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Monitores gaming: todo lo que debes saber para sacarle el mayor partido a tu PC

Los monitores UltraGear de LG tienen todo lo que necesitas para disfrutar de los videojuegos al máximo nivel

Bucear entre un mar de características, marcas y precios no es nada sencillo a la hora de crear tu setup gaming. Vamos a ahorrarte un poco de tarea hablándote de en qué te debes fijar a la hora de adquirir un monitor para gaming.

Crear el setup gaming perfecto no es una tarea sencilla. Hay muchos valores y características a tener en cuenta. Desde el espacio que tenemos, a los componentes hasta algo tan sencillo como el presupuesto para montar el PC. Para facilitarte un poco la tarea te vamos a hablar de cuáles son las principales características que debe tener un monitor gaming.

No solamente estamos hablando de que sea bonito, se vea bien y tenga una alta tasa de refresco. La ergonomía también es un punto importante, como ya hemos dicho en alguna ocasión. Tipo de panel, tamaño, resolución... hay muchos valores a tener en cuenta.

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Presta atención a esta guía sobre monitores gaming para conocer en qué valores debes de fijarte principalmente y cuáles son más secundarios.

Esto es todo lo que debes saber sobre un monitor gaming:

El tipo de panel, definirá su uso

Actualmente, tenemos tres tipos de panel que dominan el mercado de los monitores: IPS, VA y TN. Estos tres han sido los más utilizados durante bastantes años y por algo será. Cada uno de ellos tiene unas características en concreto.

Sin embargo, debes tener algo en cuenta y es que con el paso de los años las tecnologías han evolucionado hasta el punto de acercarse unas a otras. Por eso hoy en día importan más las características de la pantalla que el panel en sí.

Comenzando por el que para nosotros es, actualmente, el número uno en los monitores gaming, los IPS. Son los favoritos ya que ofrecen la mejor representación del color, mejores ángulos de visión y pocos puntos negativos. Sí que es cierto que su representación del negro no es tan fiel como en los TN, pero no es una diferencia tan grande.

Monitor Philips 222V8LA

Su punto más negativo se suele encontrar en su tiempo de respuesta, que antaño solía estar situado en los 5 ms, pero a día de hoy lo más habitual es que estén en los 3 o incluso lleguen al 1 ms. Por eso sus puntos negativos se centran casi exclusivamente en su tratamiento del color negro y poco más.

En cuanto a la frecuencia de respuesta también existen monitores IPS con unos valores tremendamente útiles y estables, por lo que tampoco encontrarás problemas en este sentido. Antaño era más complicado (caro) verlos con más de 144 Hz.

Los VA son los otros paneles que están muy orientados al gaming, siendo los más utilizados durante bastante tiempo ya que mezclan lo mejor de los IPS y los TN: negros profundos, buenos ángulos de visión, una frecuencia de refresco y respuesta más que decentes... Es el panel para todo.

Monitor Philips Evnia

Por contra, no tienen una representación de los colores tan fiel como los IPS, aunque esto a la hora de jugar no es tan importante a no ser que seas de los que te quedas mirando durante horas los gráficos más realistas.

En último lugar están los paneles TN, los más antiguos de todos. Estos destacan por ser, al menos en un principio, los que mejor frecuencia de refresco y tiempo de respuesta tienen, aunque con el paso de los años esta brecha se ha ido cerrando hasta casi ser inexistente.

Entre sus puntos negativos se encuentras unos ángulos de visión bastante pobres, así como su contraste, que no suele ser el más alto.

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En definitiva, antaño los IPS tenían muchas ventajas pero un refresco y una respuesta bastante pobres; los TN eran los más rápidos pero sus ángulos de visión eran malos; los VA eran un punto intermedio pero con una representación del color poco fiel... La evolución en esta materia ha hecho que las diferencias entre sus aspectos menos buenos sea mínima.

Así que depende más de las características propias del monitor que del panel en sí, pudiendo encontrar IPS con 240 Hz y 1 ms de respuesta, paneles TN con valores cercanos a los 178º de ángulo de visión o TN con unos colores muy fieles.

