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Análisis de Sonic Frontiers, una experiencia irregular pero con mucha ambición

Sonic Frontiers

El juego de Sonic más complejo en tres décadas va a dar mucho que hablar. Sonic Frontiers hace honor a su nombre y abre una nueva frontera para el erizo de SEGA.

Desde que se vio el primer teaser, Sonic Frontiers ha hecho correr ríos de tinta por su particular apuesta: el Sonic Team estaba más dispuesto que nunca a lanzarse a la piscina y proponer un juego abierto para la mascota de SEGA. Muchos vaticinaron un nuevo desastre como el de Sonic the Hedgehog de 2006... Pero no ha sido así.

Antes de ahondar en el análisis del juego, hay que dejar claro que no va a ser del gusto de todo el mundo, porque grandes ideas y algunas facetas muy bien ejecutadas se mezclan con carencias técnicas de bulto y un enfoque crepuscular que puede parecer muy "corta-rollos" para parte del público.

Sin embargo, hay algo especial, diferente, que sin duda llama la atención. Para entenderlo, comencemos por la trama (escrita, por cierto, por Ian Flynn, guionista de los cómics de Sonic): Sonic, Tails y Amy parten en busca de las Chaos Emeralds y su avión se estrella en una extraña isla.

Cuando despierta, Sonic está solo y no sabe qué fue de sus amigos. Para colmo, parece estar en un extraño entorno, con ruinas de una civilización perdida vigiladas por irreconocibles enemigos. Desde el primer momento, queda claro que esto es diferente a Sonic previos.

Por un lado, podemos movernos libremente por los escenarios 3D, heredando el estilo que acuñó Sonic Adventure, pero con mucho más margen para explorarlos. De hecho, no hay una meta a la que llegar ni un tiempo para cumplir un objetivo principal, sino multitud de minipruebas que salpican el mapeado.

A grandes rasgos, nuestra misión es visitar 5 enormes islas para recuperar las Chaos Emeralds y, gracias a su poder, convertirnos en Super Sonic y enfrentarnos a los Titanes, unos enormes seres que custodian cada área.

Para poder liberar las esmeraldas, primero necesitamos un número concreto de llaves, que a su vez se consiguen tras superar unos escenarios especiales llamados del Ciberespacio. Para poder acceder a esas zonas del ciberespacio, es necesario dar con un número de artefactos de portal, que se consiguen eliminando a enemigos duros de cada área, llamados guardianes.

Así pues: encontrar guardianes, conseguir piezas de portal, encontrar los portales, conseguir llaves y recuperar las 7 esmeraldas en cada isla y vencer al Titán será, grosso modo, nuestra rutina en el juego.

Dicho así, podría sonar lineal y tedioso, pero cada uno de estos requisitos tiene su propio desarrollo y hay muchas otras pruebas complementarias esperándonos, como luego veremos.

Por un lado, tenemos a los guardianes, que no se eliminan saltando sobre ellos y punto. Cada uno requiere seguir unos pasos concretos para ser eliminado. Por ejemplo, uno tendrá forma de torre y habrá que ir rompiendo las piezas inferiores una a una.

Sonic Frontiers 05

Por otro, las zonas del ciberespacio (donde conseguimos las llaves), se inspiran en los niveles de juegos clásicos de Sonic, como Green Hill de Sonic 1 o Sky Sanctuary de Sonic & Knuckles. Estas zonas sí son contra reloj y se superan llegando a la meta, pero algunas tendrán desarrollo 2D, otras 3D y otras híbrido.

Con llegar a la meta obtenemos una llave, pero podemos conseguir hasta 3 más en cada zona si llegamos en un tiempo récord, con un número de rings o habiendo obtenido las 5 estrellas rojas de cada tramo.

Con Sonic, lo clásico nunca falla

En total, el juego esconde 30 de estas zonas, una cifra más que destacable, y lo cierto es que la mayoría de ellas son rápidas, intensas y espectaculares, a la par que homenajean un estilo más clásico. Eso sí, suena un poco a "desperdicio" que se repitan tanto zonas como Green Hill o Chemical Plant. ¡Hubiera molado ver un Starlight Zone, Casino Night o IceCap!

Por cierto, aunque en la propia aventura hemos de ir "a pie" hasta cada uno de estos tramos, al pasarnos el juego desbloqueamos un modo Arcade que nos permite jugarlos directamente desde un menú, con todos los retos ordenaditos. ¡Se agradece!

Sonic Frontiers

De nuevo en las islas, tenemos objetivos secundarios que dan mucha vida. Por un lado, tenemos a los koco, unas misteriosas criaturas que podemos recoger para llevarlas a un "anciano" de su raza y que este nos premie con más capacidad para recoger rings o más velocidad. Con muchos rings, al ser golpeados no los perderemos todos. Además, son necesarios para Super Sonic...

