Crítica de Chino Americano, la serie de mitología china dirigida por Destin Cretton para Disney+

Chino Americano (American Born Chinese) tenía muchos elementos para que, fusionándolos, el resultado fuera una buena serie para el catálogo de Disney+, pero al final se ha quedado en una apuesta decente que sólo destaca por las tres cosas que llamaban la atención de ella en un principio.

El material del que parte la serie American Born Chinese es la novela gráfica homónima de Gene Luen Yang, en la que se entremezclan elementos autobiográficos con la mitología china, inspirada por la novela de Viaje al Oeste, para explicarnos la realidad del joven norteamericano Jin Wang con raíces chinas.

Destin Cretton ha sido el encargado de llevar a la pequeña pantalla la galardonada novela gráfica, dirigiendo los ocho episodios de 35 minutos de esta serie de Disney Plus, que no es de Marvel aunque pueda parecerlo. Hay acción y hay mitología china, y todo eso nos remite fácilmente al anterior trabajo del director para Disney con Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos (2021). 

También tenemos a Michelle Yeoh, a Ke Huy Quan y a Stephanie Hsu en el reparto de Chino Americano, quienes coinciden en pantalla muy poco tiempo después de arrasar en la oscarizada Todo a la vez en todas partes (2022), aunque en esta ocasión sin ser una familia y con bastante menos protagonismo.

¿Merece la pena Chino Americano?

Disney Plus tenía la posibilidad de hacer algo potente, algo por lo que mereciese la pena tener todos estos ingredientes en un único lugar. Y, sin embargo, la serie se deja ver sin llamar demasiado la atención. 

Incluso parecía prometedora la secuencia inicial, de una persecución en el reino de los cielos, con sus campos rojizos atravesados por Sun Wukong mientras se transformaba en distintos animales para tratar de dar caza a su hijo.

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Muchas son las series que, a mitad de temporada, introducen un capítulo alejado de la trama principal, que cambia el tono, la estética, un pequeño interludio que llega cuando ya se ha ganado tu confianza en los episodios previos.

Entonces arriesga con algo atrevido, te cuenta una historia relacionada tangencialmente con lo que estás viendo. Es un soplo de aire fresco, y muchas veces estos son los episodios más alabados. 

Chino Americano tiene uno de esos, que sirve para destrozar lo poco y mal que habíamos visto de Viaje al Oeste hasta ahora, bajo la premisa de estar ante un capítulo de una antigua serie de televisión en la que se pueden permitir maquillajes poco convincentes y decorados que se caen con mirarlos.

Teniendo cierta familiaridad con la mitología china, apenas aporta American Born Chinese. Y a la serie de Disney Plus le habría sentado bien distanciarse de este punto en el que flaquea para centrarse en un costumbrismo que no termina de explorar, a pesar de lo atractiva que suene en un primer momento la combinación de ambas temáticas.

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Su protagonista es un chico anodino, un otaku que oculta su verdad y que se pone del lado de los bullies para pasar desapercibido, buscando a toda costa integrarse en una sociedad que se esfuerza por expulsarlo. 

No tiene tanta fuerza lo que vemos en él, como las interacciones que se producen en el mundo que lo rodea, esas actitudes racistas que aparecen salpicando el relato. 

La directora del colegio juntándolo con su nuevo compañero de instituto por ser chino, una tienda china que está al borde de la quiebra porque los blancos se han apropiado de sus productos, o el encasillamiento de intérpretes asiáticos en un mismo rol durante décadas.

Es en este último punto donde entra en juego Ke Huy Quan, interpretando a un antiguo actor de sitcom que poco a poco va ganando protagonismo para denunciar a la industria audiovisual y reflexionar sobre los remakes de series que fueron populares hace años.  

Cuando aparece, renace el interés por Chino Americano, al igual que cuando entra en escena Michelle Yeoh en el papel de la Diosa Guanyin, ambos carismáticos y sabiendo hacer casar muy bien el dramatismo con la comicidad. Lo malo es que no son quienes protagonizan la serie, y que la serie no tiene mucho más que decir. 

La búsqueda de la aceptación de sí mimo por parte de Jin Wang pasa por una sucesión de acontecimientos insulsos que lo llevan a lidiar con los problemas del hijo del Rey Mono, empeñado en que él sea la respuesta a su viaje por nuestro reino de mortales. Le quitas esto, y se convierte en una serie de instituto genérica, si no lo es ya, pero con artes marciales.

Si nos limitamos a comprar el producto con otro reciente lanzamiento de Disney+, Red (2022) lograba acertar más con su mensaje, sin extenderse tanto. A pesar de todo, Chino Americano (American Born Chinese) incluso se atreve a plantear una nueva temporada en sus últimos minutos, cuando ya no habría más material sobre el que construir.