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Análisis de Starfield, el juego que te recordará la fascinación por explorar el universo

Starfield

Uno de los juegos más esperados de los últimos años ha llegado al fin y reúne todo lo que nos apasiona de Bethesda Game Studios. Starfield despega por fin y supone uno de los mejores juegos que puedes disfrutar en Xbox Series X|S y PC actualmente.

La conquista del espacio es uno de los sueños más viejos de la humanidad, algo que requiere un proceso lento, meticuloso y a la vez apasionado. En cierto modo, es lo mismo que ha sucedido con Starfield, que por fin, después de una década en desarrollo, llega a Xbox Series X|S y PC por obra y gracia de Bethesda Game Studios.

Los creadores de The Elder Scrolls y Fallout llevan años mostrándonos el avance del juego, uno que supone el arranque de una nueva franquicia para ellos y que, por tanto, conlleva una ambición inusual. Eso se refleja desde el principio, pues a grandes rasgos, tenemos cientos de planetas por explorar, miles de líneas de diálogo y, en última instancia, un universo de misterios por descubrir.

El análisis de Starfield en Hobby Consolas

Jugabilidad y gameplay de Starfield

La historia de Starfield arranca en el año 2330, cuando la humanidad ha dominado una técnica de exploración espacial conocida como saltos gravitacionales, lo que les ha permitido colonizar galaxias lejanas y dejar atrás un planeta Tierra ahora desierto e inhóspito.

Nosotros somos un minero anónimo, que durante una excavación más o menos rutinaria descubre un extraño artefacto de origen desconocido (vale, esto recuerda mucho a Mass Effect, sí). Al tocarlo, unas extrañas imágenes y sonidos invaden su cabeza. Tras este hallazgo, somos reclutados por Constelación, una organización que quiere conocer los orígenes y secretos del Universo.

A partir de ese punto empieza una aventura de exploración que puede ser en primera o tercera persona, pues podemos cambiar el punto de vista en cualquier momento.

Nuestro héroe puede tener cuerpo de chico o chica y es posible cambiar su complexión y cara con un nivel de detalle loquísimo: posición de ojos y cara, pómulos, boca, piercings, cicatrices, peinados y color de cualquier tipo, manchas, pintura facial... ¡Hasta podemos tener los dientes negros, si queremos!

También podemos establecer el origen del personaje y ciertos matices de su carácter, lo que nos puede dar cierta afinidad más adelante o provocar que se den ciertos elementos únicos, como que un fan nos dé la brasa de vez en cuando al vernos. ¿A que os suena de juegos previos?

Starfield

En términos generales, el juego recuerda a Fallout en torno a cómo nos desplazamos, dialogamos con personajes o incluso gestionamos el inventario, pero poco a poco comienzan a notarse las diferencias.

Por un lado, tenemos a nuestro personaje "a pie", con el que podemos andar, correr, saltar o agazaparnos, pero enseguida adquirimos la posibilidad de usar un arma y una mochila propulsora para impulsarnos ligeramente.

Además, tenemos que equiparnos con un traje espacial pues, aunque habrá partes donde se podrá ir "al descubierto", en otros el entorno puede tener un frío o calor extremos, además de radiación, gases tóxicos u otros peligros críticos para nuestra salud. Este puede provocar que suframos laceraciones, hipotermia, mareos... Que deberemos tratar antes de que pasen factura a la salud.

Además de nuestra barra de vida, tenemos un medidor de oxígeno, que se vacía poco a poco se caminamos o más rápido si corremos. Si eso sucede, aumentará el medidor de CO2, lo que podría restarnos salud. Esto también se vincula a la gestión de nuestro inventario.

Como suele ser habitual con Bethesda, podemos coger casi todo lo que encontremos, desde objetos inútiles como tazas de café hasta piezas útiles de construcción, armas o trajes. Todo tiene una masa. Si sobrepasamos la masa máxima que podemos llevar, no caminaremos más despacio como en Fallout, pero sí agotaremos el oxígeno mucho más rápido y no podremos hacer viajes rápidos.

