Algunas películas nacen para ser amadas, otras, todo lo contrario, las odias con avaricia. Pero también hay películas que valen para las dos cosas, según sople el viento cuando las veamos por primera vez.
Dicen que sobre gustos no hay nada escrito, y el mundo del cine es un ejemplo constante de ello. A la hora de ver películas de todo tipo, hay géneros que nos gustan y otros que, sencillamente, no son para nosotros.
Incluso teniendo esto presente, hay películas que, pese a pertenecer a géneros que nos enamoran y contar con todos los ingredientes para fascinarnos: reparto, ambientación, dirección… consiguen el efecto contrario en nosotros, pero no en otros que nos rodean.
La historia del cine está plagada de casos de películas que han dividido a la audiencia y que, mientras unos recomiendan encarecidamente, otros advierten de que la peste bubónica es un pasatiempo más placentero.
Hoy, en Hobby Consolas, repasamos 10 películas que no han conseguido hallar el equilibrio en el público: las amas o las odias.
- Kick-Ass: Listo para machacar
- Bright
- Star:Wars: Episodio VIII - Los últimos Jedi
- 2001: Una odisea del espacio
- La ciudad de las estrellas: La la land
- El hombre de acero
- La naranja mecánica
- La pasión de cristo
- Borat
- 300
Kick-Ass: Listo para machacar
Matthew Vaughn deconstruyó el género de superhéroes aprovechando los primeros años de apogeo del UCM con Kick-Ass: Listo para machacar.
La comedia de acción cosechó un gran éxito y es, con frecuencia, citada como una película de superhéroes atípica que destaca aspectos mucho más oscuros.
Sin embargo, hay gente que no la encontró nada divertida y la ha llegado a tildar de excesivamente violenta, ofensiva e insufrible.
Vamos, que cuando esta gente cogiese un cómic de The Boys o pusiera la serie de Prime Video, le debió explotar la cabeza.
Bright
Netflix
La crítica especializada apedreó con tanto ahínco el cóctel de buddy movie y cine fantástico de Netflix que casi parecía que Bright, la película de David Ayer, era el anticristo convertido en largometraje.
El estreno de la película en Netflix se valió de la presencia de Will Smith para atraer al público, temeroso tras las críticas.
Muchos estuvieron de acuerdo en que era una película que parecía escrita con los pies, pero otros tantos encontraron una combinación de géneros muy bizarra que bien merecía una secuela.
Star Wars: Episodio VIII - Los últimos Jedi
El fandom de Star Wars no ha remado nunca en la misma dirección. Sin embargo, desde hace unos años, hablar de división entre los fans de la saga implica recordar una película.
Star Wars: Episodio VIII - Los últimos Jedi polarizó tanto a los fans de la franquicia que los coletazos siguen durando hasta hoy.
Su sucesora, El ascenso de Skywalker, se quedó cerca, pero no calentó los cascos de sus detractores tanto como la cinta dirigida por Rian Johnson.
Los últimos Jedi es el ejemplo perfecto de la división en uno de los fandoms más grandes del mundo, pero la trilogía de las precuelas ya nos había preparado para ello.
2001: Una odisea del espacio
El tiempo ha sido el peor enemigo de la obra maestra de Stanley Kubrick. 2001: Una odisea del espacio es una de esas películas que paga el peaje de los años.
Para unos, el filme de 1968 sigue siendo un referente imprescindible para todo cinéfilo que quiera hablar de cine teniendo un mínimo de idea.
Sin embargo, otros consideran que los 139 minutos de metraje espacial de Kubrick y su ritmo lento se hacen eternos e insufribles; casi imposible de digerir en una sola sesión.
La ciudad de las estrellas: La la land
La película que ganó y perdió el Óscar en cuestión de un minuto es también conocida por haber logrado rendir homenaje al jazz y enfadar a los amantes del género musical al mismo tiempo.
De las virtudes de La la land no hace falta que hablemos: el filme de Damien Chazelle es bien conocido y todos lo tenemos, más o menos, reciente.
Pero a muchos no les gustó que Sebastian, el personaje de Ryan Gosling, un hombre blanco, "salvase" un género musical creado por músicos negros.
Tampoco gustó la "simplicidad" del personaje de Emma Stone, Mia, en comparación con Sebastian. Luego, claro, están los detractores de los musicales en el cine, pero no los incluiremos en la mezcla.
El hombre de acero
Otro fandom donde la división es el pan de cada día es el de DC. Pocas películas ejemplifican eso como El hombre de acero, el filme de Zack Snyder que convirtió a Henry Cavill en Superman.
Muchos consideraron la película larga, oscura y excesivamente destructiva. Incluso se sugiere que Snyder "traicionó" la esencia del personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster.
Por el contrario, otros muchos fans consideran que la película hace una de las actualizaciones de personajes de cómics más osadas e importantes de los últimos años.
La naranja mecánica
Stanley Kubrick vuelve a nuestra lista con otra de sus mejores —o peores, lo que prefiráis— películas: La naranja mecánica.
La surrealista película ha generado uno de los personajes más icónicos de la historia del cine, Alex (Malcolm McDowell).
Unos respetan el trabajo de Kubrick al construir esta distopía criminal de ciencia ficción que ha trascendido el correr del tiempo, al contrario de 2001.
Otros, no obstante, desprecian los diálogos de La naranja mecánica, el mensaje y consideran sobrevaloradísima la presencia de Alex.
La pasión de cristo
Hay pocas cosas en este mundo que polaricen más que el deporte (de equipos) y la política, pero está claro que la religión es otra pata en ese banco.
Mel Gibson lo comprobó de lo lindo con La pasión de cristo, la película que narraba sin tapujos los últimos años de Jesús de Nazaret.
La forma en que se retrata al pueblo judío no sentó bien entre dicha comunidad. También se criticó que la película parecía más una nueva entrega de Saw que un filme bíblico. Porque todos saben que la historia del cristianismo ha estado carente de cualquier tipo de violencia malsana.
Borat
El falso documental de Sacha Baron Cohen de 2006 está concebido para ser divisivo, ya que explota, deliberadamente, la capacidad de ofender a cualquiera.
Muchísima gente disfrutó de las situaciones surrealistas por las que pasó el periodista kazajo interpretado por Cohen en su viaje a Estados Unidos.
Pero otros no eran capaces de ver la película sin levantarse, enfurruñados y asqueados a partes iguales.
300
Como nos parecía que Kubrick estaba muy solo con dos películas en la lista, vamos a traer otra de Snyder.
Lo creáis o no, hay gente que considera 300 una película que hace "apología de la guerra", porque la novela gráfica de Frank Miller y Lynn Varley que adapta trataba sobre hacer galletas. Critican el grado de violencia y la saturación de efectos visuales.
Otros, claro, elogian la ambientación y la recreación de un hecho histórico que, no obstante, los siglos han mitificado más de la cuenta en muchos aspectos.
Estas son solo 10, pero las películas que han dividido al público de manera exagerada son muchísimas, y más de una tremendamente popular, como Forrest Gump. ¿Se os ocurren más películas que no tengan término medio?
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