreso de los demonios mayores hicieron sucumbir a muchos y la misión de la sagrada orden cayó en el olvido, así como el monasterio y las catacumbas diseñadas para contener a la mayor de las calamidades que el mundo hubiera conocido.
La sombra sobre Tristram - La historia de Diablo
Los eventos del primer Diablo nos narran cómo se produjo la caída de Tristrán, que comienza cuando el rey Leoric consolida a esta aldea como la capital de su reino, Khanduras. Con el monasterio en el que residía Diablo ya abandonado, el mal empieza a resurgir.
Y es que, el Exilio Oscuro fue una treta de los Demonios Mayores, quienes fingieron debilidad para poder viajar a Santuario y así intentar corromper las piedras de alma. Diablo, aún capturado, lo logra y su consciencia infecta la mente del arzobispo del pueblo, Lázarus.
Este, seducido por el mal, trata de entregar a Diablo el alma del rey Leoric. Sin embargo, el demonio aún es débil y la firmeza del monarca logra rechazarle en parte. No obstante, Leoric comienza a caer en la locura y declara la guerra al reino de Westmarch.
Los guerreros de Tristram son masacrados junto al príncipe Aidan y su hermano, Albretch, desaparece. Mientras tanto, y debido a los delirios del rey loco, su fiel comandante, Lachdanan, organiza una rebelión que acaba con la vida del soberano, no sin antes de que este maldiga a todo el pueblo.
Tras esto, Lázarus organiza una partida para buscar al príncipe, pero la gran mayoría de campesinos y aldeanos mueren fruto de las abominaciones que proceden del monasterio y las catacumbas que guardan a Diablo.
Pocos quedan ahora en Tristram, pero entre ellos se encuentra Deckard Caín, el último de los Horadrim, quien guiará a los futuros héroes y aventureros que lleguen al pueblo.
La maldición solo acaba de empezar, ya que el propio Lázarus era el captor del desaparecido príncipe Albretch. Este fue entregado a Diablo, quien pudo poseer finalmente un cuerpo con el que desatar el mal.
Sin embargo, no todo estaba perdido, el hermano de Albretch, Aidan reaparece y pide ayuda a héroes y guerreros de otras tierras para poner fin a la amenaza. Una renegada, un hechicero y un guerrero del reino acudieron a la llamada.
Los héroes se adentraron en las catacumbas del pueblo y consiguieron derrotar a todos los males que allí moraban, incluido Lazarus y un terrible demonio apodado "El Carnicero". Junto a los tres héroes, Aidan se enfrentó a Diablo, convertido en una monstruosidad que amenazaba con destruir todo.
El valiente guerrero pudo acabar con el demonio, más no reunió la fuerza necesaria para destruir la piedra del alma. Esto le llevó a clavársela en la frente con el fin de contener a Diablo para siempre. Aunque fue vilmente engañado por el gran demonio...
El dominio de los demonios - La historia de Diablo II
Aidan deambuló por mucho tiempo hasta que no pudo contener a la esencia de Diablo. El mal supremo liberó su furia y comenzó a invocar demonios a su paso. Aidan continuó con su peregrinación mientras se convertía en el "Errante Oscuro", pero sus actos llamarón la atención.
Un nuevo grupo de héroes compuesto por una amazona, un bárbaro, un paladín, una hechicera y una nigromante, estaba dispuesto a terminar de una vez con todas con el Señor del Terror.
Tras rescatar al último horadrim, Deckard Cain, el grupo persiguió a Aidan hasta el lugar en donde fue capturado Baal, Señor de la Destrucción y hermano de Diablo. No obstante, el arcángel Tyrael se les adelantó para intentar impedir la liberación de este demonio mayor.
Sin embargo, el protector de los Altos Cielos llegó tarde y fue derrotado y encerrado por Aidan y Baal. El grupo de héroes continúo tras los pasos de los dos demonios, pero no fueron lo suficientemente rápidos. Aidan y Baal liberaron a su otro hermano, Mefisto, Señor del Odio y juntos de nuevo, los tres fijaron su plan para acabar con la humanidad.
Mefisto se quedaría en Santuario para retener a los héroes mientras que Diablo se despojaría del cuerpo de Aidan para reunir a las tropas infernarles y desatar el caos.
Mefisto se enfrentó contra la última esperanza del bien y tras una encarnizada batalla este fue devuelto a su piedra del alma. El siguiente paso era derrotar a Diablo y a sus huestes, algo que también lograron en una bestial contienda...
Sin embargo, eso le había dado tiempo a Baal. El objetivo del Señor de la Destrucción era corromper de una vez por todas la Piedra Ecuménica y así doblegar Santuario ante el poder de los Infiernos Ardientes.
El demonio se encaminó al norte, hogar de los barbaros para destruir el Monte Arreat, lugar en el que descansaba la piedra del mundo tras haber sido robada por Inarius y Lilith.
Por suerte, al grupo de héroes que habían derrotado a Mefisto y Diablo se unieron una asesina, un druida y el propio arcángel Tyrael, que había escapado de su cautiverio.
Juntos lograron alcanzar a Baal y enfrentarlo. La lucha terminó con el demonio siendo eliminado, pero antes de caer este logró su propósito y corrompió la Piedra Ecuménica.
El mundo estaba en peligro, por lo que Tyrael decidió salvar una vez más a la humanidad. El arcángel arrojó su espada contra la piedra destruyéndola en el proceso y causando un cataclismo controlado.
Santuario sobreviviría, pero el mundo había quedado completamente expuesto ante los Cielos y los Infiernos. El Conflicto Eterno ha puesto ahora su ojo sobre la humanidad...