Por suerte, tenemos una nave en cuya bodega podemos almacenar los objetos que no queramos en ese momento. Y es que, además de ir a pie, también podemos pilotar estos portentos de ingeniería para, desde el exterior de un planeta, escanearlo, buscar estaciones espaciales o enfrentarnos a naves rivales.

Yo, para ser feliz, quiero un motor gravitacional

La nave tiene medidores de energía para el disparo normal, los misiles, nuestro escudo o el motor gravitacional. En cualquier momento, podemos derivar parte de la energía (o toda) de uno de esos apartados a otros para que, por ejemplo, podamos movernos más rápido o tengamos más escudo.

Gracias a la exploración del espacio exterior, podemos acoplarnos a estaciones espaciales u otras naves para investigar por dentro, ayudar a fragatas que sean atacadas por piratas o que necesitan que las guiemos... Os sorprenderá la de eventos que se descubren así, hasta de matrimonios que se han perdido viajando por la galaxia.

Starfield

Hay mucho por descubrir y, aunque no es posible aterrizar en un planeta del tirón desde el espacio (hay que seleccionar un punto de aterrizaje y se cargará el momento en el que ya estamos aterrizando), utilizar nuestra nave es muy cómodo y satisfactorio.

Empezamos con una nave meramente funcional, pero al explorar podemos conseguir otras o, si acumulamos suficiente dinero, hay quien está dispuestos a vendernos de todo, desde máquinas pequeñitas y rápidas hasta verdaderas moles llenas de módulos y ventajas.

Esto no sirve solo para fardar, sino que cada modelo tendrá unas estadísticas propias de, por ejemplo, el número de años luz que alcanza en un salto gravitacional.

Del mismo modo que hay muchas naves que podemos pilotar, tenemos trajes espaciales y cascos de todo tipo, que puede que nos den protección extra frente a la radiación o el calor, que ayuden a mejorar la puntería o que, simplemente, tengan más escudo frente a los ataques. Todo tiene un precio y una masa, claro...

Starfield

¿También hay variedad de tiros? Desde luego, hay más armas de la que podáis imaginar, con decenas de modelos diferentes. Las hay que causan daño balístico (con diferentes calibres, para por ejemplo una pistola o una escopeta), pero también hay armas cuerpo a cuerpo, láser, de partículas o electromagnéticas, que pueden dejar atontado al rival antes de rematarlo definitivamente.

Las armas pueden ser comunes, inusuales, de rareza épica o incluso legendarias y pueden tener efectos extra, como atravesar armaduras, incendiar o proporcionar un disparo gratis. Además, todas disponen de slots de personalización para que mejoremos su mira o culata o incluso para que alteremos el tipo de munición que usan. Así, poco a poco podemos crear el arma de nuestros sueños.

Bricomanía en Alfa Centauri

Para ello, hemos de encontrar puestos de investigación para diseñar mejoras y, luego, bancos de trabajo en los que aplicarlas. También hay bancos para nuestro traje espacial, para diseñar recursos o incluso para crear nuevas recetas de comida que nos den salud. ¿A que apetece un poco de cecina alienígena?

Las armas que más nos gusten se pueden asignar a un acceso rápido en la cruceta, con espacio para hasta 9 de ellas. También podemos usar alguno de esos accesos para un botoquín o cualquier otro ítem de curación, además de otras habilidades especiales... Que mejor no os detallamos, porque mola descubrir esas facetas por unos mismos.

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Los tiroteos se hacen siempre en tiempo real y nuestro mini radar nos indicará si hay enemigos cerca y, mediante un destello, si nos han detectado y van a atacar. Apuntar a la cabeza o conseguir tiros críticos puede decantar mucho la balanza a nuestro favor, pero también importa usar armas adecuadas para cada enemigo. Las electromagnéticas hacen mucha más pupa a los robots, claro.

Los enemigos no son el summum de la inteligencia artificial, que digamos, pero tienen comportamientos interesantes, como parapetarse, buscar rodearnos o huir si ven que están en clara descentaja.

