Crítica de Avatar: La leyenda de Aang, un nuevo live action para Netflix que no aporta nada nuevo

Contrario al que se supondría como el orden lógico, me sumergí en el universo de Avatar: La leyenda de Aang por el final de La leyenda de Korra y tiempo después de haber visto el live action de M. Night Shyamalan, pero me quedé por su worldbuilding. 

El mundo ficticio de inspiración asiática que combinaba artes marciales con el dominio de los cuatro elementos, creado por Bryan Konietzko y Michael Dante DiMartino utilizando como referente el anime, resultaba cautivador porque iba más allá de lo evidente.

Su historia superficial quizá fuera la del bien contra el mal, pelear por salvar el mundo, pero bajo ella se descubría que esa lucha tenía muchos matices porque los móviles de cada personaje atendían a unas razones coherentes en un contexto e impensables en otro.

La saga se preocupaba por mostrar el amor hacia cualquier comunidad, hacia la naturaleza, enseñándonos que esos movimientos corporales que hacían temblar las rocas o levantaban los vientos eran el reflejo de una profunda conexión con los elementos e incluso con la espiritualidad. 

Las tierras de Avatar: La leyenda de Aang parecían vivas porque siempre han estado en una constante evolución, desarrollando a sus personajes y a las cuatro naciones a través de nuevas series de televisión, cómics o libros que enriquecen este universo y lo vuelven más sólido de lo que es posible apreciar revisando cada material publicado de manera independiente. 

Agua, tierra, fuego, aire

La serie de Netflix, que perdió el apoyo de Bryan Konietzko y Michael Dante DiMartino al no poder tomar el control creativo de la producción, es incapaz de lograr lo que lleva haciendo la saga durante más de una década, al no ser más que una versión renovada y en imagen real de la primera temporada de la serie animada, a pesar de no estar exenta de sus mismos mensajes.

Avatar: La leyenda de Aang se mantiene fiel a nivel estético, con un casting seleccionado con mimo, y un perfecto diseño de vestuario y peluquería que imita sin desviarse los diseños originales. 

Una vez más, Aang, Katara y Sokka dan el salto a la realidad, pero en esta ocasión de forma fidedigna, salvando los sacrificios que se deben hacer al pasar de un medio a otro, modificando algunos rasgos de personalidad o no pudiendo alcanzar la excelencia en todos los aspectos técnicos.

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Las ciudades exuberantes cobran vida ante tus ojos con un asombroso despliegue de montañas rusas de piedra y murallas infranqueables de hielo, vivas en sus calles con mercados en los que se entremezclan personas con animales fantásticos.

Su acercamiento visual siempre roza lo onírico, fruto de unos entornos imposibles, pero lastrados por los abundantes desenfoques de los fondos, y la iluminación neblinosa que rodea a sus personajes. Una decisión consciente de irrealidad, como ya hiciera 300 a su manera para acercarse al cómic de Frank Miller, pero con la que no termino de conectar.

Superada la impresión inicial, no hay nada en esta serie que justifique verla. Su rico universo lo es gracias a todo lo que la envuelve y, por sí sola, no aporta ninguna cosa relevante a lo que ya está hecho. 

La audiencia más joven no tendrá problemas en lanzarse a por esta historia de artes marciales con esteroides, e incluso quienes disfrutaron con el live action de One Piece podrían encontrar aquí una nueva producción de la que enamorarse hasta la llegada de su segunda temporada. Para el resto, aún hay esperanza. 

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Bryan Konietzko y Michael Dante DiMartino abandonaron la serie de Netflix, pero en lugar de desvincularse por completo de aquello que habían creado erigieron Avatar Studios, una división de Nickelodeon -donde todo empezó- en la que se seguirá desarrollando el universo audiovisual de Avatar: La leyenda de Aang bajo la supervisión de quienes lo hicieron posible. 

Idílicamente, para seguir añadiéndole capas de profundidad y que este nuevo “universo expandido” alcance –no me creo que vaya a decir esto- algo parecido a lo conseguido por Marvel, que apela a una audiencia plural ofreciendo contenidos bastante diversos aunque sin salirse de su línea editorial.  

Avatar: La leyenda de Aang estrena de forma íntegra su primera temporada en Netflix el próximo jueves 22 de febrero, con un total de ocho episodios de aproximadamente 60 minutos de duración cada uno.