Análisis de The Cosmic Wheel Sisterhood, una aventura que quiere cambiar tu universo

A veces, enredados como estamos en constantes anuncios de juegos AAA y aventuras movidas por Unreal Engine 5, nos olvidamos que juegos aparentemente sencillos pueden remover algo en nuestro interior con solo un puñado de píxeles y, eso sí, una buena historia. Ese es el caso de The Cosmic Wheel Sisterhood, que llega el 16 de agosto a PC y Nintendo Switch.

El juego llega gracias a Devolver Digital y es obra de Deconstructeam, un estudio valenciano que ya ha demostrado su buen hacer con juegos como The Red Strings Club o Gods Will Be Watching. Este es su proyecto más ambicioso hasta el momento y, aunque parezca simple en su aspecto exterior, su "lore" abarca el tejido mismo del universo.

El análisis de The Cosmic Wheel Sisterhood en Hobby Consolas:

• El gameplay de The Cosmic Wheel Sisterhood
• Nivel de dificultad de The Cosmic Wheel Sisterhood
• ¿Cuántas horas dura The Cosmic Wheel Sisterhood?
• La opinión de Hobby Consolas de The Cosmic Wheel Sisterhood
• Nota: lo mejor y lo peor de The Cosmic Wheel Sisterhood

Jugabilidad y gameplay de The Cosmic Wheel Sisterhood

El juego nos pone en la piel de Fortuna, una bruja que ha sido exiliada por la líder de su aquelarre, por lo que deberá permanecer aislada durante 1000 años en un pequeño asteroide. Como ella usa el tarot para la adivinación, el exilio parece tener que ver con eso, pero al principio apenas sabemos los detalles.

200 años después de que arrancara el exilio, Fortuna está harta de ello y hace un pacto con Ábramar, un behemot (un ser más antiguo que el propio universo), lo cual supone una interacción prohibida. Él la ayuda a romper su exilio a cambio de pagar un alto precio...

A partir de ese momento, tomamos el control como jugadores. En realidad, apenas podemos elegir unos lugares de la casa para que Fortuna se dirija a ellos o bien seleccionar alguna de las opciones de respuesta disponibles, primero con Ábramar y luego con otros personajes que vengan a visitarnos.

Las opciones de respuesta pueden basarse en "acertar" una pregunta, dar nuestra opinión sobre algo o bien seguir indagando sobre un tema, pero no hay un modo correcto y definitivo de ir superando el juego. Muchas veces, lo que respondamos alterará el transcurso de la partida, de tal forma que varíe nuestra relación con alguien, el destino de nuestro aquelarre o incluso el destino del universo.

Lo interesante es que muchas veces no nos daremos cuenta de las repercusiones de nuestras respuestas hasta mucho tiempo después, cuando ciertos acontecimientos las traigan de vuelta a nuestra memoria.

Hasta este punto, el juego podría recordar en cierto modo a títulos de Quantic Dream como Detroit o Beyond: Dos Almas, pero más allá de su atractiva y sencilla estética pixelada, The Cosmic Wheel Sisterhood tiene una seña de identidad muy clara: sus cartas.

Fortuna ha de diseñar nuevas cartas para seguir leyendo el futuro a las personas con las que hable. Según ciertas acciones, podremos ir acumulando puntos de energía elemental (fuego, agua, aire y tierra) y luego podemos canjear esos puntos por las ilustraciones que colocaremos en las cartas.

Cada ilustración tiene un valor diferente (dos de fuego y uno de aire, por ejemplo) y eso afectará a las predicciones que podamos hacer al sacar esa carta. Por ejemplo, la energía de fuego suele dar pie a respuestas mucho más radicales y tajantes, que pueden parecer negativas en un principio...

Además, cuando nos toque leer el futuro a alguien, la carta que saquemos se elegirá al azar de entre todas las que hayamos creado, así que el devenir de nuestros acontecimientos siempre tendrá un componente de "no sé bien qué va a pasar".

Aunque la partida se guarda automáticamente, no podremos cargar momentos previos de la misma, tendremos que apechugar con los acontecimientos y decisiones que hayamos tomado. Precisamente, esa es parte de la gracia de la experiencia: pensar cómo reaccionamos ante lo que nos depara el destino.