Starfield tiene espíritu de RPG de acción, así que a medida de derrotar enemigos, descubrir emplazamientos y superar misiones vamos subiendo de nivel, lo que nos otorga puntos de mejora. Esos puntos se pueden invertir en cinco categorías: física, social, combate, ciencia y tecnología

Entre muchas otras cosas, la física mejora nuestra barra de salud o capacidad pulmonar, la social nos puede ayudar a argumentar mejor o a robar, el combate mejora nuestra pericia con armas, la ciencia nos ayuda en los proyectos de investigación o exploración y la tecnología se destina a un mejor manejo de la nave o a sacar más partido a la mochila propulsora.

Cada una de las mejoras de cada categoría tiene, a su vez, cuatro niveles de maestría. Si desbloqueamos el primero, tendremos que superar un desafío (matar a 50 enemigos, por ejemplo) para poder acceder al siguiente nivel y así sucesivamente. Es una forma de que nos "curremos" cada mejora, lo cual es un reto interesante.

Además de todas estas rutinas de mejora, nos encontramos montones de pruebas y minijuegos a lo largo de la aventura. Siendo este un juego de Bethesda, no podían faltar dos clásicos: los desafíos de retórica y forzar cerraduras.

Los primeros no se resuelven con un porcentaje de acierto, sino que hemos de acumular una serie de puntos para ganar.

Starfield

Entre nuestras respuestas a una pregunta de la persona a la que convencer, puede haber algunas que nos den 4 puntos, por ejemplo, pero el riesgo de que esa respuesta no convenza a la persona es mayor. Las respuesta con menos puntos son más seguras, pero... ¿conseguiremos convencerle en los turnos de los que disponemos para hablar?

Como siempre, la retórica, el engaño o las respuestas clave según la naturaleza de nuestro personaje al crearlo (nosotros somos un granuja espacial, por ejemplo) pueden evitarlos enfrentamientos o hacernos ganar algo extra.

Por su parte, forzar cerraduras se consigue con ganzúas digitales. Hay cerraduras de principiantes, avanzadas, de expertos o hasta de maestros. En ellas, hay diferentes capas con orificios y nosotros hemos de usar las ganzúas con la forma correcta para tapar esos orificios. Al principio es fácil, pero luego os costará prever cuáles usar en concreto antes de quedarnos sin ganzúas.

Un universo a tu medida

Todo esto os sonará de otros "bethesdismos", pero los desafíos paralelos de los que va a hablar todo el mundo son otros. Por un lado, de la creación y modificación tanto de naves como de asentamientos. Por otro, la exploración de los planetas. Primero, vamos a construir...

Las naves no se pueden crear desde cero, pero sí se pueden modificar las que ya tengamos en tiendas que permitan el modo "astillero". En él, podemos mover, cambiar o duplicar los diferentes elemento de la nave: añadir más cañones, aumentar la zona de almacenamiento, cambiar la altura de los elementos...

Hay ciertas restricciones lógicas, como el hecho de que siempre haya un acceso directo a la nave desde tierra, pero el margen de personalización es enorme, desde el color detallado de cada uno de los elementos hasta la forma final que tendrá la nave. Por supuesto, contamos con que brotarán Halcones Milenarios, Enterprises y demás a tope entre la comunidad. ¡Es muy divertido trastear!

Casi más jugo tiene todavía la creación de asentamientos. En cualquier planeta que no tenga una atmósfera extrema podemos iniciar un asentamiento. Dependiendo de los materiales que tengamos y los que fabriquemos en los bancos, podemos colocar pistas de aterrizaje, camarotes de descanso para los colonos, zonas de extracción de minerales, escáneres, pertrechos defensivos...

Starfield

Aunque esta faceta no afecta al desarrollo principal de la aventura, es casi un juego propio dentro del juego general, que os puede robar montones de horas mientras dais con los materiales de fabricación adecuados o vais construyendo, como si de un Los Sims se tratara, la estructura de vuestros sueños a varios años luz de la Tierra.

Eso nos lleva a la exploración de los planetas, sin duda lo que más ha dado que hablar de este juego. La promesa de Bethesda se ha cumplido y tenemos cientos de ellos, todos visitables y explorables de cabo a rabo. Una vez aterrizamos en un planeta y salimos de la nave, todo lo que vemos es accesible, ya sea andando o escalando con la ayuda de nuestra mochila.

