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Análisis de Tchia: Oléti Edition, la colorida y magnética aventura en mundo abierto que ya está en formato físico para PS5 y PS4

Tchia Oléti Edition análisis y opinión

Esta semana ha llegado a las tiendas la edición física de Tchia, una aventura en mundo abierto que nos permite "poseer" y controlar todo tipo de animales en un archipiélago paradisíaco, con numerosos guiños jugables a la serie Zelda. ¿Merece la pena la edición física de uno de los indies más interesantes de 2023? Vamos a verlo.

Lanzado el pasado mes de marzo, Tchia para PS5 y PS4 y PC (jugable en Steam Deck y ROG ALLY) es el segundo juego Awaceb Studio, un pequeño estudio independiente cuyos fundadores provienen de Nueva Caledonia, un archipíelago de Oceanía que forma parte del territorio francés. 

Para quien no lo sepa, se trata de un pequeño paraíso con biomas muy diversos, que han plasmado en el juego y que junto a otras muchas características, como las costumbres y tradiciones del lugar, lo han convertido en uno de los indies más interesantes de lo que llevamos de 2023, con permiso de otras joyas recientes como Viewfinder.

Lógicamente, por respeto, muchas cosas se han reinterpretado y cambiado el nombre, pero como vamos a ver en este análisis de Tchia Oleti Edition, la edición física que acaba de ponerse a la venta, no deja de ser un gran homenaje a la cultura y forma de vida de Nueva Caledonia. Aquí el videojuego se ha convertido en una forma tan única como entretenida de darlas a conocer.

Porque, al final, se trata de una aventura de fantasía con no pocas similitudes a Zelda Breath of the Wild (y, por qué no, Tears of the Kingdom), pero sabiendo mantener su propia identidad, e integrando tradiciones neocaledonias, como el llamado "coutome".

Pero no nos precipitemos. Esto es lo que vamos a ver en el análisis de Tchia Oléti Edition para PS4 y PS5, con vistazo a los contenidos de la edición física.

Tchia, izando velas hacia una aventura de fantasía 

La historia de fondo de Tchia es sencilla: Tchia es una niña que vive en un lugar paradisíaco, hasta que un buen día, su padre es secuestrado por Meavora, un tiránico gobernante escoltado por sus esbirros, los Maano.

Así pues, Tchia se embarcará, y nunca mejor dicho, en una aventura por una recreación "fantasiosa" de Nueva Caledonia, donde no solo pondrá a prueba sus habilidades únicas, sino también aprenderá lecciones vitales sobre el ser humano y el respeto al medio ambiente.

Un viaje en el que conoceremos a todo tipo de personajes, algunos más amigables y accesibles que otros, así como las costumbres del pueblo neocaledonio, aunque muchos de estos lugares y costumbres han cambiado de nombre por respeto a la cultura y tradición del archipiélago.

Así pues, tan pronto estaremos andando por la orilla de la playa, con un espectaucular puesta de sol, como recorriendo pequeñas aldeas y grandes ciudades, donde nos esperan misiones y situaciones típicas de los juegos en mundo abierto, que a menudo redundan en las típicas misiones de "recadero". 

Eso sí, como en las mencionadas obras maestras de Nintendo, Tchia no pretende llevarte de la mano en ningún momento. Es más, te suelta en el archipiélago, y el mar y océano que lo rodea, para que sea el jugador quien experimente este mundo como quiera, a su ritmo, al más puro estilo sandbox, donde puedes ir, hacer y probar lo que te plazca.

¿Que quieres centrarte en las misiones de la historia? Puedes. ¿Que prefieres más distraerte con los minijuegos o numerosas mecánicas únicas que introduce? Pues tampoco hay ningún problema.

 

El gameplay de Tchia: un sandbox en el sentido amplio de la palabra

Muchas veces usamos la palabra "sandbox" para referirnos a los juegos en mundo abierto... pero lo cierto es que no todos son sandbox, en tanto en cuanto se entienden como mundos en los que podemos probar y experimentar con sus reglas y mecánicas.

Tchia se acerca más a este concepto de mundo abierto al darnos una serie de habilidades y mecánicas, y es el jugador el que decide qué hace con ellas, cuánto tiempo les dedica... si es que quiere dedicar tiempo, como ahora voy a explicar...

Como aventura en mundo abierto que es, Tchia bebe mucho de las mecánicas que introdujo Breath of the Wild para recorrer y explorar el mundo. Saltar, agacharnos, deslizarnos por pendientes, trepar (con un sistema de resistencia parecido al de Link) o incluso planear con un planeador, que es el equivalente a la "paravela"...

Tchia Oléti Edition review en español

Por tener, incluso contamos con un tirachinas que usamos con los gatillos, podemos coger objetos y lanzarlos o guardarlos en nuestra mochila... Vamos, que no falta un set de acciones ya clásico en el género.

A todo esto se suma una de las características que hacen único a Tchia, y es el salto astral. Gracias a esta habilidad, podemos "poseer" a cualquier animal y objeto que veamos, desde un pájaro a un palo del suelo, y aprovecharnos de sus habilidades únicas. Un poco como Super Mario Odyssey, sí.