¿Es difícil The Cosmic Wheel Sisterhood?

Como tal, la aventura es enormemente fácil de jugar y, de hecho, no existe un game over como tal, sino que se nos invita a dejarnos llevar por los acontecimientos que nosotros mismos elijamos.

Lógicamente, si lo que buscamos es agradar a unas personas u otras, la clave estará sobre todo en usar el sentido común, para elegir la respuesta que más pueda agradarles o bien llevarlos al "terreno" que nosotros vivamos.

Hay cierto grado de incertidumbre, primero porque el juego nos esconde ciertas facetas claves de nuestro personaje y de los demás hasta que funcione "dramáticamente" contarlas, además de que estamos sujetos a las opciones que vayan sugiriendo las cartas que saquemos al azar. Por tanto, nunca podemos estar preparados para todo, pero usar el coco para elegir suele funcionar bien.

Duración de The Cosmic Wheel Sisterhood

Los propios desarrolladores aclaran que la aventura se puede superar en un mínimo de 6 horas, si sois rápidos leyendo y creáis las cartas con velocidad, pero puede que la experiencia se os alargue hasta casi las 10 horas.

Lo interesante es que, como los acontecimientos pueden llegar a ramificarse tanto, el conjunto es muy rejugable, para que probemos diferentes respuestas, creemos naipes con otros poderes elementales...

Las conversaciones y reacciones con los otros personajes pueden variar enormemente en función de nuestras decisiones (ni qué decir tiene que el final también está sujeto a montones de variables), por lo que merece la pena superar la historia al menos un par de veces para entender cómo funciona todo.

Íntimo y, a la vez, cósmico

No cabe duda de que The Cosmic Wheel Sisterhood es un juego con personalidad propia. La forma de jugar puede parecer incluso espartana, pues además de hablar con los personajes y crear cartas, apenas podemos interactuar con un par de lugares de nuestra casa.

Sin embargo, resulta irresistible seguir adelante, porque lo verdaderamente importante está en los diálogos, en los personajes y en la historia.

A estas alturas, tendréis claro que el juego nos hace reflexionar mucho sobre el destino, pero tiene mucho más que ofrecer. En muchos momentos, es un importante manifiesto feminista, que habla sobre el deseo de libertad de las mujeres, pero también de desplegar todo su poder oculto o de expresarse con naturalidad.

Hay muchas otras facetas que podemos ir descubriendo según juguemos, como la dificultad de salir del armario o de cómo el aislamiento puede destrozar la salud mental de alguien. ¿Habrá servido el confinamiento de la pandemia de inspiración durante el desarrollo?

Más allá de las necesarias reflexiones humanas que pone sobre la mesa, también se alimenta de toda la mitología que rodea al mundo de las brujas, pero también de las culturas antiguas, la magia en general o la cultura popular. Vais a toparos con bastantes referencias a otros videojuegos, incluido el también español Blasphemous.

Y es que el humor forma también una parte importante de la experiencia, aunque el conjunto sea algo melancólico. La naturalidad en los diálogos es constante, si bien en este punto a veces nos parece que juega algo en contra que unas brujas nacidas hace décadas o siglos y desvinculadas del mundo humano usen expresiones como "ains" o "eres una bruja del copón".

En cualquier caso, esa mezcla de diálogo actual y reflexiones trascendentales supone buena parte del encanto de la experiencia. Todo ello, mezclado con unos gráficos que, como decimos, son sencillos, pero muy elegantes, coloridos y bien animados cuando toca. Recuerdan irremediablemente a cómo eran las aventuras de Lucasfilm y Sierra de los 80 y 90.

De hecho, a veces se echa un poco en falta que haya más animaciones (especialmente, durante los diálogos), precisamente porque cuando sí las hay, son muy atractivas para el conjunto. Pero ya decimos: aquí lo importante es lo que se nos dice y cómo se nos dice.

En definitiva, sin muchso fuegos artificiales, The Cosmic Wheel Sisterhood sigue manteniendo el espíritu de compañías con mucho corazón como Deconstructeam: el de hacernos pensar de forma diferente.