Todos los planetas tienen una serie de puntos que estarán ahí sí o sí (instalaciones abandonadas, naves estrelladas, etc.) y el resto (animales salvajes, plantas, etc) pueden generarse aleatoriamente cuando aterrizamos, aunque hay algunos planetas más importantes que otros, con ciudades enteras que ya están predefinidas.

Como decíamos, es posible aterrizar en el punto que nos dé la gana del planeta (¡en cientos de planetas!) y explorarlo a placer, pero... ¿Una vez aterrizamos podríamos dar la vuelta al planeta a pie, si quisiéramos

La respuesta es que no... pero posiblemente no importa mucho. Una vez bajamos de la nave, podemos alejarnos muchísimo de ella, pero llegaremos a un punto en el que el juego nos dirá que no podemos avanzar más y hemos de reposicionar la nave para ver qué hay más adelante.

Esto seguramente se debe a que no hay memoria suficiente como para generar un planeta entero, pero... ¿llega a ser molesto? Nosotros hemos hecho la prueba y el "muro invisible" nos ha llegado después de alejarnos más de cuatro kilómetros al norte de la nave.

Starfield

¿Realmente hace falta más? En ese margen, podemos escanear y explorar a tope o incluso ir otros 4 kilómetros al este, otros tantos al sur o bien al oeste. No, no podemos ver un planeta del tirón, pero el espacio explorable desde cada aterrizaje es descomunal.

En torno al 10% de los planetas tienen vida animal y es posible encontrar toda clase de bichos, desde gusanos gigantes hasta arañas o seres blindados de lo más indescriptible. Algunos serán pacíficos y otros hostiles.

Además de matar bichos para conseguir glándulas o sustancias, podemos escanearlos, algo también posible con las plantas o los minerales. Si conseguimos escanear todos los recursos relevantes de un planeta, conseguiremos mucha experiencia y un códice que podemos vender por bastante dinero.

También hay que tener en cuenta la gravedad de cada planeta. En algunos saltaremos como en la Tierra, mientras que otros nos permitirán casi, casi, volar.

Así, juntando la fauna, la flora, la atmósfera o la orografía (con montañas, cuevas o mares), sentimos que todos los planetas son diferentes. Algunos serán más interesantes que otros, por supuesto, pero la sensación de ir descubriendo mundos nuevos y, si queremos, colonizarlos, es muy satisfactoria y nunca tenemos suficiente.

El exterior de los planetas también tiene algunas circunstancias aleatorias. Por ejemplo, puede que lleguemos y aparezcan piratas espaciales intentando darnos caza o que nos topemos con una nube de escombros que dificulten las maniobras.

Viaje con nosotros

Siempre que no tengamos obstáculos delante, podemos iniciar un salto gravitacional para viajar a otra galaxia, dentro de los límites que tenga nuestra nave. Si queremos ir a una galaxia muy, muy lejana, tendremos que saltar primero a una más cercana y, de ahí, a las siguientes.

Aún así, reconocemos que es facilísimo gestionar estos desplazamientos. En la mayoría de las circunstancias, estemos donde estemos, podemos acceder al menú de pausa y elegir un planeta al que viajar aunque nos encontremos lejos de la nave.

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O bien, en función de la misión activa que tengamos, podemos desplazarnos directamente al lugar donde tenga lugar ésta, aunque se encuentre a galaxias de distancia. También, si usamos nuestro escáner de mano, podemos apuntar a un punto de interés ya visitado o nuestra propia nave para hacer un viaje rápido hasta ella. ¡Cómo ha mejorado en esto Bethesda!

Cuando estéis en un sitio que os mole, podéis recurrir al completísimo modo foto, ya sea desde el menú de pausa o desde el mini radar. 

Podéis retocar prácticamente todo: encuadre, filtros de todos los colores, profundidad de campo, unos marcos muy divertidos o poses muy cachondas para vuestro personaje, desde saludos "sobrados" hasta saltos. Esas fotos se guardan en un álbum y además pueden aparecer en las pantallas de carga cuando vamos a un planeta o entorno nuevo.