Así, aunque podemos usar vehículos como una balsa, podemos convertirnos temporalmente en un tiburón, y recorrer el fondo marino. O volar como un pájaro para alcanzar zonas más elevadas o lejanas.

Puedes saltar de una de estas posesiones para acto seguido controlar a otro animal (la lista es larga, desde lagartos a tortugas, cangrejos, jabalís, ciervos, perros gatos, rocas...). El único límite es una barra que se agota más o menos rápido según la criatura poseída, y que a lo largo de la aventura podemos mejorar.

Como decía antes, es fácil perderse probando distintos animales y jugando con esta mecánica. Te puedes alejar del obetivo de la historia para intentar acometer alguna tarea opcional (desde el equivalente a las atalayas para ir reconociendo las zonas del mapa) o recoger coleccionables... o simplemente explorar su mundo y admirar ciertos rincones.

Pero aún hay más: también disponemos de un ukelele completamente funcional (con escalas, distintos tipos de rasgueo) y que, como Zelda Ocarina of Time, tiene usos especiales. 

Los cuatro primeros giran alrededor de cambiar el momento del día en el que nos encontramos, aunque a medida que avanzamos podemos ir consiguiendo nuevas melodías...

Valoración Tchia

Tú decides si quieres ponerte a tocar en una fogata (que viene a ser el punto en el que podemos cambiarnos de ropa, descansar, comer...) o directamente no dedicar ni un segundo al instrumento, salvo en los momentos que el guion nos obliga a sacarlo.

Pero incluso en estos casos, ni siquiera cuando la historia introduce algún minijuego musical con el ukelele, u otros improvisados instrumentos, es necesario tocarlo. Tchia te da la opción de ponerlo en modo automático e incluso saltarse ese momeno jugable.

Porque Tchia quiere que juegues como a ti te apetezca, y juegues haciendo lo que tú quieras, no lo que te obliga. Si no te gustan los momentos musicales, pues fuera. Que no te van los minijuegos de disparar con el tirachinas o apilar piedras, pues no hace falta ni que los toques para terminar la aventura (o navegar, aunque es algo bastante divertido y relajante).

Tchia minijuegos

La isla de Tchia está llena de oportunidades, desde recoger avalorios, las galerías de tiro (con trofeos de oro, plata y bronce), comer frutas especiales que aumentan nuestra resistencia... y mucho más por descubrir. Pero como todo lo demás, que le dediques más o menos tiempo queda a tu decisión.

¿Y hay acción? Por supuesto. Los esbirros del dictador son unas extrañas criaturas que nos intentan inmovilizar lanzándonos trozos de tela y se arremolinan alrededor de una suerte de campamentos.

Tchia Oléti Edition

Para derrotarlas debemos prenderlas fuego o usar elementos que lo produzcan, como bidones de gasolina, lámparas y cosas similares. Suelen esconder un cofre especial, que podemos abrir al quemar un montón de tela tras acabar con ellos, y suelen contener algún objeto cosmético con el que personalizar a Tchia.

Lo cierto es que el combate es bastante simplón y pronto se vuelve algo repetitivo, casi anecdótico... pero lo cierto es que es un elemento más de la aventura, no el eje principal.

 

Duración de Tchia: ¿es un juego difícil?

Si vas a saco con las misiones de la historia, sin detenerte a probar y experimentar lo que ofrece este mundo, Tchia tiene una duración de unas 7-10 horas, aproximadamente. Insisto, yendo a saco.

El juego ofrece muchos más elementos, desde coleccionables, a puntos de interés, tareas secundarias como galerías de tiro en la que debemos demostrar nuestra maestría con el tirachinas... 

Como mundo abierto que es (aunque no uno gigantesco como Tears of the Kingdom), hay más cosas para hacer, y completarlas todas las tareas puede elevar la duración hasta las 22-25 horas, fácilmente.

Y lo cierto es que Tchia no es un juego difícil. Su calificación de edad, +12, es más por el tono "oscuro" y más explícito de algunos momentos del juego que por su dificultad (y que choca por su estética más tirando al "cartoon"). Entre los ajustes está la opción de rebajar este tono más oscuro para hacerlo más familiar.

El hecho de poder saltarse aspectos concretos del juego, como los minijuegos musicales, dejan claro que la intención del estudio no es bloquear al jugador, sino dejarle que disfrute el viaje como prefiera. Y ese aspecto, me parece todo un aciertazo.

Un vistazo a la edición física, Tchia Oléti Edition

Aparte de la edición digital que se lanzó en marzo (y que está disponible en PlayStation Plus Extra y Premium),  la edición física de Tchia está disponible tanto en versión PS4 como PS5, a un precio recomendado de lanzamiento de 34,95 euros.

Esta edición, aparte del juego en formato físico, incluye un código digital con objetos únicos para el juego, en concreto cuatro lotes de apariencias adicionales, inspirados en otros juegos del editor del juego, Kepler Interactive (aunque esta edición física llega de la mano de Meririem Games).