La resolución, un punto a tener muy en cuenta

A la hora de crear tu propio setup gaming hay que tener en cuenta que el monitor está pensado para una resolución en concreto. Esto no quiere decir que no sea capaz de dar resoluciones inferiores a su máximo, pero si vas a jugar en FullHD o 2K, como mucho, y te compras un monitor 4K, estás pagando de más para nada.

El uso de esta resolución va a venir dado, principalmente, por el hardware que vayas a manejar, es decir, los componentes del PC. Cuanto más potente y nuevo sea tu setup gaming, más resolución vas a poder utilizar y, en consecuencia, mejor verás todo.

Pero esto no quiere decir siempre que más es mejor. Lo ideal es encontrar la resolución adecuada que se adapte mejor a tu setup, teniendo en cuenta tamaño del monitor, distancia hasta él y lo que tu PC pueda soportar.

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Aquí no solo entrarían las típicas resoluciones: FullHD, 2K y 4K, sino que también hay que tener en cuenta las pantallas panorámicas, algo que ya entra dentro de los gustos de cada uno. Esta clase de monitores tienen, por norma general, un coste incrementado.

Por último, debes tener en cuenta que la tecnología evoluciona a pasos agigantados y que lo que hoy en día lo puedes correr sin problema a 4K y 60 FPS, puede que dentro de un año tengas que bajarlo a 2K. Esto es un detalle a tener en cuenta ya que, a menor resolución, menos impacto va a tener en tu GPU una mejora gráfica.

La frecuencia de refresco, indispensable para el gaming

Este valor te dice el número de veces que un monitor refresca la imagen en pantalla por segundo, midiéndose en Hercios. Básicamente, si un monitor dice que su frecuencia de refresco es de 240 Hz, cada segundo ofrecerá hasta 240 imágenes, lo que afecta directamente a los FPS o Frames Per Second. Muchas marcas de monitores venden esto como algo crucial e indispensable.

Ojo, porque esto no siempre es cierto y nos explicamos. Es indiscutible que en géneros como los shooters en cualquiera de sus formatos o los simuladores de conducción, una frecuencia de refresco puede ser indispensable para poder disfrutar al máximo. Pero hay muchos videojuegos y géneros en los que va a dar bastante igual.

No nos imaginamos diferencia alguna jugando a Return to Monkey Island entre un monitor de 60 Hz y uno de 240 Hz, por lo que va a depender, en gran medida, el uso que quieras darle dentro del gaming. Hay mucha gente a la que le gusta una gran variedad de géneros, pero si los de acción no están entre ellos, no te hace falta para nada irte a los 240 Hz.

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También hay que tener en cuenta un detalle y es que por mucho que tu monitor sea capaz de generar 240 imágenes por segundo... ¿lo es también tu PC? Si tu meta es jugar a los máximos FPS posibles pero sabes que tendrás tus limitaciones, es mejor irse a un monitor algo más comedido en este campo, como son los 120 Hz, un valor medio que te permitirá disfrutar de absolutamente todo.

De aquí podemos encontrar un problema derivado muy común en la informática: los FPS no son estables. Si tuviéramos un equipo capaz de ir siempre a 120 FPS en un monitor de 120 Hz no habría problema, pero la inmensa mayoría de las veces estos valores no van a ser iguales. Sí que es cierto que hay juegos que te permite limitarlos, pero no siempre.

Por eso los fabricantes de monitores han diseñado tecnologías en colaboración con los de las tarjetas gráficas, para limitar los daños que estas variaciones puedan hacer, llegando a producir desgarros o "tearing" en las imágenes, entre otras cosas.

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G-Sync, por parte de Nvidia,y FreeSync, de AMD,son las nomenclaturas de estas tecnologías que evitan que, al ir a distintas velocidades, se produzcan fallos en la pantalla. Básicamente, crea una frecuencia que se adapta a la tarjeta gráfica y varía los Hz en función de los FPS que detecta.