Ya veis que nos esperan decenas y decenas de horas de cosas por hacer, pero este universo sería demasiado frío si estuviéramos solos. Como ya supondréis, a partir de nuestra aventura con Constelación y con otras facciones conoceremos a varios personajes clave, muchos de los cuales podrán acompañarnos en el viaje si así lo deseamos.

Starfield

Podemos asignarlos para que sean NPCs de apoyo en la exploración y las luchas (no pueden morir, pero sí incapacitarse temporalmente), para que vayan con nosotros en la nave o para que se queden en los asentamientos que construyamos

Todos usan sus propias armas y tienen puntos fuertes: algunos se especializarán en minería, otros en ataque, otros en reparaciones de la nave... Decidir con cabeza dónde ubicarlos puede ser muy útil para eliminar enemigos correosos o para extraer más minerales de una zona, por ejemplo.

También podemos dialogar con ellos cuando queramos para que nos recuerden la misión, para intercambiar armas u objetos con ellos o para que nos cuenten cómo se sienten.

Nuestras respuestas a lo que nos digan o nuestras acciones (disparar a una nave de su facción, por ejemplo) pueden provocar que tengan más o menos afinidad con nosotros. Y sí, pillines, ya sabemos que os lo estáis preguntando: podemos tener romances con ellos (indistintamente de que sean chicos o chicas o lo que sea nuestro personaje) si logramos un grado de cercanía suficiente.

¿Es difícil Starfield?

Desde el comienzo de la partida y en cualquier momento una vez arranquemos, podemos elegir entre cinco niveles de dificultad, que afectan al daño que recibimos y a la posibilidad de encontrarnos con enemigos de nivel legendario.

En la dificultad intermedia, que es la que viene asignada por defecto, diríamos que el desafío general es un pelín más bajo que en otros juegos de Bethesda. Vamos, que moriréis menos veces. O quizá ayude tener callo con esos juegos previos, porque podemos ver venir el grado de uso que tendremos que dar a los botiquines o a la munición.

Si no nos precipitamos en nuestras decisiones, somos conscientes del nivel de los enemigos y el entorno (no tiene sentido ir a un planeta con enemigos de nivel 40 si nuestro nivel es 5, por ejemplo) y medimos nuestros puntos fuertes y debilidades, podemos avanzar bien en la trama principal, aunque por supuesto habrá momentos desafiantes.

Starfield

El radar de mano también ayuda mucho no solo para escanear el entorno, sino también para marcarnos la ruta más inmediata a nuestro destino actual, siempre que se puede acceder directamente. Esto facilita mucho la vida a la hora de explorar.

En definitiva, la exploración pausada, pensar bien qué aspectos mejorar al subir de nivel y decidir con cabeza nuestros pasos a dar puede hacer que la experiencia muy satisfactoria. Sí, también podemos ir a lo Rambo, claro, pero es más probable que seamos nosotros los que acabemos convertidos en cecina espacial.

Podemos salvar partida cuando queramos y además hay autoguardados cada diez minutos, así que no tengáis miedo de experimentar.

Duración de Starfield

Después de todo lo comentado, os podéis hacer una idea de la bestial envergadura del juego, pero, ¿cuánto se tarda en completar la trama principal, si nos da por ir muy a saco? Lo más probable es que, si no os distraéis del "camino", tardéis cerca de 30 horas en llegar a ver el final del juego, pero es complicado hacerlo sin lanzarse a por algunas tareas secundarias.

Hay que tener en cuenta que hay momentos en los que el juego nos obliga a tener una cierta capacidad económica (en principio) o pericia para poder avanzar, por lo que puede que os toque recurrir a esas secundarias para allanar el camino.

Además de esas 30 horas por la mínima, Starfield incluye una opción de Nuevo Juego+, aunque nos han pedido que mejor no comentemos en qué consiste para que lo descubráis por vosotros mismos...

Starfield

Todo esto sería solo la punta del iceberg de lo que podéis hacer en Starfield. Las misiones secundarias, la creación de puestos, la exploración de planetas o el diseño de nuestras propias naves puede hacer que esa cifra suba fácilmente por encima de las 100... qué decimos de las 100, ¡por encima de las 150 horas! 