Estos cuatro kits nos permiten cambiar el aspecto de Tchia, su balsa, el ukelele o el planeador con skins y diseños inspirados en Sifu, Scorn, Flintlock y Cat Quest.

Estas modificaciones no afectan para nada a la jugabilidad, son un objetos puramente cosméticos que no añaden efectos adicionales.

 

La opinión de HobbyConsolas de Tchia: un juego modesto, pero con un espíritu difícil de igualar

Con estos mimbres, Awaceb ha logrado crear un universo que engancha, que invita a ser explorado casi con la curiosidad de un niño, para ver qué es todo lo que podemos hacer y experimentar con las posibilidades que pone a nuestro alcance.

La historia al final es un elemento más, uno que puede resultar algo breve,  aunque tras terminarla te quedarán muchas cosas por ver y hacer. No es menos cierto que el ritmo quizá sea algo más pausado y lento por momentos, y que en ocasiones nos sintamos como el recadero de Nueva Caledonia... pero no deja de ser un mal intrínseco al género de las aventuras de mundo abierto.

Además, choca que pese a su estética casi de cuento o "cartoon" para todos los públicos, algunos momentos pueden resultar algo más poco bestias de lo esperado, incluso con un humor que descoloca por no casar con el estilo visual del juego.

Pero esa es parte de la gracia a Tchia, que sorprende por los contrastes y la dualidad en muchas de sus facetas. Sirva por ejemplo, el estilo visual y la puesta en escena.

análisis Tchia PS5, PS4 y PC

Sobresale al recrear entornos naturales, vivos, con espectaculares puestas de sol y estampas que te harán realmente pensar que estás en un paraíso virtual. 

Pero no es menos cierto que es un estilo visual con altibajos, y es algo perdonable al tratarse de un estudio pequeño, sin los recursos de Nintendo y sus más de 6 años trabajando en Tears of the Kingdom, por seguir con el paralelismo.

Los aspectos mejorables de esta parcela visual están, por ejemplo, en las grandes ciudades, que resultan algo inertes, simplonas y sin la misma fuerza visual que las zonas salvajes.

Es una dualidad que se mantiene en los personajes: su diseño, animaciones y expresividad no son tan llamativas como en otros juegos de mundo abierto, pero al mismo tiempo sorprenden con detalles que destilan mimo y cuidado, como los primeros planos de acciones en las que intervienen las manos, que desprenden una sutileza sorprendentes.

Tchia PS4 y PS5

Esta dualidad nos recuerdan que estamos hablando del segundo juego de un estudio pequeño, y que para mí ha logrado unos resultados más que notables con unos recursos limitados.

Es algo que se nota también en la parcela sonora, donde destacan canciones típicas del folclore neocaledonio (interpretadas por artistas reales de Nueva Caledonia, algunas muy pegadizas), y que como todos los diálogos del juego, pueden estar en los dos idiomas mayoritarios del archipiélago, el francés y el drehu (ambos subtitulados al castellano).

Los efectos de sonido realmente te trasladan a un pequeño paraíso, donde el sonido del viento, de las olas y la vegetación transmiten una calma y sosiego difícil de transmitir.

En la parte técnica le falta algo de pulimento y, por ejemplo, en modo calidad (que es como hemos jugado para este análisis de Tchia), tiene alguna que otra rascada de frames, además de detalles como animaciones que pueden resultar algo bruscas en ciertos momentos...

análisis Tchia Oléti Edition

Pero aun con todo, Tchia tiene un magnetismo difícil de explicar, un "algo" que hace que quieras volver a su mundo, a seguir explorándolo, aunque sea para pajarear (sí, volar en la forma de un pájaro) y jugar con las opciones que ofrece.  

Y lo hace, además, dejando por el camino un mundo que, si bien no es tan grande como el de otras aventuras del género, tiene un sabor distinto, con rincones que merece la pena descubrir y estampas y momentos que recordarás por mucho tiempo.  

Solo por eso, Tchia es un juego más que meritorio. Uno al que deberías darle una oportunidad a poco que te atraigan los juegos en mundo abierto. No es GTA 5, ni probablemente será el mejor mundo abierto en el que hayas jugado, pero sí uno muy distinto a todo lo demás que hayas probado, y con un derroche de personalidad que nos ha conquistado.

VALORACIÓN:

Pocos mundos abiertos ofrecen una experiencia tan única y distinta como Tchia, un juego con una personalidad tan arrolladora como su propio mundo o las mecánicas que propone. Aun con sus fallitos y aspectos técnicos mejorables, es un juego que merece una oportunidad, a poco que te vayan los juegos en mundo abierto.

LO MEJOR:

Su mundo abierto invita a explorar y jugar con sus mecánicas. No te obliga a hacer nada que no te apetezca. La parcela sonora.

LO PEOR:

Detallitos y fallitos técnicos como rascadas de fps, denotan que viene de un estudio humilde. No es especialmente largo.

Plataformas:

PC,

PS4,

PS5

Versión comentada: PS5

Hobby

85

Muy bueno

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