Algunos enemigos y objetos también sueltan semillas de ataque y de defensa, que otro anciano nos canjeará por las correspondientes mejoras en esas estadísticas (defensa, ataque, rings y velocidad se pueden subir hasta nivel 99).

Otra tarea muy importante es ir despejando el mapa de cada isla. Cuando llegamos a una, el mapa no nos muestra la ubicación de nada, pero si activamos unos "postes", empezaremos a ver más y más porciones de mapa, por lo que podremos saber dónde están las Emeralds, los portales del ciberespacio...

Estos postes no se activan con solo tocarlos, sino que cada uno nos someterá a una prueba concreta. Por ejemplo, puede que tengamos que correr sobre unas casillas en un orden concreto, esquivar un rayo láser como si saltáramos a la comba o incluso resolver puzzles basados en colocar piezas al más puro estilo Tetris.

Diseña tu propia carrera

Más adelante, encontraremos pruebas incluso de corte matamarcianos... y alguna sorpresilla más que no desvelaremos por aquí.

Aunque tanta tarea podría abrumar un poco, el juego nos indica en todo momento cuál es el siguiente objetivo principal a cumplir. A veces será llegar hasta la siguiente esmeralda, pero en otras ocasiones deberemos encontrar primero fragmentos de recuerdo de nuestros amigos y llevarlos hasta donde están prisioneros.

Sonic Frontiers 04

Estos fragmentos son iconos que los representan (una medalla para Knuckles, un corazón para Amy...) y hay que conseguir decenas de ellos para avanzar. Algunos estarán a simple vista, otros estarán en contenedores y otros se obtendrán a basa de superar algunos tramos de plataformeo, deslizarnos por raíles y conectar rebotadores y zonas de impulso.

Ya lo veis, tenemos montones de actividades por cumplir... ¡pero aún no lo hemos visto todo! Hay que tener en cuenta al propio Sonic que, como hemos visto, puede mejorar sus estadísticas, pero también aprender movimientos nuevos.

Aparte de correr, saltar y usar su "homing attack" para golpear el objetivo más cercano, aquí aprende un movimiento muy particular: el cibergiro. Al mantener pulsado un botón, comienza a dejar una estela. Si con ella cerramos un círculo, todo lo que haya dentro de ese círculo se verá afectado.

Así, los enemigos de dentro serán noqueados y algunos objetos podrán moverse o desaparecer. Hay que usar el cibergiro muy a menudo e incluso cuando no haya nada, ejecutarlo nos puede dar algunos anillos extra.

También tenemos un turbo para alcanzar velocidad punta, que se vacía si mantenemos pulsado el botón demasiado tiempo, pero que se recarga solo pasados unos instantes. Esta habilidad es muy importante en algunos duelos contra guardianes, por cierto.

Es más, si recogemos nuestro máximo de anillos, el turbo será aún mayor y correremos a una velocidad vertiginosa.

Sonic Frontiers

Pero, además, Sonic aprenderá varios movimientos de ataque. Algunos, de forma obligatoria en la trama, como un pisotón aéreo, pero otros se conseguirán a base de invertir puntos de experiencia en un árbol de habilidades. Este árbol es escuetito y algunos movimientos nuevos se parecen entre sí, pero desde luego son espectaculares y útiles contra enemigos correosos.

¿Os estresa tener que conseguir y mejorar tantas facetas? ¡No pasa nada, siempre os podéis ir de pesca! Las fases de pesca junto a Big the Cat (todo un clásico desde el primer Sonic Adventure) tienen un ritmo relajado y facilón, que os pueden proporcionar mogollón de items de mejora, desde kocos hasta semillas de poder o incluso llaves para las esmeraldas.

Las zonas de pesca se acceden desde portales bastante escasos y escondidos y, para poder pescar, necesitáis invertir monedas moradas que se encuentran dispersas por el mapeado. Por suerte, son bastante numerosas, así que, una vez encontréis un portal de pesca, aprovechadlo a tope.

Pescar es tan sencillo como lanzar el sedal, pulsar un botón cuando piquen y volverlo a pulsar en un sencillísimo quick time event. 

Según lo que pesquemos (desde peces chiquititos hasta caimanes o monitores de anillo), obtendremos una serie de puntos para canjear por esas recompensas. También hay pergaminos especiales que nos permitirán teleportarnos hasta los kocos ancianos. ¡Y tenemos una enciclopedia para consultar todos los peces que encontremos!