Estas tecnologías tienen un impacto directo en los monitores ya que valen dinero, especialmente los de Nvidia. La compañía pone un chip en los monitores compatibles con G-Sync que hace que sea este el que se encargue de variar la frecuencia, liberando tanto al monitor como a la gráfica. Sin embargo, cobra por su uso.

AMD, por el contrario, creó una tecnología capaz de hacer que la gráfica se ocupara de esta variación sin apenas impacto y, como no necesita colocar nada en la pantalla, lo hizo de manera gratuita. Sí es cierto que los monitores con FreeSync son algo más caros, pero no mucho más o no tanto como ocurre con los G-Sync.

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Con el paso de los años estas tecnologías han ido mejorando e, incluso, han llegado a tener compatibilidades entre ambas familias de tarjetas gráficas.

Así que, recuerda, la frecuencia de refresco es un valor a tener en cuenta pero siempre dentro del uso que vayas a darle. Es de esas cosas que también puede hacer que un monitor aumente su precio considerablemente.

 

El tiempo de respuesta, importante pero no tanto cumpliendo un mínimo

Tal y como hemos podido ver ya hace tiempo, el tiempo de respuesta es un valor que nos dice el tiempo que tarda un píxel en cambiar de color, y se mide en ms o milisegundos. A pesar de que puede parecer un dato nimio, especialmente donde hay mucho movimiento en pantalla, puede ser la diferencia entre una imagen nítida o una borrosa.

Como decíamos antes en los tipos de paneles, en un principio los IPS eran los favoritos para muchas cosas, pero los tiempos de respuesta tan altos que podían tener los hacían inviables para los juegos de acción ya que, al haber tanto movimiento, se podía ver borroso si el monitor no cumplía con unos mínimos.

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Actualmente, es muy raro encontrar monitores que sobrepasen los 5 ms por lo que no es un valor al que se le suela prestar tanta importancia. Sí que es cierto que en shooters o simuladores de motor es importante tener valores lo más bajos posibles, pero cumpliendo un mínimo de 3 ms no se debería ver tanta diferencia con respecto a los mejores de 1 ms. (o incluso algo menos).

Una vez más nos referimos a tus géneros favoritos. Títulos donde no haya tanto movimiento y sí imágenes más estáticas, prácticamente no le sacarás partido a tener un monitor de 1 ms. Sin embargo, para jugar a Call of Duty Modern Warfare 2 sí que vas a necesitar que sea lo más rápido posible.

Otras características dignas de mención

Por último, existen algunos aspectos que pueden ser más o menos importantes dependiendo en gran medida de tus gustos personales. 

Como siempre, cualquier añadido que quieras que tenga va a aumentar el precio del monitor, así que debes tener en cuenta si realmente te compensa o no.

Monitor plano o curvo

En este apartado juega un papel fundamental el gusto personal de cada uno. Los monitores curvos tienen su público específico y en los últimos años han sido una apuesta de las propias marcas. Aunque es cierto que tienen un coste superior a los monitores planos.

Esta clase de monitores pueden aportar algo de inmersión al jugador porque ayuda al ojo a percibirlo todo mejor sin necesidad de movimiento. Este efecto también puede provocar un menor cansancio ocular en el usuario.

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La curvatura de los monitores se mide en radio de curvatura y está representado por la letra R. Así, tenemos los 1000R o también llamada curvatura nativa porque es la que más se asemeja a la de nuestros ojos, 1500R, 1800R, 2300R y 3800R. Esta última pensada casi en exclusiva para los monitores ultrawide o ultra panorámicos.

De ti depende si te parece justo el precio extra que hay que pagar por esta clase de tecnología, con beneficios que van desde más inmersión hasta menor cansancio ocular.

Peana ergonómica o más básica

Un aspecto en el que no nos solemos fijar demasiado y que puede tener un gran impacto en el precio de los monitores es su ergonomía, cuyo máximo representante es la peana. Ya explicamos en su momento todas las ventajas que tiene una buena ergonomía, pero no deja de ser algo personal.

