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Misión Imposible, Fast & Furious, Creed, John Wick... ¿por qué siguen funcionando las grandes sagas de acción?

Mision Imposible John Wick cine de accion

Misión Imposible, John Wick, Fast & Furious o Creed demuestran que las grandes sagas de cine de acción siguen funcionando frente al fracaso de muchas otras franquicias de Hollywood.

El año 2023 está siendo catastrófico para la taquilla de las superproducciones de Hollywood. Dos películas que, a priori, tenían papeletas para ser las más populares del año, Flash e Indiana Jones, han acabado provocando pérdidas millonarias a dos de las majors más grandes: Disney y Warner.

La culpa, en parte, son sus desorbitados presupuestos de más de 250 millones de dólares, pero si eso ocurre en primer lugar es por una fe ciega en el fan service y creer que una saga popular va a serlo siempre.

El gusanillo de ver a los héroes de nuestra infancia con arrugas y canas, lo que aupó al Episodio VII de Star Wars en 2015, ya no funciona igual que antes. 

Las estrellas de esos dos recientes blockbusters (Harrison Ford con 80 años y, en Flash, el coprotagonismo de Michael Keaton como Batman de 70 años) son dos personajes de acción totalmente desubicados en 2023. Es hora de pasar página, y si una saga quiere mantenerse joven para siempre, no basta el maquillaje digital: deben ofrecer algo nuevo.

Indiana Jones y el Dial del Destino Harrison Ford

No es una aversión a las franquicias y a las secuelas: otras sagas como Fast & Furious, Creed (Rocky) o John Wick siguen funcionando muy bien. 

Y ahora se estrena una nueva entrega en la reina de todas las sagas de acción: Misión Imposible: Sentencia Mortal Parte 1, con un rarísimo 99% en RottenTomatoes y protagonizada por Tom Cruise todavía surfeando en el éxito de Top Gun Maverick, una de las más taquilleras del año pasado ¿Qué tienen estas franquicias que no tengan Indiana Jones?

La última de Indiana Jones quizás no sea la peor de la saga, pero tuvo muchos defectos, todos permeados por una sensación de desgana que se pueden resumir una poco justificable razón de existir: si un director o guionista se iba, era intercambiado por otro.

No voy a ser ingenuo: ninguna película comercial es "necesaria" o "innecesaria". Todas nacen de una proyección matemática: si las cuentas se esperan que van a salir positivas, salen adelante.

Pese a ello, Indiana Jones 5 se queda tan a medio gas en todo (guion, escenas de acción, el supuesto cierre del personaje) que da la sensación de haberse hecho solo para cumplir las exigencias de unos accionistas, porque era Indiana Jones y ¡cómo no iba a hacerse otra de Indiana Jones!, sin estar motivados por una verdadera intención de contar algo o mostrar algo que no se hubiera contado o visto nunca.

Las franquicias de acción que se resisten a envejecer

Keanu Reeves en John Wick 4

Lionsgate

A John Wick quizás le pase como a Indy, y también sufra de agotamiento dentro de unos años, si los spin-offs previstos no atinan. Pero de momento es una saga que sube como la espuma, con cada nueva entrega rindiendo mejor que la anterior tanto a nivel comercial como ante el público y la crítica. 

En John Wick 4, el director Chad Stahelski, consagrado para siempre en el panteón del cine de acción junto a un Keanu Reeves con incombustible carisma, acepta el reto de superar lo insuperable con unas coreografías y fotografía que demuestran que todavía se puede innovar y sorprender al grabar escenas de acción.

Creed 3

Creed es un ejemplo curioso, porque es una franquicia que nació con el mismo fin que la ola de "secuelas nostálgicas" de los últimos ocho años: mostrar el ocaso de un personaje mítico del cine de acción setentero y ochentero. 

Sin embargo, en su tercera entrega ya no sale Stallone, retirado a tiempo con un final muy digno, y eso no le ha impedido convertirse en la más taquillera de las tres, con una cuarta peli ya asegurada. En su lugar se centran en Adonis Creed, interpretado por Michael B. Jordan, uno de los mejores actores de su generación, convirtiendo a Creed en una franquicia del siglo XXI de pleno derecho.

Jason Momoa en Fast & Furious X

Universal Pictures

Y no podemos olvidarnos de Fast & Furious, una saga que supo reinventarse hasta convertirse en la franquicia "top" de Universal, con escenas de acción francamente espectaculares y apostando todavía por gran cantidad de efectos especiales prácticos: choques, acrobacias y explosiones reales, minimizando el CGI.

Y eso nos lleva a esta semana, el regreso de Ethan Hunt en Misión Imposible. Quizás sea una franquicia que nació en una serie de los 60 y que luego regresó con un remake de Brian de Palma en 1996. 

Pero la Misión Imposible que todos conocemos ahora es una entidad totalmente diferente, personalizada en Tom Cruise no solo como actor, también como productor, que junto a Christopher McQuarrie ha creado la saga de acción definitiva del siglo XXI (sobre todo a partir de la cuarta entrega).

Tras un mes de junio muy decepcionante (junto a Flash e Indiana Jones también se han estrenado películas como Transformers o Elemental con resultados de taquilla muy pobres), vuelve a recaer en Tom Cruise la misión de salvar el verano.

Las proyecciones pronostican que podría ganar hasta 250 millones de dólares en su primera semana (se estrena el miércoles en más de 70 mercados), pero debido a su presupuesto debería superar los 700 millones de dólares para ser rentable.

Misión Imposible, John Wick, Creed y Fast & Furious, aún con sus orígenes dispares y sus irregularidades, saben aportar frescura e innovación al cine de acción y espectáculo de hoy día, de una forma que otras franquicias, movidas por la inercia y el pedigrí, son incapaces de lograr.

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