Como veis, hemos tenido que dedicar una enorme cantidad de tiempo a describiros todo lo que hay que hacer, porque si algo nos ha quedado claro y nos ha gustado es que Sonic Frontiers es el juego más largo y variado que ha protagonizado el erizo en sus más de 30 años de carrera.

Sonic Frontiers

Hay tanto por descubrir, tantos desafíos por superar y tanto por explorar que realmente siempre apetece seguir jugando un ratito más. Para que os hagáis una idea, a nosotros nos ha llevado 16 horas superar el juego y eso que hemos dejado bastantes tramos de las islas por explorar.

Así pues, en materia de desafíos y variedad, es mejor de lo que esperábamos, pero... ¿significa eso que estamos ante el mejor Sonic de todos los tiempos, como muchos fans deseaban? Para nosotros, estamos ante el más valiente en mucho tiempo y sin duda el más completo, pero no el mejor.

Los gráficos no te erizarán el pelo

Hay unas cuantas facetas que le juegan en contra. La más evidente es el apartado técnico. Sí, hay algunos efectos de iluminación chulos y poder movernos por entornos tan grandes a toda pastilla es muy satisfactorio en varias ocasiones, pero las trabas se notan casi desde el principio.

Nosotros hemos jugado en PS5 y ahí es posible elegir un modo gráfico que priorice la resolución 4K y otro que priorice los 60 frames por segundo. Por defecto, está elegido el de 4K, pero haceos un favor y cambiadlo al de 60 frames por segundo para que todo vaya muuuucho más fluido. Desconectad también el desenfoque de movimiento, por lo que más queráis.

Claro, al bajar la resolución en favor de la fluidez podría parecer que renunciamos al detalle gráfico pero, sinceramente, tampoco hay tanto detalle que disfrutar. Los escenarios, dentro de la ambientación de fantasía, buscan cierto enfoque "realista" que no acaba de cuajar con el universo Sonic.

Esto se hace más notorio si se compara el juego con otros títulos de enfoque abierto, pues no llega ni de lejos al nivel de detalle que puedan mostrar un Horizon Forbidden West o un Halo Infinite, a nivel de paisajes. 

Sonic Frontiers

Esto es especialmente notorio por un popping brutal en ciertos objetos de los escenarios, muchos de los cuales son plataformas a las que podemos acceder. Por tanto, a la hora de "calcular" qué hacer a continuación, esto puede suponer un problema, especialmente cuando algunos objetivos pueden estar en zonas rodeadas de precipicios con un solo punto de acceso.

Los modelos de los personajes, aun restringiéndose a ese estilo "cartoon" característico, también parecen algo limitados. Sí, tienen un grado correcto de expresividad, pero les falta algo, como chispa, especialmente en la recreación de los ojos.

Aún así, hay que reconocer que tramos como las transformaciones en Super Sonic y los duelos contra los titanes son realmente espectaculares y es un placer seguir a Sonic mientras encadena loopings descomunales a toda pastilla.

El estilo gráfico tiene otra faceta que va a polarizar la opinión de los jugadores: por motivos argumentales (ya lo iréis descubriendo al jugar), todo tiene un matiz melancólico, un poco triste y crepuscular. Así, muchas veces está lloviendo en el juego (pasamos del día a la noche y el clima cambia dinámicante) y tanto enemigos como escenarios muestran un aspecto vacío y apagado.

Reiteramos, esto tiene su sentido dentro de la historia del juego... pero no por ello deja de ser un poco deprimente, la verdad. En un juego como Sonic, donde nos mola ver emociones fuertes y velocidad, este estilo "decadente" es un poco anticlimático, al menos en nuestra opinión.

Lo mismo sucede con el sonido. Las melodías durante la exploración de las islas usan tonos tristes, como decaídos. En realidad, esas melodías son bonitas, sí, pero casi parecen más propias de un tramo triste de un Final Fantasy que de un Sonic. Su tono choca además con los efectos de sonido más "arcade" al recoger anillos o usar un turbo.

Cuando entrevistamos a Takashi Iizuka, él nos dijo que ese tono de las melodías busca que sintamos la extrañeza y desconcierto que puede sentir Sonic al visitar un entorno extraño para él. Se entiende y tiene sentido pero, de nuevo, juega un poco en contra de la propia experiencia de juego.

Esa dicotomía entre las emociones fuertes propias de Sonic y los sentimientos más tristes son particularmente evidentes en las numerosas escenas de vídeo. Las protagonizan Sonic y sus amigos, pero también Eggman y Sage, el nuevo y misterioso personaje que se estrena en esta aventura.

