Uno de los mangas menos conocidos de Akira Toriyama por fin tiene el reconocimiento que merece gracias a la película, serie y este videojuego de Sand Land. Aquí van nuestras primeras impresiones tras conocer con Beelzebub un mundo que va mucho más allá de la tórrida arena.
La triste noticia del fallecimiento de Akira Toriyama nos dejó a todos planchados, pero a la vez sirvió para que recordáramos que el legendario autor fue mucho más que Dragon Ball. Sand Land fue un manga corto, sencillo, pero en el que se notaba que el sensei quiso disfrutar, después de la presión que supuso dibujar a Goku durante 11 años.
Ahora, casi 25 años después de la publicación original de esta historia, nos están llegando tanto una película como una adaptación a serie de la misma y, por supuesto, este videojuego en forma de aventura de acción con toques de RPG.
El juego de Sand Land para PS4, PS5, Xbox Series X|S y PC parecía un proyecto extraño, al basar una aventura de corte amplio en un manga que se puede leer sin problema en menos de una tarde, pero hemos podido probarlo gracias a los chicos de Bandai Namco y, desde luego, sale bien parado en los primeros compases.
Hemos tenido ocasión de jugar algo más de 3 horas a la versión de PC para probar todos los matices, que no son pocos, de la dinámica de juego. A grandes rasgos, nosotros controlamos en tercera persona a Beelzebub, el príncipe de los demonios, en su viaje junto al Sheriff Rao y el demonio ladrón Thief para encontrar el manantial legendario que traiga el agua de vuelta al desierto.
Como demonio que es, Beelzebub tiene habilidades y sentidos sobrehumanos, por lo que podemos desplazarnos a toda velocidad por los escenarios y dar enormes saltos para las puntuales zonas de plataformeo. Pero, sobre todo, Belce es un as de la lucha, lo que nos sirve en los numerosos combates en tiempo real a los que nos vamos a enfrentar.
El sistema de combate es sencillo, con fijación de objetivo, combos rápidos de golpes, fintas y ataques especiales cuando tenemos la energía a punto, pero esto es solo un punto de arranque respecto a lo que la acción y la exploración nos tienen que ofrecer.
Y nunca mejor dicho lo de arranque, porque en los vehículos reside buena parte del encanto del juego. En el tramo inicial que probamos, nos tocaba conseguir el icónico tanque que vemos en la historia original. Gracias a una especie de cápsulas hoi-poi dragonballeras, podemos "invocar" y salir del tanque cuando queramos.
El tanque, lógicamente, tiene una potencia de fuego muy grande, pero es lento en su cadencia de tiro y su capacidad de maniobra. La sorpresa está en que vamos consiguiendo más vehículos que no aparecían en el manga.
Por un lado tenemos una moto, que no es muy contundente pero alcanza enormes velocidades, incluso con turbo. Por eso, es ideal para las partes en las que nos desplazamos a través del desierto de un lugar a otro.
También contamos con una especie de tanque bípedo, que puede ejecutar algunos saltos enormes, ideales para movernos entre plataformas muy distantes; en este tramo, también usamos mucho un hovercar, que puede planear durante un par de segundos y permite, por ejemplo, flotar sobre el agua.
Por último, hemos desbloqueado la armadura de combate, una suerte de mecha al más puro estilo Toriyama (¿recordáis la Pilaf Machine?) que propina bestiales golpes cuerpo a cuerpo y puede levantar objetos pesados.
Ir alternando entre estos vehículos es muy divertido e incluso obligatorio para superar ciertas mazmorras... O para derrotar a gigantescos jefes finales, como un calamar con muy mala uva.
Más allá de la arena
No son las únicas novedades que tendremos respecto al material original. La más importante es Forest Land, un territorio completamente nuevo que también aparece en la serie de Disney Plus.
Como su nombre indica, es un lugar mucho más fértil, con frondosa vegetación, un enorme terreno por visitar y sus propios problemas. Allí, deberemos ayudar a la resistencia a deshacerse de las fuerzas que ocupan el territorio.
Entre este nuevo territorio y el ya conocido iremos cruzándonos tanto con los personajes originales de la historia (desde la patrulla de Swimmers hasta el general Are) como con nuevos secundarios diseñados para la ocasión.
La más importante será Ann, una hábil mecánica con un pasado misterioso que nos acompañará durante buena parte del viaje.
Para que la experiencia sea mucho más completa, no solo tendremos las misiones principales, sino montones de entretenimientos extra, como personalizar nuestros vehículos con mejoras estéticas y de rendimiento y tiendas en las que adquirir items como la preciada agua, que restaura nuestra salud.
Los toques de RPG vendrán por las subidas de nivel que nos permitirán ir actualizando el típico árbol de habilidades para nuestros personajes. Por supuesto, será importante vigilar que el nivel de los enemigos no sobrepase demasiado el nuestro o nos darán para el pelo.
En algunos momentos el desarrollo cambia, para basarse más en la infiltración pura y dura, ya sea con Beelzebub o con Thief, que para algo es el especialista en robo.
Estas partes nos han parecido más sosillas por ahora, porque los vigilantes siguen patrones excesivamente robóticos, pero se agradece que haya cambios de tercio.
Por supuesto, no faltan tampoco las toneladas de minijuegos secundarios, ya sea con carreras en pleno desierto o con desafíos de cazarrecompensas, por ejemplo.
Todo esto, en un entorno que va más allá de los áridos desiertos y las zonas boscosas de Forest Land. Visitaremos bases militares, templos llenos de puzzles basados en nivelar el agua o incluso la lujosa capital del reino. Como veis, se ha creado todo un mundo en torno al concepto general de Sand Land.
Si os somos sinceros, antes de probar el juego esperábamos una experiencia algo más sosilla, pero las primeras horas de juego nos han parecido muy satisfactorias.
Por un lado, el juego nos va "premiando" con momentos de la historia original, como los divertidos diálogos entre Rao, Thief y Beelzebub o las menciones al pasado de cada uno. Por otro, expande ese lore con algunas ideas generalmente afortunadas. Suponemos que acabará habiendo relleno, como suele pasar con estos juegos, pero las misiones generales por ahora convencen.
El apartado visual también es bastante convincente, en especial por el uso de un cel-shading sin complejos, utilizando incluso sombreados a base de tramas, como hacía el propio Toriyama. Los modelos de personajes son muy fieles, como era de esperar, si bien es cierto que las facciones no nos acaban de cuadrar del todo con las originales. Pejiguero que es uno, vaya.
Con todo, estamos contentos con lo que hemos visto. Sand Land promete ser grande, variado y cómodo de controlar. Nos recuerda a los buenos tiempos de juegos de corte similar como Naruto Rise of a Ninja o más recientes como Dragon Ball Z Kakarot, salvando las distancias. Tenemos ganas de que llegue el lanzamiento el 26 de abril para poner nuestra piel morena sobre la arena.
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