La serie estrella de Star Wars ha alcanzado niveles de fascinación tan elevados que se antoja un listón difícil de superar sin echarlo todo a perder.
Cuando The Mandalorian llegó en 2019, causó furor entre los fans de Star Wars de todo el mundo por varias cualidades de las que hizo gala: una calidad de producción innovadora, homenajes a la saga en cada plano, el enigma de un personaje bajo el casco o un enfoque distanciado de los Skywalker, convertían la serie en algo único.
Pero fue el pequeño Baby Yoda, conocido en ese momento como The Child, mucho antes de conocerse el nombre de Grogu, lo que hizo que la serie de Star Wars liderada por Pedro Pascal viralizase en redes sociales como la pólvora.
El absoluto secretismo con el que se mantuvo la presencia del adorable animatrónico fue un golpe de efecto clave para el éxito de la serie, y una pesadilla para cualquiera que aspirase a no zamparse 800 spoilers con una sola visita a Twitter —porque entonces se llamaba Twitter, como debía ser—.
La propia primera temporada terminaba con otro golpe de efecto con la aparición de la Espada Oscura en manos del Moff Gideon, pero no fue tan abrumadora como el debut de Baby Yoda.
En ese momento pensábamos ¿cómo se puede superar esto? Entonces llegó la temporada 2 de The Mandalorian y sucedió la magia.
Todos esperábamos la aparición de Ahsoka Tano, que vio a Rosario Dawson debutar en el papel oficialmente. Su aparición estuvo bien, como lo estuvo la de Katee Sackhoff dando vida en acción real a Bo-Katan Kryze o la de Temuera Morrison como Boba Fett, pero la guinda del pastel ha marcado un listón que, por ahora, y en mi modesta opinión, no se ha superado: Luke Skywalker.
Un momento mágico para ser fan de Star Wars
El rescate, el episodio final de la temporada 2 de The Mandalorian, generó mucho revuelo en el fandom por cómo sería el salvamento de Baby Yoda en el crucero de Gideon. Las teorías eran locas a rabiar: desde la aparición de Mace Windu al mismísimo Kyle Katarn. Incluso vi algunas sobre la llegada de Cal Kestis al live-action, pero aún esperamos ese momento.
También había quien hacía sus cábalas con Luke Skywalker, especialmente por la decepción mayoritaria que supuso su paso por la trilogía de las secuelas hasta morir en Star Wars: Episodio VIII - Los últimos jedi. No obstante, esta opción se barajaba como una sobrada, fruto de los anhelos y casi irrealizable… casi.
Un caza estelar Ala-X pasa como un rayo ante los ventanales de la nave de Gideon justo cuando los monstruosos soldados oscuros parecen a punto de abordar el puente.
El ambiente cambia, la música cambia, Baby Yoda nota algo, tú notas algo… Una figura oscura entabla combate con los soldados oscuros, pero lo ves en blanco y negro en las grabaciones de seguridad. Luego ves el filo verde cortando metal como si fuera mantequilla… un meca tras otro caen ante él.
Es entonces cuando ves el guante y reconoces una empuñadura que llevas viendo desde que correteabas por casa. De pronto, vuelves a ser aquel niño —o niña— que soñaba con viajar a esa galaxia muy, muy lejana donde los felpudos con patas y los lingotes de oro podían ser tus compañeros de viaje.
Pensabas que esas teorías locas que circulaban por la red eran absurdas, y la magia vuelve a surgir cuando ves el rostro rejuvenecido de Mark Hamill de nuevo interpretando al hijo de Anakin Skywalker. Sí, era un CGI mejorable, pero ¿qué más da? ¡Es Luke!
El listón que Star Wars aún busca superar
Desde que The Mandalorian nos fascinó con esa escena de Luke Skywalker, Star Wars no ha sido capaz de repetir sensaciones: Ni Cad Bane en El libro de Boba Fett, ni el mythosaurio en la temporada 3 de The Mandalorian…
Lo más parecido que hemos tenido ha sido la presencia de la joven Ahsoka Tano interpretada por Ariana Greenblatt en el episodio 5 de Ahsoka, y fue porque nadie se lo esperaba, una cualidad que parece que casi todas las series han perdido.
Lo de anunciar la presencia de personajes con una antelación insultante se ha convertido en la tónica para generar expectación, pero arruina momentos inolvidables como los que nos dejó The Mandalorian.
Disney | Lucasfilm
Esta es una opinión personal, pero agradecería que en Lucasfilm se dejasen de anuncios de personajes y retomasen el cuidado por lo que se revela de sus proyectos. Me alegra no saber gran cosa de Skeleton Crew porque me predispone a sorprenderme, para bien o para mal.
Sabes que Thrawn, Sabine Wren, Hera Syndulla o Ezra Bridger iban a estar en Ahsoka, rebajaba mis expectativas. Me encanta Star Wars Rebels, pero no hacía falta que me vendiesen la serie con ellos.
Lo mismo sucede con Hayden Christensen: ha tenido un gran regreso en Ahsoka y, anteriormente, en Obi-Wan Kenobi, pero se anunció con tanta antelación que, básicamente, uno se limita a decir "Oh, así que aquí es donde aparece".
Esperemos que las sorpresas buenas regresen en algún momento y, ya que estamos, que se apueste por personajes nuevos para que los ya conocidos recuperen esa aura de ser "especiales". No hace falta que en una serie aparezca toda la peña con cameos: a veces, menos es más.
Pero es la opinión de un servidor, claro, puede que tú pienses de un modo distinto y quieras que el fan service siga dominando la narrativa de las series y películas —y no solo de Star Wars—. ¿Qué piensas al respecto?
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