Junto a ellos asistimos a momentos realmente tristes y descorazonadores, en los que los personajes hablan abiertamente de dilemas que los deprimen o de la pérdida de la esperanza. Pero, aún así, reconocemos que esto sirve para una faceta muy atractiva: mostrar al propio Sonic como ese rayo de luz, ese héroe que nunca se rinde.

Si algo hace muy bien el guion de Ian Flynn es mostrar al erizo como alguien que representa el optimismo cuando todo lo demás parece torcerse. Si alguien quiere acabar con él, Sonic piensa cómo ayudarle. Si sus amigos se sienten inútiles, él les cuenta qué los hace especiales. Sin duda, hay mucho amor hacia la mascota de SEGA en las líneas de diálogo.

Sonic Frontiers

Y es que no cabe duda de que Sonic Frontiers es un proyecto sincero, que quiere dar una nueva energía y enfoque al universo de Sonic. Hay muchas ideas arriesgadas, algo que aplaudimos, y aunque algunas no consiguen dar en la diana, otras sí resultan muy interesantes.

Los tramos "nostálgicos" del ciberespacio funcionan muy bien en la mayoría de las ocasiones, porque recuerdan a la forma de jugar de Sonic Colours y se nota que ahí el Sonic Team ya tiene callo. De hecho, muchos os preguntaréis porque no todo el juego es así, con esos tonos animados (¡menudos musicotes techno se marcan aquí!) y rápidos.

El control, en los tramos que son 3D, a veces necesitaría algo más de precisión y es frustrante cuando caes decenas de metros por un paso en falso, pero en general está mejor afinado que en otras entregas previas.

El cambio en mitad de un mismo tramo de dinámicas 2D a las 3D es chocante a veces, porque puede que quieras saltar a un lado para abandonarlo e irte a otra cosa pero la cámara no te deje porque "estás en modo 2D".

Al principio del juego podemos elegir entre un modo para veteranos de Sonic y otro con un desarrollo algo más fácil y, para ayudar en la aventura, ciertos desafíos ayudan a obtener ítems. Pero, aún así, ciertos tramos se han de superar con habilidad pura y dura, así que hay que ser constantes y pacientes.

Creemos que pilláis por donde vamos, ¿no? Entre tantos cambios y experimentos, la sensación que queda es que hay partes mejor enfocadas que otras, como si varias personas se hubieran repartido la tarea de dar forma al juego y tuvieran puntos de vista muy diferentes.

Sonic Frontiers

Esto nos lleva a que Sonic Frontiers sea un juego difícil de calificar y puntuar. Estamos seguros de que habrá quien alucine con la dimensión épica del erizo, las novedades jugables y con el lore que se crea, mientras que los menos "creyentes" en la vertiente moderna de Sonic encuentre un juego de plataformas demasiado inconexo y desactualizado.

Nosotros pertenecemos más a la vieja escuela, pero desde luego reconocemos que aquí hay ideas frescas muy interesantes, que en buena medida funcionan y plantan la semilla de lo que podría ser una nueva forma de entender los Sonic. Sí, el concepto de escenarios abiertos nos funciona. Es la ejecución lo que no acaba de rematar la faena.

Aún así, lo aquí creado tiene su personalidad. ¿Es una copia de Zelda Breath of the Wild como algunos aseguraban? Vale, tiene fijación de objetivos al estilo Z-Targetting, pero esto es otro rollo. Link nunca ha sido tan rápido ni le van tanto las piruetas imposibles como lo que vemos aquí.

¿Es un Shadow of the Colossus, como otros pensábamos en un principio? Tampoco. Vale, el primer titán recuerda a ese enfoque, pero el resto, incluidos los restantes jefes finales, no tienen nada que ver.

Sonic Frontiers es una aventura diferente y con personalidad propia, que va calando más a medida que profundizas en ella... pero que dista de ser perfecta o de estar todo lo afinada que debería. Con todo, es grande, variada y merece la pena conocerla y experimentarla. El tiempo y la reacción de los fans nos dirán si este era el camino a seguir o si tanto looping nos ha dejado mareados.

VALORACIÓN:

Aunque no es el juego más sólido del mundo, desde luego es una apuesta valiente que funciona mejor de lo que muchos esperaron en un principio. Consigue dar una nueva dimensión al lore de Sonic, aunque no sea del gusto de todo el mundo y tenga trabas técnicas notorias.

LO MEJOR:

La enorme cantidad de desafíos diferentes que alberga. Cómo muestra a un Sonic heroico y carismático. Hay batallas muy espectaculares.

LO PEOR:

A nivel técnico se queda bastante corto. No todas las pruebas son igual de interesantes. Algunos problemas de cámara.

Versión comentada: PS5

Hobby

82

Muy bueno

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