El asalto a los Cielos - La historia de Diablo III
Han transcurrido 20 años desde la destrucción de la Piedra Ecuménica. Allí donde yacían las ruinas del monasterio que guardó el espíritu de Diablo se ha erigido Nueva Tristram y una inquietante paz se ha instaurado.
A pesar de esa calma, Deckard Cain continúa estudiando y descifrando los futuros acontecimientos que podrían amenazar a la humanidad. Junto a su sobrina adoptada, Leah, el último Horadrim presencia como un misterioso meteorito impacta cerca de la aldea.
El incidente capta la atención de diversos héroes con el poder de los nefalem: un bárbaro, una cazadora de demonios, un monje, un santero y un arcanista, que acuden en ayuda de Cain después de haber sido sorprendido por unos esqueletos arremolinados en torno a la estrella caída.
El grupo descubre que el meteorito es en realidad un hombre, que únicamente recuerda que su espada se fragmentó en Santuario. Tras emprender la búsqueda de las partes de este arma, Cain es gravemente herido por una cultista del demonio Belial, pero con su último aliento logra forjar la espada de nuevo.
La identidad del hombre meteorito se revela entonces. Tyrael, el arcángel, quien ha sido expulsado de los Altos Cielos tras el sacrificio realizado años antes ha regresado a Santuario y ahora deberá hacer frente a una nueva amenaza.
Los demonios menores Belial, Señor de las Mentiras y Azmodán, Señor del Pecado, se preparan para atacar Santuario. El grupo de nefalem, Tyrael y Leah viajan a la ciudad de Caldeum para tratar de parar los pies a estos males.
Allí dan con Adria, la madre de Leah, quien había sido capturada años antes por Belial para hacerse con la Piedra Esencial Negra, un artefacto de gran poder capaz de atrapar a los Males Superiores y Menores para desterrarles de Santuario.
Tras hacerse con la piedra y rescatar a Adria, el grupo logra combatir exitosamente a Belial y Azmodán, no sin realizar un gran esfuerzo de por medio. Tras encerrar a los demonios menores en la Piedra Esencial Negra descubren que todo era una trampa.
Adria logra incapacitar a Tyrael y mediante un ritual profano clava la Piedra Esencial Negra en una indefensa Leah. La verdad se revela: Adría es una seguidora de Diablo que se ha servido de su hija, a la vez pariente de Aidan, para hacer resurgir al Señor del Terror.
El Mal Supremo renace y se convierte en una pesadilla al devorar las almas de Mefisto, Baal y los cuatro demonios menores que residían en la piedra. Con ese imparable poder, el demonio mayor está listo para llevar a cabo su plan: asaltar los Altos Cielos.
Diablo atraviesa las Puertas Diamantinas del reino celestial junto al mayor ejercito de demonios jamás visto. Sorprendidos, los ángeles se ven pronto superados, especialmente después de que Imperius, arcángel del Valor sea derrotado por el demonio mayor.
Los nephalem, junto a Tyrael, no se dan por vencidos y persiguen a Diablo hasta los Altos Cielos. Abriéndose paso entre las hordas infernales y rescatando en el proceso a Itherael (arcángel del Destino) y Auriel (arcángel de la Esperanza) logran alcanzar a Diablo.
La titánica batalla contra el Mal Supremo se salda con la victoria de los héroes nephalem. Los Altos Cielos inician su reconstrucción con Tyrael siendo condecorado como el aspecto mortal de la Sabiduría.
Sin embargo, la paz es esquiva. Tyrael funda la orden de los Nuevos Horadrim, cuyos miembros se comprometen a salvaguardar la Piedra Esencial Negra. Uno de los miembros más importantes es Lorath, quien estará presente en Diablo IV.
Por desgracia, la piedra es sustraída por un enemigo inesperado. Malthael, quien fue el arcángel de la Sabiduría, ha decidido acabar con todo rastro de ser demoniaco y eso le hace cargar contra la humanidad por ser descendiente de Lilith.
Malthael se convierte en el Ángel de la Muerte y junto a sus segadores desata un nuevo mal en Santuario. Cada alma humana depositada en la Piedra Esencial Negra vuelve más fuerte al ángel caído, que se establece en la fortaleza de Pandemonium, el frente principal del Conflicto Eterno.
Los nephalem se alían para acabar con esta amenaza y la batalla lleva a Malthael, ahora la Muerte personificada, a destruir la Piedra Esencial Negra para reunir más poder. A pesar de eso, los nephalem se proclaman vencedores, no sin pagar un alto precio: todas las almas que residían en la piedra se han liberado, incluidas las de Diablo y sus hermanos...
El regreso de los creadores de Santuario - La historia de Diablo IV
Con los Altos Cielos recuperándose del ataque de Diablo y de la traición de uno de los miembros del Consejo Angiris y con los demonios de los Infiernos Ardientes aún lamiéndose las heridas, la batalla por Santuario se librará entre otros dos bandos.
Lilith ha regresado de su exilio. La madre exige la tutela de su prole. Inarius, despojado de sus honores divinos, ha escapado del Infierno y se ha convertido en un profeta para los seguidores de la Catedral de la Luz siendo la última conexión con los Altos Cielos.
La humanidad y los nephalem se encuentran en mitad de un nuevo enfrentamiento... ¿Qué harán al respecto? Diablo 4 nos narrará el desenlace a este conflicto el 6 de junio en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One y PC. ¿Estáis preparados?
Descubre más sobre David Rodríguez, autor/a de este artículo.
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