Obviamente, si solo vas a utilizar el monitor para jugar, una peana que se pueda poner en modo vertical no te va a valer para nada. También la configuración en altura se puede variar mediante una buena mesa gaming con ajuste de altura o lo mismo con una silla.

Brazo para monitor y portátil BONTEC

BONTEC

Aunque estos aspectos son puramente personales, no por ello debemos dejarlo de lado y no darle su importancia. Nos gustaría dejar claro que una postura correcta siempre es algo fundamental, especialmente si te vas a pasar muchas horas delante del monitor.

Sabiendo esto, hay monitores con unas características justitas pero que gracias a una gran peana ven justificado su alto precio. 

Conexiones: cuántas y de qué tipo

Esto es algo que también va a depender, en gran medida, de la tarjeta gráfica que tengas y las necesidades que desees darle. No es lo mismo conectar un monitor por HDMI que crear un sistema mediante DisplayPort o un puerto USB-C con Thunderbolt.

También es bastante típico tener conectores jack de 3,5 mm para poder enchufar los cascos o los altavoces, algo que no tiene demasiado sentido si tenemos la torre cerca. Por eso depende de las circunstancias de cada uno.

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Lo que siempre va a darnos un plus de utilidad, además de lo ya mencionado, es contar con puertos USB para poder cargar dispositivos.

Sobre el tema de qué es mejor, si el HDMI o el DisplayPort, puedes encontrar útil leer nuestra guía sobre este tema. Basta decir que, a día de hoy, te convendría buscar monitores compatibles con HDMI 2.1 siempre y cuando tengas potencia suficiente para utilizarlo, o al menos DisplayPort 1.4.

Iluminación o no

Un aspecto totalmente secundario pero que puede ser importante para que tu setup luzca lo más gaming posible: la iluminación LED. En este sentido hay un poco de todo en el mercado y tenemos marcas que son capaces de hacer dibujos y logos con iluminación, así como otras que pueden aumentar la inmersión.

En este último aspecto brilla con luz propia Philips y su Ambilight, creando patrones de iluminación con los bordes de la pantalla siguiendo el patrón de lo que se está mostrando. Así, si nos vemos por ejemplo en un incendio, todo a nuestro alrededor estará bañado de una luz anaranjada. Hay marcas como Razer que han explotado esta idea y se han aliado con Philips.

Ambilight en Philips OLED 807

Si te gusta la iluminación, es obvio que vas a tener que pagar un poco más por ella. Sistemas como el Ambilight son bastante caros, pero también puedes optar por algunos externos como los que puedes crear tú mismo con tiras LED.

Si algo como la ergonomía era puramente personal y dependía mucho del resto del setup que tuvieras, la iluminación lo es todavía más.

Altavoces integrados o no

Por último, tenemos el efecto de los altavoces integrados en los monitores. La inmensa mayoría de marcas los incluyen ya de base pero en la práctica no siempre se usan.

Muchos de los jugadores suelen utilizar un sistema de altavoces dedicados que mejora, enormemente, la experiencia del sonido o, en su defecto, usan cascos gaming, pensados para poder exprimir al máximo los efectos sonoros en un juego. Si quieres saber qué debes buscar en unos cascos para jugar, nuestra guía te puede sacar de dudas.

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Así que este añadido en monitores genéricos que puedes utilizar en la oficina o en casa de manera despreocupada (ofimática, navegación...) tienen un sentido, pero al transportarlos al gaming dejan de tener tanto sentido. La duda que surge es si se trata de una manera de hacer que el monitor sea más caro, contando con un sistema que no vas a utilizar en la mayoría de las ocasiones.

Sea como fuere, se pueden encontrar monitores sin altavoces integrados, aunque no es tan sencillo como pueda parecer. Una vez más, depende de para qué lo quieras utilizar y tus preferencias.

Y hasta aquí nuestra guía con todo lo que debes de saber para elegir el monitor gaming que responda a tus necesidades. Con toda esta información en tus manos, depende de ti qué modelo llevarte a casa y disfrutar de tus juegos favoritos.

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