Es tan enorme como queremos que sea y, de hecho, se nos insta a que exploremos con calma, que curioseemos en los diálogos y la exploración, que visitemos cada rincón de las ciudades, porque nos pueden aguardar nuevas misiones en cualquier rincón del universo.

Precio y plataformas disponibles

Starfield se pone a la venta para Xbox Series X|S por un precio de 79,99 euros. En su versión física, existe la bestial edición Constelación, que incluye un steelbook, un reloj personalizado de Starfield con estuche, un parche de la organización Constelación, 5 días de acceso anticipado, BSO y libro de arte digitales y el acceso al primer DLC del juego (cuando esté disponible), por 299,99 euros.

Por cierto, la edición Constelación no incluirá el juego físico, sino un código de descarga, mientras que la edición estándar sí incluirá el disco. Es una costumbre que se está volviendo (demasiado) común con este tipo de ediciones...

Si adquiriste el juego en edición digital por separado, también se puede comprar la Premium Upgrade física por 34,99 euros, que incluye todo lo anterior menos el propio juego y el reloj.

Por otro lado, la edición estándar para PC se podrá conseguir por 69,99 euros y también hay edición Constelación para esta plataforma, por el mismo precio: 299,99 euros.

Por supuesto, la alternativa más jugosa consiste en aprovechar que Starfield estará disponible en Game Pass desde el día del lanzamiento y además es Play Anywhere, por lo que puedes descargarlo en Xbox y seguir jugando en PC, con partidas salvadas compatibles entre plataformas. ¡Un lujazo!

El (nuevo) amanecer del hombre

Llegamos al momento del veredicto final y os aseguramos que, con juegos tan esperados, ambiciosos y relevantes como este, uno siente cierto cosquilleo hasta al escribir las últimas palabras de un análisis. Pero, a la vez, lo hacemos con la seguridad de que estamos ante algo grande, muy grande.

Hemos jugado durante decenas de horas a Starfield y no hemos dejado de tener esa cierta sensación de asombro, de no parar de descubrir cosas nuevas, de querer sumergirnos más y más en la experiencia, del mismo modo que el juego emula ese deseo de conocer los confines del espacio.

Starfield

El apartado técnico es sin duda el más logrado que ha creado Bethesda Game Studios hasta ahora, gracias al nuevo Creation Engine 2, que servirá también de base para el futuro Elder Scrolls VI. No solo por esos elementos generados de forma procedural al llegar al planeta, sino también por los NPCs y su comportamiento.

Es bien sabido que, cuando hablamos con personajes secundarios en juegos de Bethesda, siempre han parecido muy robóticos, hieráticos y, aunque aún queda algún remanente de ello, claramente ahora tienen más expresividad: sonríen, se sorprenden, se enfadan... 

El nivel de detalle de esos modelos también es superior, aunque lógicamente los personajes "de relleno" que vemos andando por las ciudades sí son bastante más escuetos en cuanto a detalle.

Las ciudades también demuestran mucha más vida. Mola mucho visitar la ciudad futurista de Neón, que casi, casi nos hace estar dentro de Cyberpunk 2077, con sus juegos de luces, sus carteles o sus naves despegando al fondo. Y todo esto, mientras el ciclo día-noche va siguiendo su curso en tiempo real.

Los paisajes naturales al aterrizar en zonas aleatorias dan muy bien el pego. Es cierto que no presentan un grado de interacción al nivel de otros juegos (por ejemplo, la hierba alta no se dobla ni reacciona a nuestro paso), pero cuando nos estamos moviendo por estos entornos extraños con planetas gigantes en el cielo, la sensación de ser exploradores espaciales es total.

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La resolución en Xbox Series X es de 4K escalados a 30 frames por segundo, mientras que en Xbox Series S nos quedamos en 1440p y 30 frames por segundo. En el caso de PC, sí se podrán alcanzar los 4K "totales" y 60 frames por segundo, aunque por ahora nosotros solo hemos podido probarlo en la versión de Xbox Series X.

En ella, lo cierto es que el frame rate es bastante estable. Solo hay bajones en algunas ciudades muy llenas de gente, pero el motor consigue recuperar el ritmo rápido y, en general, la experiencia en ese sentido es muy satisfactoria. No hay posibilidad de alternar entre modo rendimiento o modo resolución, por cierto.

Al ser el juego tan exigente, desde la propia Bethesda recomiendan no jugarlo en plataformas como Steam Deck o ROG Ally, ya que sus requisitos se encuentran por debajo de los mínimos para PC.

La otra peguita técnica es que los tiempos de carga (cuando aterrizamos en un planeta, por ejemplo) son ligeramente más altos de lo que nos tiene acostumbrados una bestia como Xbox Series X. No es nada preocupante, solo unos pocos segundos de más y por supuesto se entiende cuando estamos generando enormes superficies planetarias.

Starfield

Por tanto, el juego no es perfecto en lo visual, pero desde luego está a la altura de lo que esperábamos e incluso llega a maravillar por momentos, gracias a una estupenda dirección artística (esa paleta de colores, esos diseños de criaturas y entornos) y a un rendimiento muy bien equilibrado.

El apartado sonoro incluye muy buenas voces en castellano para los cientos y cientos de diálogos que nos esperan. Hay otro problemilla aquí: mientras que en inglés el movimientos de la boca sí tiene sincronización labial, las voces en castellano están muy poco sincronizadas y puede que el audio acabe dos segundos después de que el personaje haya dejado de mover la boca.

Esto rompe un poco la ambientación al conversar, la verdad, pero a cambio las voces son muy buenas y la traducción tanto de estas como de los textos está muy conseguida. Por supuesto, no faltan momentos de humor propios de la compañía, con respuestas muy brutas o canallas que podemos dar a nuestros interlocutores... Si estamos dispuestos a pagar el precio, claro.

En cuanto a la música, se ha conseguido un sólido equilibrio entre su tono meramente ambiental y esa sensación de ciencia-ficción de asombro, de exploración. A veces, no os daréis ni cuenta de que está ahí, pero otras os contagiará de la emoción del combate o de la fascinación por subir de nivel o por hallar un importante planeta.

¿Qué hay de los temidos bugs? En nuestra experiencia, Bethesda ha cumplido su palabra de crear el juego menos "buggeado" de su portfolio. En las decenas de horas de partida, solo nos hemos topado con dos problemas. Una vez en la que el personaje se atascó en una cueva (y tuvimos que recargar el checkpoint) y un crasheo.

Nos parece de lo más razonable dada la magnitud del juego y desde luego, no nos hemos topado con señores voladores, caras deformadas ni nada por el estilo. Muy satisfechos, por lo tanto. Además, ya hay confirmado un parche de día 1 que corregirá algunos defectillos por aquí y por allá.

Llegamos a la plataforma de aterrizaje para confirmaros que nos lo hemos pasado como enanos con esta experiencia. Su lore tiene la fuerza de un Mass Effect, el atractivo de la exploración recuerda al mejor No Man's Sky y su conjunto desprende ese amor por la ciencia ficción (y por la ciencia a secas) propio de clásicos del cine como 2001: Una odisea del espacio o Interstellar

Hay algunas imperfecciones, pero el asombro que genera, la variedad de objetivos por cumplir o lo divertido que resulta explorar, dialogar, combatir o superar misiones ganan por goleada. 

Starfield es un juego colosal, inmenso y lleno de personalidad, que por sí mismo justifica la compra de una consola. Y, después de estas 4600 palabras de texto, aún no hemos contado, deliberadamente, todo lo que os tiene que ofrecer, porque debéis descubrirlo vosotros mismos. Como decía David Bowman: "está lleno de estrellas".

VALORACIÓN:

La mejor Bethesda Game Studios ha concebido un juego enorme, colosal y apasionante, donde cada aventura puede ser diferente. No es perfecto, pero sin duda es uno de los juegos del año.

LO MEJOR:

La casi inabarcable cantidad de tareas y objetivos interesantes por cumplir. Lo bien que transmite la pasión por la exploración. Sus hitos técnicos.

LO PEOR:

Los tiempos de carga son algo altos para Xbox Series X. La IA enemiga es solo correctita. Algunos NPCs menos logrados.

Plataformas:

PC,

Xbox Series X

Versión comentada: Xbox Series X

Hobby

94

Excelente

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